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A lo largo del año no son pocas las veces que aparecen carteles junto al medallón de Franco de la Plaza Mayor. / Almeida
Las huellas franquistas continúan indelebles
SÍMBOLOS EN SALAMANCA

Las huellas franquistas continúan indelebles

Una sentencia del TSJ de Castilla y León ha sentado precedente al instar al Ayuntamiento de Valladolid a elaborar un censo de símbolos franquistas y eliminarlos en el plazo de un mes

J. HOLGUERA

Lunes, 17 de febrero 2014, 19:40

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Los escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva del levantamiento militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura, a tenor de la Ley de Memoria Histórica de España deberán ser retiradas de los edificios y espacios públicos.

Los símbolos son necesarios en un país, «bastante importantes en democracia», aclara Enrique Cabero, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Salamanca y profesor en la Universidad. Muy tenidos en cuenta fueron en su día por el régimen franquista que, desde un primer momento, se afanó en personalizar las principales calles de los pueblos y ciudades españolas, los edificios y todo aquello que se les antojaba a aquellos dirigentes que gobernaron España bajo la jefatura de Estado de Francisco Franco.

En Salamanca aún quedan vestigios de aquella época, con emblemas tan significativos como el medallón de la Plaza Mayor . Contra el que no han podido ni las continuas pintadas ni agresiones, ni la opinión contraria a este símbolo, manifestada por el Rey Juan Carlos I a Jesús Málaga, primer alcalde de la democracia, en una visita a la ciudad. Por contra, sí se ha protegido mediante una plastificación.

El precedente más cercano en relación con este tipo de simbología es la reciente sentencia emitida por el Tribunal Supremo de Justicia de Castilla y León que obliga al Ayuntamiento de Valladolid a elaborar un censo de los símbolos franquistas en el plazo de un mes y proceder a su retirada.

En Salamanca, se lleva muchos años eliminando signos de la exaltación del franquismo, pero aún así, en la actualidad perviven numerosos vestigios que tienen una solución difícil porque la propia ley no será de aplicación cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas, o artístico-religiosas protegidas por la ley.

Hay muchos escudos franquistas repartidos por toda la ciudad. Muchos de ellos son el elemento principal que decora la fachada de edificios emblemáticos e históricos, de ahí la dificultad de su eliminación, que requeriría, al menos, un estudio por parte de Patrimonio o tal y como propone Enrique Cabero, la consulta previa por parte del Ayuntamiento a una comisión participativa que debería estar formada al menos por los grupos políticos, la Asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio de Salamanca, el Centro de Estudios Salmantinos y la Asociación Salamanca Memoria y Justicia.

El vestigio más representativo de escudos es el del edificio de Correos, el más grande de la ciudad. Además, hay escudos con el símbolo del águila en el edificio de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales de la Universidad de Salamanca, otro más donde hoy se ubica la Audiencia Provincial, en el edificio del banco Santander, y dos escudos más en el edificio del Banco de España.

El yugo y las flechas

Salamanca «está inundada de elementos con el yugo y las flechas», en palabras de Luis Calvo Rengel, presidente de honor de la Asociación Salamanca Memoria y Justicia. Estos símbolos aparecen una y otra vez en las placas de las calles del barrio San Bernardo, en los números de las casas y en las placas del Instituto Nacional de Vivienda. Algunas de ellas incluso han sido restauradas en vez de ser sustituidas.

En el salón de sesiones del Ayuntamiento existe un mural que repasa la historia de Salamanca, en el que se aprecia la cara de Franco enmarcada en un vítor.

También hay símbolos en edificios de la Iglesia, como la placa en el Palacio Episcopal, que recuerda que Franco residió allí parte de la Guerra Civil; en muros de algunos templos católicos, como es el caso de la Iglesia del Carmen; o la Iglesia de San Juan de Sahagún, donde hay placas en mármol que recuerda a los fallecidos en la Guerra del bando nacional con inscripciones tales como 'Cruzada Nacional de 1936 a 1939' o 'Gloria a los muertos por Dios y por España', y encabezan el listado con el nombre de José Antonio Primo de Rivera.

En junio de 2000, el PCE elaboró un listado de símbolos franquistas en la ciudad, ordenado según las entidades titulares de los mismos. En marzo de 2009, los alumnos que en aquel momento cursaban la asignatura de Ciencias Sociales de 4º de la ESO en el IES Federico García Bernalt, Borja Alonso, Marta Benito, Carlos López y Almudena Vicente realizaron un trabajo titulado 'Símbolos franquistas en Salamanca', que mediante fotos y explicaciones recoge los emblemas que, aún hoy, cinco años después, se mantienen intactos sin que las personas responsables muestren interés por dar una solución a este aspecto que choca frontalmente con la legislación vigente. Al preguntarle por su postura en esta cuestión como representante del PSOE, Enrique Cabero asegura que «la propia legislación exige la retirada de estos símbolos».

Primer alcalde democrático

El 19 de abril de 1979, Jesús Málaga tomó posesión como alcalde de Salamanca y una de las primeras decisiones que tomó fue la devolución del nombre original a las principales calles. Así por ejemplo, durante el franquismo la calle Toro se llamaba General Franco, Azafranal era José Antonio Primo de Rivera, la Gran Vía estaba dedicada al General Primo de Rivera. Este alcalde también llegó a un acuerdo con el obispo para que se borrara el vítor de Franco en sangre de toro que había en la fachada de la Catedral.

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