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Interior destrozado y repleto de pintadas de una sala de procesamiento de la antigua fábrica de elaboración de huevo en polvo Ovosec, en La Victoria.

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Interior destrozado y repleto de pintadas de una sala de procesamiento de la antigua fábrica de elaboración de huevo en polvo Ovosec, en La Victoria. J. Sanz

La Victoria dirá adiós a otro vestigio industrial con el derribo de la antigua fábrica de Ovosec

La planta, pionera en la elaboración de huevina desde 1967, está en ruinas y los vecinos piden celeridad en la demolición ante la sucesión de incendios y robos desde su cierre

J. Sanz

Valladolid

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Miércoles, 27 de marzo 2019, 07:35

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Hubo un tiempo en el que el barrio de La Victoria era un espacio industrial impulsado, sobre todo, por la Textil Castilla (1938), una planta que llegó a dar trabajo a más de cuatrocientas personas hasta su desaparición a comienzos de los años noventa. Sobre sus cenizas se abrió la actual plaza de La Solidaridad. Pero un picón de aquel emporio textil se salvó de la quema. Allí, en una esquinita del desaparecido taller –«era propiedad de los mismos dueños», apuntan los vecinos–, mantuvo su actividad una planta abierta en 1967, Ovosec, que fue pionera en su momento en la elaboración de la popular huevina y otros derivados del huevo (en polvo, congelado...). Hasta que entró en concurso de acreedores en 2010 y cerró sus puertas poco después. La fábrica cayó en el olvido y poco a poco comenzó a recibir visitantes (ladrones de chatarras, grafiteros, indigentes...) hasta convertirse en un auténtico quebradero de cabeza para los vecinos del entorno durante el último lustro.

Las instalaciones, situadas entre las calles Manuel López Antolí y Europa, dos perpendiculares a la avenida de Gijón, presenta hoy un estado «deplorable», continúan abiertas de par en par y están destinada a pasar por la piqueta. El Ayuntamiento declaró la planta en ruinas en 2017 y un año después autorizó su derribo a sus actuales propietarios, una sociedad denominada Time Frame Trader, dependiente a su vez de otra sociedad inmobiliaria denominada Proyectos Tobacor, ambas con sede social en Valladolid. Su intención, en principio, pasaría por construir adosados en la línea de los existentes justo enfrente.

Exterior de lla planta de Ovosec en la esquina de la calle Europa.
Exterior de lla planta de Ovosec en la esquina de la calle Europa. J. Sanz

«Su estado representa un riesgo evidente tanto para los jóvenes, sobre todo, que entran a su interior como para los vecinos del entorno –la planta está rodeada de viviendas– por los continuos incendios que se vienen registrando en su interior», advierte Javier Sánchez, secretario de la asociación de vecinos Los Comuneros, antes de reclamar «celeridad en la demolición de la fábrica y en el acondicionamiento del solar para evitar más problemas». Después, reconoce, «ya se verá si se construye o no». El proyecto de demolición fue aprobado el 7 de noviembre de 2018 y el expediente de ruina económica se encuentra en fase de exposición pública (durante dos meses) desde el 15 de febrero. Fuentes de la sociedad Time Frame Trader confirman que su intención es «demolerlo cuanto antes debido a su mal estado», aunque declinaron ofrecer información sobre el futuro proyecto para los terrenos.

«El último proyecto contemplaba allí adosados, jardines y la prolongación de la calle Neptuno»

«Lo último que sabemos es que el futuro Plan General de Ordenación Urbana –aún sin aprobar– recoge que sobre los terrenos, al margen de los adosados que parecen estar proyectados allí, se ampliarán los jardines ya existentes en un espacio peatonal junto al muro y se prolongará la calle Neptuno para darle salida hacia Manuel López Antolí», apuntan los residentes. Fuentes municipales aclaran que, por ahora, no han recibido el proyecto sobre el futuro uso de estos terrenos.

Chatarreros y grafiteros

La antigua fábrica de Ovosec, que ocupa una manzana entera, continúa sumando incidentes entre tanto en forma, sobre todo, de incendios. «Aquí vemos a los Bomberos o a la Policía Local cada dos por tres y los chavales continúan entrando como Pedro por su casa», apuntan los vecinos y hosteleros de la calle Europa, con vistas a la maltrecha fábrica, cuyo lateral acristalado está completamente agujereado a pedradas o literalmente al aire después de que «volaran» los marcos de las ventanas para su venta como chatarra. A la vuelta de la esquina, ya en la calle Manuel López Antolí, se encuentra la entrada principal, a la que se accede sin problemas por un boquete abierto en la verja. Su fachada, que luce un destartalado mural de cerámica firmado en 1967 –la fecha de apertura de Ovosec–, presenta un aspecto similar con una puerta acristalada que carece de cristales.

De la Textil Castilla a Uña, La Perla... y falta el aserradero

«La Victoria era un barrio eminentemente industrial hasta los años ochenta, cuando las fábricas de todo tipo comenzaron a cerrar salvo Uña, la harinera La Perla (el malogrado hotel Marqués de la Ensenada) u Ovosec, que duraron apenas una década más», recuerda Javier Sánchez, secretario de la asociación de vecinos Los Comuneros. Los cierres de las plantas industriales dieron paso a la construcción de «un barrio residencial» con espacios más amables. Fue el caso de la enorme plaza de La Solidaridad, inaugurada el 4 de febrero de 1995 (por Tomás Rodríguez Bolaños) en el hueco que dejó la Textil Castilla, un monstruo que dio trabajo a cuatrocientas personas desde 1938. En paralelo desaparecieron otras plantas que fabricaban luminarias (donde se asientan el centro de mayores o la Policía Local) o un aserradero al borde de la calle Venus, cuyo solar lleva años abandonado y que en su día «esperamos que pueda urbanizarse para prolongar las calles Júpiter y Villanubla». Otros emblemas, como Bombones Uña, están pendientes de derribo para la construcción de pisos.

De manera que no resulta demasiado complicado entrar a unas instalaciones que llevan más de un lustro abandonadas y cuyo interior, al margen de peligroso, ofrece un aspecto un tanto fantasmagórico con techos ennegrecidos por los incendios, pintadas en cada esquina, maquinaria oxidada y restos de cascotes diseminados por el suelo después de que los ladrones de chatarra arrancaron el cableado y los marcos de puertas y ventanas. Las instalaciones cuentan con un edificio principal, que presumiblemente albergó en su día las oficinas y alguna suerte de laboratorio en la planta superior, y tres naves anexas de uso industrial. Fuera, en la esquina de la calle Europa, un cobertizo de ladrillo encalado, o que debió estar encalado, y con el tejado agujereado muestra lo que debió ser un taller. En algunas estancias hay sillas e improvisadas mesas que dan fe del paso habitual de jóvenes por la planta. El conjunto carece hoy de cualquier tipo de valor histórico o catalogación, por lo que su anunciada demolición será a buen seguro completa.

Siete millones de huevos

«Ahora mismo se trata de eliminar un problema evidente de seguridad con el derribo de la fábrica para dejar el solar limpio a la espera de que salga adelante algún proyecto que integre esta parcela en el barrio con viviendas, espacios peatonales que amplíen la plazoleta que ya existe entre bloques de pisos y, lo que sería bastante interesante, la prolongación de la calle Neptuno para darle una nueva entrada desde Manuel López Antolí», resume el secretario de la asociación vecinal, quien incide en que la planta no tiene más valor que el nostálgico por aquello de ser «uno de los últimos vestigios del pasado industrial de La Victoria».

Medio siglo de vida del barrio contempla la ruinosa fábrica de Ovosec, que en su día alcanzó los treinta empleados y procesó más de siete millones de huevo al año. Hasta su cierre.

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