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«La tía Yoli estaba muerta y que esté hoy aquí es un milagro»
Decenas de familiares reciben en Valladolid a una mujer de 48 años que acaba de superar el coronavirus después de 51 días en la UCI en una fiesta sin incidentes y con presencia policial
La tía Yoli estaba muerta y que estoy aquí es un milagro que teníamos que celebrar pasara lo que pasara», explicaban este viernes al mediodía los allegados de Yoli, una mujer de 48 años que acaba de superar el coronavirus después de pasar 51 días ingresada en la UCIdel Clínico, donde recibió el alta a esa misma hora ajena a que a la puerta de su casa, en las casas blancas de la calle Joaquín Velasco Martín (Huerta del Rey), le esperaba a su llegada un caluroso recibimiento que congregó a decenas de personas, en una celebración evidentemente ilegal, en la que llegaron a estar presentes media docena de patrullas, pero en la que no hubo incidente alguno. «Es una fiesta, vamos a darle a Yoli los aplausos que se merece y en cuanto entré en casa nos dispersamos todos», explicaron a los agentes los propios familiares justo cuando el coche que la trajo a casa paraba ante ellos entre cánticos religiosos y aleluyas por su vuelta. «La daban por desahuciada, la han tenido muchos días intubada y solo gracias a que Dios ha puesto su mano sobre ella ha salido y está bien», reiteraban los presentes mientras ayudaban a Yoli a bajar del vehículo para sentarse en una silla de ruedas y ser llevaba a casa.
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«Su vuelta es un mensaje de esperanza para todos y queremos que este homenaje sea también para los médicos»
Ella, abrumada, no pudo articular palabra mientras sus familiares y muchos feligreses de la iglesia evangélica de Huerta del Rey vitoreaban su regreso. La celebración, en la que no faltaron pancartas con mensajes de ánimo hacia la vecina de los bloques blancos, no duró más de cinco minutos y los presentes, como habían acordado, se dispersaron sin que fuera necesaria la intervención de los efectivos de las policías municipales y nacionales.
Especiales coronavirus
'Eres una sierva de Dios y un ejemplo', 'Yoli, campeona'..., fueron algunos de los mensajes que podían leerse colgados entre los soportales del bloque de viviendas de la esquina de la calle Joaquín Velasco Martín y la avenida de Miguel Ángel, junto a la plaza del Milenio, que fueron retirados por los presentes al concluir el homenaje de bienvenida a esta mujer de 48 años, casada y madre de tres hijas, a la que durante días dieron «prácticamente por muerta» desde que ingresó en el Clínico y la diagnosticaron el temido virus.
Los presentes, con mascarillas, respetaron razonablemente las distancias durante la hora de espera hasta la llegada de Yoli, a las 12:49 horas, si bien es cierto que entonces se agolparon en torno a ella: «Su vuelta es un mensaje de esperanza para todos y también queremos que sirva de homenaje a los médicos».
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