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Un vecino de la localidad observa el incendio. Rodrigo Ucero

Zamora

La amenaza del fuego obliga a evacuar Sesnández: «El viento ha cambiado y tenemos que salir del pueblo»

Decenas de vecinos, quienes ya tuvieron que evacuar con los incendios de la Sierra de la Culebra, han sido trasladados a Tábara y Alcañices

Sergio García

Valladolid

Miércoles, 13 de agosto 2025, 20:02

«Otra vez no». Era una de las frases más repetidas entre los vecinos de Sesnández, quienes todavía tienen muy presente en el recuerdo el ... fuego que asoló la Sierra de la Culebra hace tres años.

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Este miércoles, el municipio ha tenido que ser evacuado, también por las llamas, que a lo largo de la tarde han comenzado a avanzar en su dirección después de cruzar la carretera desde Abejera, cuyos habitantes ya fueron desplazados este martes hacia Tábara.

«Otra vez no, por dios», sollozaba una mujer cuando un vehículo de la Guardia Civil ha comenzado a avisar que debían desalojar el pueblo. «Ahora en verano estamos en torno a 300 personas», comentaba otro vecino antes de entrar rápido en su casa para preparar todo. «Aquellos que tengan vehículos privados deberán salir por carretera, en dirección Tábara. Para el resto se ha preparado un autobús en la plaza», anunciaban los efectivos de la Benemérita a su paso por el municipio.

La evacuación ha sido rápida, como el avance de las llamas, que ha obligado a cerrar la carretera ZA-L-2450 en dirección a Abejera, a la altura del kilómetro catorce en un primer momento, donde las llamas y el humo no dejaban ver desde la calzada. En el horizonte, el fuego cruzaba como una línea después de haber quemado la antigua estación de ferrocarril de Abejera, que data de 1952 y que dejó de operar en 1977.

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Según comentaban los vecinos, existía un proyecto para renovar el inmueble y reconvertirlo en un hotel. Sobre un camino junto a un parque eólico, Juan Manuel Río y su hijo, vecinos de Sesnández, observaban las columnas de humo. Desde la distancia se observaba una entre los dos municipios de Ferreras -de Arriba y de Abajo-, donde los efectivos aéreos lanzaban agua. Al menos dos avionetas y un helicóptero se apreciaban desde la distancia.

Poco a poco, el humo que se observaba desde detrás de las colinas han dado paso a las primeras llamas, que ya sobrepasaban esta barrera física tras la que se encuentra Abejera. El fuego ha avanzado y ha girado hacia Sesnández, empujado por el fuerte viento de primera hora de la tarde. El avance ha sido rápido en pocos minutos, lo que ha obligado a la Guardia Civil a proceder a la evacuación de los vecinos, que en un primer momento han sido desplazados a Tábara y Alcañices.

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Uno de los más rápidos en desalojar ha sido precisamente Juan Manuel Río, cuya casa está cerca de la entrada del pueblo, desde donde ha entrado la Guardia Civil. «Parecía que estaba tranquilo, pero nos acaban de decir que el viento ha cambiado de dirección y que tenemos que desalojar», explicaba.

Los primeros momentos en el municipio han sido frenéticos, de incertidumbre y, también, de la rapidez de unos vecinos que «por desgracia», están acostumbrados a esta situación. «Ya nos pasó cuando la Sierra de la Culebra, aunque entonces fue un desalojo voluntario, no vino la Guardia Civil a decirlo, como ahora.

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Tenemos que coger lo básico y salir rápido«, comenta Matilde Folgado, que desaloja su vivienda junto a otras cuatro personas. En apenas unos minutos, lo que era bullicio se ha convertido en silencio, donde los vecinos más veteranos eran los únicos que permanecían todavía a la espera. »Se ve el humo lejos, esto no es nada«, se tranquilizaba un hombre de Sesnández mientras otros vecinos regaban sus viviendas para evitar una mayor propagación del fuego.

En apenas quince minutos, solo los animales de las fincas quedaban en la localidad, cuyos vecinos, al menos aquellos que tenían vehículos particulares, han recalado en Tábara. Trece minutos de distancia a través de una carretera de montaña desde donde se apreciaba una panorámica en la que el humo contrastaba con un paisaje que ya ardió hace tres años. Por lo pronto, los vecinos dormirán esta noche en el auditorio de Tábara, que además durante estos días está inmerso en sus fiestas. Esta es otra imagen de contraste, la de unos vecinos que sufrieron el fuego en 2022 y que ahora festejan.

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También la de la solidaridad con la que las mismas personas han acogido esta noche a sus vecinos de Abejera y ahora a los de Sesnández. «Lo primero es agradecer como todos os habéis volcado trayendo lo que era necesario», han sido las primeras palabras de un pregón que ha inaugurado las fiestas de un pueblo que vuelve a apreciar el humo en su cielo.

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