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Jueves, 11 de diciembre 2014, 19:10
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La Junta de Castilla y León aprobó hoy, mediante decreto, su nuevo modelo de servicios sociales «a la carta», primero en España de esas características, con diez grandes grupos de necesidades y 109 modalidades de prestaciones, de ellas 58 se catalogan como derechos subjetivos y 85, el 78%, no tienen coste para los usuarios, que en Castilla y León ascienden en este momento a 540.000.
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, destacó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno que con este nuevo modelo se consolida una atención «integral, flexible, personalizada y no estática», en el sentido de que una persona puede combinar varias prestaciones en función de sus necesidades.
Como ejemplo, Marcos explicó hasta ahora un ciudadano se dirige a los servicios sociales donde se le asigna una prestación o ayuda, ya sea para residencia, a domicilio o centro de día, entre otras; pero añadió que a partir de la entrada en vigor de este decreto -una vez publicado en el Bocyl- un usuario define la prestación conforme a sus necesidades con un profesional de referencia, nueva figura que crea la normativa.
Así, una persona en situación de Dependencia que debía optar por elegir un servicio o bien acudir a un centro de día con un horario rígido, contar con ayuda a domicilio, con asistente personal o con un servicio de autonomía personal, con el nuevo modelo podrá combinar horas, de días y de servicios, recibir ayuda a domicilio unas horas, acudir a un centro de día dos días a la semana, contar con un asistente personal unas horas y, además, recibir sesiones de fisioterapia o terapia cognitiva y disponer en su domicilio del servicio de teleasistencia.
De esta manera, según la consejera, se rompe con un modelo de atención basado en «encasillar» a las personas en colectivos estancos (discapacidad, personas mayores, personas en situación de Dependencia o mujeres maltratadas) para pasar a otro sistema donde el usuario es único, como también los son sus necesidades en cada momento y, por tanto, se le ofrece una «respuesta social integral, flexible y personalizada» conforme a su ámbito de necesidad y dentro de su contexto familiar y comunitario.
El catálogo, cuya elaboración se inició hace tres años, incluye la definición y clasificación de todas las prestaciones, su contenido e intensidad mínima, la población destinataria, los requisitos y condiciones para su acceso y disfrute, su titularidad, la aportación del usuario y su financiación, el régimen de compatibilidad e identifica también cuáles son consideradas prestaciones esenciales.
El modelo parte de 10 grandes grupos de necesidades, como por ejemplo cuidados básicos, alimentación, autonomía personal, movilidad, inclusión social o necesidades básicas de subsistencia, que hay que atender desde los Servicios Sociales. El profesional marcará una necesidad u otra según corresponda, y analizará de entre ocho grandes grupos (acceso a la información y valoración, prevención, apoyo a la familia, apoyo a la autonomía personal, atención social en contexto comunitario, atención integral en centro residencial, protección y tutela o apoyo para necesidades básicas) cuál de las 109 modalidades de prestaciones ofrece esa respuesta acorde a sus necesidades y con qué intensidad.
El profesional, tras la combinación de ambos documentos, contará con toda la información básica para elaborar el plan individualizado de atención.Y de la misma forma el usuario y la familia conocerá a qué prestaciones tiene derecho, cuáles son las condiciones y requisitos para su reconocimiento y percepción.
Además, el catálogo identifica un grupo como prestaciones esenciales (58 modalidades), que serán garantizadas como derecho subjetivo para evitar la existencia de colectivos en una situación de riesgo o de exclusión social. Más de la mitad se prestarán, por tanto, de forma obligatoria y estarán garantizadas públicamente, con independencia del nivel de necesidades o del índice de demanda existente. Y existe otro grupo de prestaciones no esenciales (51 modalidades), que estarán sujetas a disponibilidad de recursos y al orden de prelación.
Figura del profesional
Otra de las novedades del catálogo, tal y como recoge el decreto, es que, además de reconocer la figura del profesional de referencia y definir cada prestación, no considera al usuario desde una perspectiva estática sino que abarca su ciclo de la vida y sus necesidades cambiantes e incorpora las prestaciones sociales de la Red de Apoyo a las Familias.
El decreto, estructurado en 13 artículos, una disposición adicional, una disposición derogatoria y dos disposiciones finales, establece que ninguna persona se quedará privada del acceso a las prestaciones que le pudieran corresponder por falta de recursos económicos y garantiza la equidad territorial, de tal forma que cualquier persona resida donde resida tendrá accesos similares. Asimismo, contempla la coordinación con otros ámbitos, como el educativo, el sanitario o el empleo, para garantizar esa atención integral a la persona.
Recoge dos anexos. Uno comprende el conjunto de prestaciones del sistema de Servicios Sociales de responsabilidad pública y el segundo contiene las fichas descriptivas en las que se determina cada prestación.
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