Borrar
Vecinos de Tábara regresan a sus casas tras ser desalojados. Alberto Mingueza

Los vecinos de 19 de las 32 localidades evacuadas por el incendio de Losacio regresan a sus casas

Los habitantes de Tábara, cabeza de comarca, vuelven al pueblo: «a ver cómo ha quedado todo»

Sofía Fernández

Valladolid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Martes, 19 de julio 2022

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Al mismo tiempo que los hidroaviones sobrevuelan el pueblo de Tábara llega un pequeño microbús blanco y rojo con una veintena de vecinos que hace parada a escasos metros de la Plaza Mayor, por fin vuelven a sus casas.

Isaías Clemente de 87 años, Manuel Fresno de 85 y Antonio Fernández de 86 emprenden con paso lento el camino hasta sus casas. Fueron desalojados ayer a la residencia Los Tres Árboles de Zamora, estuvieron todo el tiempo juntos pero enseguida se desvía del paseo Manuel, que va directo a la iglesia a ver el día en que se celebra la misa en recuerdo de su mujer.

Dicen no estar cansados, pero su rostro y sobre todo sus ojos, muestran lo contrario. Pero ni una sola queja, ni de la caminata, ni del calor, ni de haber tenido que salir con lo puesto. «Eso es porque estos están muy capeados, han pasado y han vivido mucho», espeta un joven apoyado en la puerta de una de las casas de la Plaza Mayor.

Conmueve ver la ilusión con la que vuelven a su hogar. «Estamos deseando ver cómo está todo y ver en las noticias todo lo que podamos porque hemos estado un poco aturdidos», dice Isaías, que lleva encima solo una pequeña bolsa de farmacia. Lo único que se llevó el antiguo empresario de la construcción al ser evacuado. A su lado, su vecino Antonio, que ha dedicado toda su vida al campo, camina con las llaves de su casa en la mano.

Les paran algunos vecinos que les preguntan cómo están y qué tal han pasado la noche. «Muy bien no tenemos queja nos han tratado muy bien y la residencia era muy grande y estaba muy limpia», dice Isaías. Y siguen su camino a casa. «Ya casi estamos, es pasando la panadería, vivimos al lado y aunque vivimos solos nos ayudamos en todo lo que podemos», asegura Isaías. «Para eso estamos», añade Antonio.

«Esto que ha pasado es un desastre, una desgracia, una pena, llámalo como quieras», recalca Isaías. Hace quince días fue hasta Villardeciervos para comprobar de primera mano cómo había quedado todo tras el colosal incendio que asoló la Sierra de la Culebra llevándose por delante más de 31.000 hectáreas y el pie de vida de cientos de familias. «Salvo una vaguada que hay al lado con unos castaños preciosos, el resto está todo quemado», dice Isaías quién coincide con Antonio en que nunca en sus 87 y 86 años han visto algo igual. «Esto no se ha conocido nunca, en la vida, esto no es soportable y no hemos visto cómo está el pueblo ¿eh?», dice a punto de llegar a su casa.

Saca las llaves de su bolso y abre la puerta, «pasad si queréis y os la enseño», mientras Antonio espera fuera porque no quiere perder un minuto para ir a la suya.

En la casa de Isaías aún huele a humo, todas las persianas están bajadas, tal y como las dejó el día anterior. «Mira, si es que hasta dejé los pantalones encima de la cama porque no me dio tiempo a más». Recorre su casa y comprueba que todo está en orden. Lo primero que va a hacer Isaías es poner las noticias, quiere comprobar cómo está la situación en su tierra. «Es que nos contaban alguna que otra cosa pero yo quiero ver bien todo».

Y se despide de Antonio, que sigue caminando unos cincuenta metros. Solo rompe el silencio para decir «aquí vivo yo, esta es mi casa» y con evidente cansancio entra de nuevo en hogar. Pero antes de cerrar su puerta -y al igual que Isaías- nos da las gracias por haberles preguntado.

Isaías, Manuel y Antonio son el reflejo de los 5.800 evacuados (la mayoría de edad avanzada) por un incendio que ha obligado a desalojar un total de 32 pueblos. Ya han podido volver los vecinos de 19 localidades y los que aún no pueden hacerlo sufren con el paso de las horas en el pabellón de Ifeza y solo tienen una cosa en mente, volver aunque sea con el humo de fondo en decenas de pueblos y con un entorno que tardará años en volver a ser el mismo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios