Valladolid e Irlanda reviven en la calle el funeral de Hugh O'Donnell como vínculo histórico
Medio centenar de figurantes y músicos desfilan en el cortejo fúnebre del héroe irlandés fallecido en Simancas en 1602
Aceras atestadas de público convocado alrededor de una melodía triste de gaitas que abre paso a un desfile evocador de una escena que la historia ... sitúa en 1602: el cortejo fúnebre del héroe irlandés Red Hugh O'Donnell (Lifford, Irlanda, 1572-Simancas,1602). Del Palacio Real partió con medio centenar de figurantes la comitiva que recorrería la calle Angustias, Bajada de la Libertad, Cánovas del Castillo, Ferrari, Santiago y Constitución.
En el número diez de esta vía se colocó en 2020 una gran placa en reconocimiento del príncipe irlandés que lideró la rebelión contra el gobierno inglés que daría lugar a la Guerra de los Nueve Años (1595-1603) y a quien la muerte sorprendió en el castillo de Simancas. Había viajado hasta la corte vallisoletana para entrevistarse con Felipe III en demanda de ayuda en su lucha contra los ingleses. Una placa lo recuerda también desde 1991 en el archivo simanquino. Allí se conservan su testamento, en el que pide ser enterrado en el convento de San Francisco de Valladolid, y las cartas de O'Donnell al rey de España.
En el atardecer de este viernes, un veterano del ejército irlandés abría el cortejo fúnebre al son de la gaita. Tras él, una docena de caballistas, monjes franciscanos, cortesanas, taberneras, soldados de la guardia real y la guardia montada y una veintena de músicos de la banda Nivaria, de la Casa de Galicia en Valladolid amenizando el desfile. No faltaron abanderados, veteranos de los ejércitos español e irlandés con su uniforme de gala. Tampoco antorcheros escoltando el carruaje tirado por dos caballos con un féretro cubierto por dos antiguas banderas de ambos países.
Un epitafio, nexo emocional
«Este es un acto que hermana Valladolid con Irlanda y promueve lazos históricos», comentaba Carlos Burgos, presidente de la Asociación Hispano-Irish antes de la ceremonia de homenaje celebrada en el patio del Palacio Real, anticipo del que tuvo lugar al final del desfile en la calle Constitución. Allí, frente a la placa conmemorativa en el lugar donde en 2020 se encontraron restos de la Capilla de las Maravillas –que albergaría la sepultura de O'Donnell en lo que fue el antiguo convento de San Francisco donde 96 años antes había sido enterrado Cristóbal Colón–, el alcalde, Jesús Julio Carnero, realizó una ofrenda con representantes de la República de Irlanda, entre ellos el exalcalde de Dublín, Paul McAuliffe; el embajador del país, Brian Glynn y el ministro de Patrimonio Kevin Moran. Carnero señaló que «un año más, cumplimos con una tradición importante con Irlanda y también con nuestra historia», apuntó el regidor, que calificó a Hugh O'Donnell como «el Cid de los irlandeses».
El epitafio de la Calle Constitución ejerce desde hace cinco años de nexo emocional de Valladolid con la historia irlandesa. Una relación que se pretende ensanchar con la incorporación de Hugh O'Donnell al callejero local. Las últimas investigaciones apuntan a que el cuerpo del pelirrojo irlandés podría haber sido trasladado durante el período de la Desamortización a una gran fosa común en el cementerio del Carmen. Otra de las iniciativas al calor de la recreación histórica es el Aula O'Donnell de la Universidad de Valladolid. Este sábado se celebrará una visita conmemorativa al Archivo de Simancas, y el domingo el Patio Herreriano acogerá la proyección de documentales y un concierto de música tradicional irlandesa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión