Vallisoletantos por el mundo
Un vallisoletano en Bogotá: «Me siento un 200% español, pero ahora mismo mi hogar está en Colombia»Manuel Jiménez Ruiz emigró a Colombia en el 2013 donde se trasladó con toda su familia y donde ha emprendido en un negocio de cafés que ha implantado también en España
Manuel Jiménez Ruiz aterrizó por primera vez en Bogotá, en julio de 2013 y lo hizo con emoción, pero también con miedo. En aquel momento ... viajó solo dejando en España a su mujer, Cristina y a sus dos hijos pequeños, el mayor de dos años y la pequeña de solo un mes. Aquel primer viaje lo aprovechó para buscar casa y colegio para sus niños e ir abriéndose camino en un país totalmente desconocido para él, hasta que su familia pudiera trasladarse también. Reconoce que todo lo que había escuchado sobre Colombia eran noticias negativas, lo cual le preocupaba bastante. «En aquel entonces sólo se hablaba de lo malo de este país, de la guerrilla, la delincuencia, la droga…, sin embargo, lo que me encontré, me cambió la vida. Me sorprendió para bien. Me encontré con un país muy interesante, con muchas oportunidades y con gente muy trabajadora, hospitalaria y con muchas ganas de salir adelante», comenta.
Nació en Madrid, en 1977, sin embargo, Manuel siempre se ha considerado «más pucelano que madrileño», ya que desde los 12 años vivió en Valladolid, donde estudió Ingeniería Técnica Informática de Gestión y también Ciencias Empresariales en la UVa. Después, completó su formación con una licenciatura en Administración de Empresas por la UNED y un Executive MBA en IE Business School. Su carrera profesional siempre estuvo vinculada al sector financiero, donde llegó a ocupar puestos de gran responsabilidad en entidades como Bankinter.
Fue tras la crisis económica de 2008 cuando puso sus miras en el extranjero, ya que el mercado laboral en España o veía «muy parado». Un cazatalentos le contactó con una propuesta del Banco Falabella, que buscaba perfiles en España para puestos en Latinoamérica. Le ofreció ser vicepresidente comercial dirigiendo un equipo de mil personas y gestionando oficinas, canales digitales y el 'call center' de la entidad en Colombia. A su mujer, Cristina, también le ofrecieron un puesto en la agencia de seguros del mismo grupo. «Yo, en aquel momento, hubiera preferido otro destino, como por ejemplo Chile, por ser un país más seguro, pero el Banco Falabella lo que me ofrecía era en Colombia», relata.
Después de un año de andadura en el banco, Manuel sintió que necesitaba un nuevo rumbo. «Tuve una crisis vital y decidí dejar mi carrera de más de 12 años en bancos y lanzarme a emprender», explica. De esa ilusión nació Aflore, una empresa Fintech dedicada a conceder microcréditos a personas fuera del sistema financiero, que en Colombia son aproximadamente el 65% de la población. «Monté la empresa junto con unos socios y desde cero. La hicimos crecer muchísimo, tanto que llegamos a ser un equipo de más de 150 personas en todo Latinoamérica y dimos más de 50.000 préstamos a personas vulnerables. Desgraciadamente, en 2022 llegó una crisis muy grande al país, que afectó, sobre todo, a las empresas financieras y después de intentar ajustar el modelo, decidimos que no había otra alternativa que cerrar la empresa, un proceso en el que aún estamos trabajando», explica Manuel, quien en seguida supo reinventarse.

Actualmente trabaja como asesor de empresas, forma parte de varias juntas directivas y lidera otros proyectos personales, como 9.30 Café, una marca de café de especialidad colombiano que ya ha llegado a España. «Es un proyecto que me ilusiona especialmente. Llevaba tiempo pensando en la manera de unir a los dos países que tanto quiero y creo que esta empresa me permite dar a conocer todas las maravillas de Colombia en España, como el café, la música, gastronomía, moda, artesanía…». La primera tienda de 9.30 Café en España abrió en el centro comercial Plenilunio, en Madrid, y la segunda se inaugurará en breve en la Plaza Felipe II, también en la capital. «Me he asociado con un amigo y tenemos un ambicioso plan de expansión para abrir 40 cafeterías en 5 años. Ojalá muy pronto abramos alguna en Valladolid», comenta.
Una vida entre dos países
Manuel no ha perdido nunca el vínculo con España. Vuelve cada año con su familia en Navidad y en verano. Sus hijos, ya adolescentes, estudian en un colegio adscrito a la embajada española en Bogotá. «De Valladolid echo de menos la seguridad y la vida en la calle. A mi familia, a los amigos y también la comida y el vino. Me encanta ir de tapas y vinos», confiesa.
Sus datos
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Edad: 48 años
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Nació en: Madrid. Se trasladó a Valladolid con 12 años
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Estudió en: Ingeniería Técnica Informática de Gestión y Diplomatura de Ciencias Empresariales, ambas en la Universidad de Valladolid. Licenciatura en Administración de Empresas en la UNED y Executive MBA en IE Business School
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Fecha de partida: Julio de 2013
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Lugar actual de residencia: Bogotá (Colombia)
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Profesión: Emprendedor en el sector cafetero-hostelero
Aunque está plenamente adaptado a la vida en Colombia, donde ha encontrado grandes oportunidades y ha formado una red de amistades tanto españolas como colombianas, tiene claro que su futuro ideal pasa por vivir «entre los dos países». «Me gustaría que mi familia se trasladase a España y yo poder dividir el tiempo entre ambos países. El hecho de emigrar me ha permitido desarrollar muchas facetas profesionales que, si me hubiera quedado en España, seguramente no habría logrado, como la de emprender. Estar fuera te permite también apreciar más lo que tienes. Vivir en el extranjero está siendo una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida, para mí y para mi familia. España sigue siendo el mejor sitio para vivir, de hecho, me siento un 200% español, pero ahora mismo mi hogar está en Colombia», concluye este emprendedor vallisoletano.
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