Fermoselle: «La historia nos sirve para el desarrollo turístico»

Quiero destacar la importancia de mantener viva la memoria de un pueblo mediante su historia, sus costumbres y su cultura. Son muchos los hechos que avalan la riqueza histórica de la localidad, algunos de importante calado. Entre ellos podemos destacar la concesión a la villa de una carta foral en 1221, por parte de Alfonso IX.

Contamos con un pasado judío, pues en su diáspora hacia Portugal bajo reinado de los Reyes Católicos, algunos se asentaron en Fermoselle.

También dice mucho de nuestro pasado que el obispo Acuña se hiciera fuerte en el propio castillo, desde donde comandó las tropas comuneras contra el emperador Carlos V. Fue este emperador, el que en 1523, concedió a la villa el privilegio de celebrar corridas de toros. De ahí, la raigambre taurina. Es igualmente importante el momento en el que Felipe II, en 1592, otorga el Real Derecho de Alcabala.

Entre los personajes ilustres destaca Juan del Enzina, nacido en Fermoselle (1468), precursor del teatro español y musicólogo.

Esta historia que marca nuestras raíces es la que nos sirve de fuerza para poder encarar el desarrollo turístico. En ese aspecto está pivotando. Sin olvidar que las bodegas forman igualmente, parte de la historia local. Sabemos de su antigüedad y se unen al patrimonio histórico, cultural o ambiental de la villa.

Contamos con varias rutas organizadas para descubrir esas bodegas y queremos potenciarlas al máximo. Entre nuestros proyectos también está el de implicar a todos los vecinos en una recreación de los hechos que acontecieron en 1521, con la guerra de los comuneros.

Somos conocidos por nuestro aceite de variedad manzanilla. A mediados del XVIII, la sociedad Amigos del País plantó 50.000 pies de olivos.

Tampoco me olvido del carácter emprendedor de los vecinos de Fermoselle, un ejemplo lo tenemos en cómo se recuperaron del daño que causó la filoxera en todos los viñedos a finales del siglo XIX, de hecho, acabó con todas las plantaciones. Unos 15 años después toda la zona estaba replantada y en pleno esplendor. Esa tradición vitivinícola se mantiene a día de hoy en una firme apuesta por el enoturismo.

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