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La Vera Cruz reabrirá en marzo tras nueve meses de obras y 400.000 euros de inversiónLa Vera Cruz reabrirá en dos meses. El templo penitencial recuperará su actividad religiosa y turística durante el mes de marzo tras el cierre durante ... casi nueve meses tras el colapso de su cúpula el 25 de junio del año pasado. Los trabajos «avanzan a buen ritmo y siempre según lo previsto», tal y como revelan el presidente de la hermandad, Raúl Díez, y el arquitecto del proyecto de las obras de reconstrucción, Fernando Bonrostro, quienes coinciden en apuntar que «todo se ha desarrollado sin contratiempos, tras el impacto inicial de la noticia, con el objetivo de recuperar el culto de la iglesia en plena Cuaresma». Es más, en las últimas semanas se están desdoblando los trabajos tanto en el interior como en el exterior para recortar días a los plazos e intentar minimizarlos pero siempre con el mismo objetivo compartido entre cofradía -la propiedad-, arquitecto y constructora: «Estar en casa en Semana Santa».
La capital se desperezaba este martes con los complejos trabajos de acoplamiento de la linterna, el chapitel y la veleta. Una estructura instalada en tres fases, colocada durante toda la mañana con unas labores de «muchísima precisión» para ensamblarla «perfectamente» a la cúpula también reconstruida, según describe el arquitecto, quien a pie de obra ha seguido «los milimétricos pasos» para conseguir que el cielo vallisoletano vuelva a tener una de sus enseñas: la cúpula de la Vera Cruz, iglesia que vuelve a sumar los 33 metros de altura.
Enero de 2025
Junio de 2024
No obstante, como siempre se indicó, han sido unas tareas construidas y ensambladas desde fábrica para que la gran linterna, que tiene unas dimensiones de algo más de cuatro metros de altura, llegara perfectamente configurada a bordo de una góndola, un camión de gran tonelaje que este martes, en plena hora punta de la mañana, alrededor de las 9:00 horas, discurrió por todo el casco histórico hasta la calle Guadamacileros, una de las laterales del templo, desde donde se ha trabajado a vez con una grúa de grandes dimensiones para alcanzar las diferentes alturas y, por tanto, anexionar los tres mencionados elementos.
Esta tarea de rematar la cúpula suscitó la curiosidad de los ciudadanos dado que son muchísimos los que se encontraron con el elemento a su paso por vías como Zorrilla, Filipinos, Gamazo, Duque de la Victoria… Y mientras una decena de operarios se afanaban en el exterior del templo, en la culminación y los remates de las cubiertas; en el interior, en paralelo, varias cuadrillas de otra decena de personas trabajaban en otros frentes: la limpieza y pintura del templo y la reparación del suelo de la zona afectada por la caída a plomo de la cúpula. Son tres intervenciones que pasan desapercibidas a la vista, al menos de momento, «pero igual de importantes» para culminar con esta obra de reconstrucción que se prolonga desde el pasado mes de septiembre con un presupuesto de algo más de 400.000 euros.
Limpieza del retablo mayor
Las miradas de los viandantes y curiosos han compartido ángulos de visión porque hacia arriba del templo, hacia los tejados, se procedía a la colocación de la linterna mientras que hacia dentro, con las puertas abiertas de par en par hacia la calle de la Platería, se entreveía como los restauradores procedían a la limpieza del retablo mayor de la nave central, que está cubierto por un gran andamiaje, cuyos brillos dorados parpadeaban hacia el exterior entre los momentos de sol y lluvia que se han registrado en distintos momentos del día. Son unas labores con las que se recuperará el esplendor de este gran retablo del sigo XVII destacando las imágenes en sendas hornacinas de la Virgen y San Juan. En el camarín central, el habitáculo de espejos que alberga a Nuestra Señora de los Dolores, la Virgen de la Vera Cruz, que desde la caída de la cúpula recibe culto en la Iglesia de San Miguel.
Se trata de una zona completamente cubierta de polvo por el propio derrumbe que, aún habiendo a plomo en la zona central del templo, lo cierto es que todo el espacio se cegó de una gran onda expansiva de polvo. Los cascotes de yeso, madera y ladrillo, por su parte, no afectaron a la propia integridad de los retablos, capillas e imágenes dado que los técnicos de Las Edades del Hombre examinaron todos y no detectaron rastro alguno por impactos de ningún material. Y todo este polvo es el que se está retirando desde hace diez días mediante aspiradores industriales que permiten recuperar el estado original a todas las obras, cuerpos y molduras.
Nueva pintura en ocres y dorados
En otras localizaciones en altura de la iglesia han comenzado también las tareas de pintura, se´un confirma Fernando Bonrostro, quien recuerda que el templo no recuperará las tonalidades celestes que se pintaron hace varias décadas sino que se volverá a pintar la cúpula y molduras con tonos ocres y dorados. Unos colores que tal y como han acreditado son los originarios del templo y, además, explica el colegiado, «permitirá mayor y mejor reflejo de la luz natural que entre por la linterna hacia el interior» con el consiguiente reflejo en diferentes zonas según el discurrir de las horas al cabo de los días y de las estaciones del año.
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En el pavimento, por su lado, varios operarios están procediendo a recuperar el suelo, la parte afectada por la caída del gran peso de la linterna que corresponde justamente con la zona del crucero, el centro de la planta de cruz latina junto con varios escalones de acceso al altar. Un gran agujero que ya se está arreglando siendo la parte más visible, las propias baldosas, las que más evidenciarán lo sucedido un 25 de junio de 2024 dado que algunas losetas sí serán diferentes a la piedra que había, a la que conforma el resto del templo, quedándose por tanto como testigo de la propia historia de esta histórica penitencial.
Así las cosas, «sin prisa y sin pausa para concluir la obra en las mejores condiciones y con las máximas garantías de haber realizado un buen trabajo», el presidente de la cofradía anunció ayer que volverán a su sede a mediados del mes de marzo, prácticamente a las puertas de la próxima Semana Santa, lo que significa también que se mantendrán las salidas procesionales desde la Vera Cruz, los encuentros en el pórtico con otras hermandades e incluso actos tan emblemáticos como triduos, quinarios y, en especial, la novena a Nuestra Señora de la vera Cruz que culminará el próximo 11 de abril, Viernes de Dolores, con el tradicional y solemne besapié a la sagrada imagen de Gregorio Fernández.
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