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Se rueda en Torrelobatón

Dos productores de televisión graban un documental sobre la filmación de 'El Cid'

LAURA NEGRO

Martes, 24 de septiembre 2013, 16:59

En marzo de 1961, Torrelobatón vivió uno de sus acontecimientos históricos más importantes, cuando la localidad se transformó en un inmenso plató de cine en el que decorados, cámaras, vestuario y un gran número de extras y actores convirtieron la villa en Vivar, el pueblo natal del Cid Campeador. Han pasado 52 años desde el rodaje de la película 'El Cid', una superproducción de Hollywood con Charlton Heston y Sofía Loren como protagonistas, pero los vecinos de Torrelobatón recuerdan muy nítidamente aquellos tres días de grabación. Días en los cuales la apacible vida de la localidad se vio bruscamente interrumpida por un intenso y emocionante trabajo, que a muchos les hizo salir de la rutina y quedar inmortalizados para siempre en la historia del cine.

Hoy, algunos de los extras que participaron en la cinta, vuelven a repetir ante las cámaras. Esta vez, se trata del rodaje de un documental que lleva por título 'Bienvenido Míster Heston', y que pretende recordar aquellos días. Los realizadores de televisión Pedro Estepa y Elena Ferrándiz mostrarán lo que supuso para Torrelobatón el rodaje del filme y cómo ha influido posteriormente en la vida en el pueblo.

El hilo conductor del documental será El Norte de Castilla, a través de las crónicas escritas en 1961 por el periodista Antonio Hernández Higuera, quien se desplazó hasta Torrelobatón para cubrir la noticia y narrar todos los pormenores del rodaje. «Sus descripciones nos sirven para explicar diferentes aspectos sobre la escena que se rodó en la localidad, quiénes participaron en ella, cuántos días duró el rodaje, cuánto pagaban, cuánta gente llegó al pueblo, cómo se organizaban...», explican los directores del proyecto.

En los 30 minutos que durará el documental, se mostrarán también situaciones actuales del pueblo en las que se reflejará su evolución y el paso del tiempo. Además, se profundizará sobre cómo fueron los días previos al rodaje y el desarrollo del mismo. Durante varios días de grabación, en los cuales Estepa y Ferrándiz se dirigirán a los lugares más emblemáticos del municipio, se harán diferentes entrevistas a vecinos del pueblo que contarán sus experiencias.

En el cortometraje podremos ver, por ejemplo, al matrimonio formado por María Ascensión Bueno y Valeriano Puerta, quienes relatarán cómo ha cambiado la vida y las costumbres del municipio en estos cincuenta y dos años. Valeriano está muy orgulloso de haber sido uno de los figurantes del filme: «De Charlton Heston solo se pueden decir cosas buenas, era todo un señor. Eso sí hablaba en inglés y le entendíamos como podíamos, pero nos trató estupendamente. Nuestra misión era correr ladera abajo del castillo y gritar: ¡Matadles, matadles!». Pero nosotros, que éramos muy listos, lo hacíamos mal adrede, así teníamos que repetir la escena y se alargaban los días de rodaje», explica entre risas.

Otros, como Luis Luengo, no tuvieron la suerte de participar directamente en el rodaje, pero también vivieron aquellos días de forma muy intensa. Este vecino, propietario de la antigua estación de servicio de Torrelobatón tuvo que hacer turnos extra frente a los surtidores de su gasolinera para abastecer a los camiones de la productora: «Tuve muchísimo trabajo, ya que la gasolinera estaba más concurrida que nunca debido a la gran afluencia de curiosos. Además, los del equipo de producción venían continuamente a por combustible porque el grupo electrógeno de los focos consumía demasiado. En aquellos días, el litro de combustible se cobraba a 2,75 pesetas», explica este vecino. Luis también explicará cómo era la electricidad que había en Torrelobatón en el año 1961, «tan solo un hilillo de luz por la noche, que disminuía cuanto más lejos se encontraba uno del generador».

Los vecinos, protagonistas

Otra de las protagonistas del documental será Saturnina Díaz, la vecina más longeva del pueblo y modista de profesión, quien rememorará aquellos ajetreados días en los que tuvo que coser un gran número de estandartes y banderas que más tarde se lucieron en la película, «recuerdo que eran de colores muy vivos, color mostaza y granate. No escatimaban en nada y me dieron la tela e incluso hasta el hilo. Yo sólo tuve que cortarlas y coserlas. Me alegra que un trabajo mío se haya visto en una película tan importante», indica orgullosa.

Y gracias a Martín San Miguel, un estudiante de Valladolid que acudió a Torrelobatón a participar en la película como extra, podemos disfrutar de unas curiosas instantáneas de diferentes momentos del rodaje y de los descansos. Él se atrevió a esconder una cámara de fotos debajo de su disfraz, a pesar de estar expresamente prohibido.

Torrelobatón ha resultado ser muy inspirador para Estepa y Ferrándiz. El primero, aunque es natural de Madrid, tiene vínculos muy fuertes con el municipio, hasta el que ha acudido en numerosas ocasiones para buscar ideas para otros trabajos. «Se trata de un lugar de trabajo e inspiración. Un día, buscando una historia para un guión, nos dimos cuenta de que en el propio pueblo había una gran historia. No hacía falta viajar a cientos de kilómetros. El guión nos esperaba a unos metros de nosotros», explica el productor, quien tiene pensado distribuir su cinta en televisiones y presentarlo a festivales nacionales.

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