Todas las tiendas de Valladolid cobrarán por ley las bolsas de plástico
Los comerciantes se enfrentan a multas de hasta 900 euros si las entregan de forma gratuita a sus clientes
Se acabaron las bolsas de plástico gratis en las tiendas. El comercio vallisoletano ya está listo para aplicar el real decreto que, desde mañana (se notará sobre todo el lunes), les obliga a cobrar por las bolsas de plástico que entreguen a sus clientes. Las fruterías, las librerías, las tiendas de ropa y de deporte, las carnicerías y pescaderías... A partir de ahora habrá que optar por otras alternativas (capazos, carritos de la compra, bolsas de rafia, de tela, mochilas...)o bien pagar cinco céntimos por las bolsas más baratas.
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Las dos plataformas de comerciantes de la capital (Avadeco y Fecosva) han enviado ya circulares a sus asociados para informarles de la nueva normativa –en aplicación de una directiva europea– que persigue acabar con el uso cotidiano de las bolsas de plástico por su alto nivel contaminante y sus enormes dificultades para el reciclaje (se calcula que tardan más de 400 años en degradarse).
«El comercio se está adaptando.El plazo para su aplicación debería haber sido mayor, aunque desde Avadeco trabajamos desde hace meses para que la adaptación sea ordenada», explica Luis del Hoyo. El Boletín Oficial del Estado publicó el 19 de mayo el real decreto que entrará en vigor mañana. «Además, consideramos que hubiera sido buena una campaña de concienciación hacia el consumidor, en la que se recuerde que es una medida impuesta por una directiva comunitaria y no por los comerciantes», añade del Hoyo.
En este sentido, hay establecimientos que, de forma clara, muestran su reticencia con esta medida. Entre ellos, cadenas de supermercados como Gadis, en cuyas puertas lucen carteles que dicen: «A partir del 1 de julio la ley obliga a cobrar las bolsas. Pero te ayudaremos a llenarlas con mucho gusto». La mayor parte de las cadenas de distribución las cobran desde 2009 (como Carrefour), cuando se lanzó la primera voz de alarma en el Plan Nacional Integral de Residuos 2008-2015. Entonces, cada español gastaba al año 240 bolsas. Ahora estamos en 144, según el Ministerio de Medio Ambiente. El objetivo es que empecemos 2020 con 90. Y la medida que este domingo se empieza a aplicar, también en el pequeño comercio, es vital para conseguirlo.
Fecosva ha remitido una circular a sus asociados con un modelo de cartel en el que se avisa del cobro de las bolsas y la recomendación de que los comerciantes «informen a los consumidores de los precios establecidos, exponiéndolos al público en un lugar visible e incluyendo una referencia al cumplimiento de las obligaciones». Quiere el comercio que quede claro que es una imposición normativa. «Uno de los problemas con el que nos encontramos es que cada comercio puede cobrar las bolsas a un precio diferente, aunque existen precios orientativos», recuerda Luis del Hoyo.Serán cinco céntimos para las bolsas ligeras (con menos de 15 micras)y 15 céntimos para el resto. Estos precios afectan a las bolsas con asas. En principio, no tienen que cobrarse esas bolsas ligeras (sin asas) que se utilizan, por ejemplo, para meter la fruta o como «envase primario para alimentos a granel», por entender que este tipo de bolsas (como los guantes de plástico para seleccionar el producto)cumplen un uso higiénico y, además, contribuyen a prevenir el desperdicio de alimentos.
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La medida entrará en vigor mañana y tendrá nuevas fases, ya que a partir del 1 de enero de 2020 se obliga a que las bolsas con espesor igual o superior a 50 micras contengan un porcentaje mínimo del 50% de plástico reciclado y, desde el 1 de enero de 2021, también se prohibirán las bolsas muy ligeras (salvo si son de plástico compostable).
¿Qué pasará si un comercio se niega a cobrar a sus clientes por la bolsa de plástico? Pues que se enfrenta a una sanción que, de acuerdo con la ley de residuos de 2001, puede conllevar una multa de hasta 900 euros.
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Valladolid carece de registros para cuantificar cuántas bolsas se entregan en los comercios de la capital. Avadeco dice que tiene asociados comercios que consumen hasta cien mil bolsas al año. Los últimos datos del Ministerio de Medio Ambiente hablan de 144 bolsas por habitante y año de media, lo que supone casi 75 millones en la provincia.
¿Qué se hace con ellas? La concejalía de Medio Ambiente no ha respondido a esta cuestión. La web Valladolidrecicla recuerda que la capital no dispone de los contenedores amarillos (salvo un proyecto piloto en el barrio de La Victoria), pero eso no significa que no se reciclen plásticos. Por eso, explican que el mejor lugar para tirar las bolsas que ya no utilicemos es el contenedor de inorgánico (donde también deberían ir otras bolsas, como las de los 'snacks', patatas fritas...).
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Desde Avadeco y Fecosva entienden que la ley se adoptará sin complicaciones y apelan a la «buena voluntad ante una medida que pretende cuidar el medio ambiente».
¿Cuáles son las alternativas? Santiago Campos es integrante de Gea, una sociedad cooperativa especializada en proyectos de innovación ecológica, el educador ambiental Santiago Campos ofrece claves sobre cómo afrontar el fin de las bolsas de plástico gratuitas. «Alternativas hay muchas. Muchos supermercados tienen ya bolsa de rafia, un plástico perdurable, pero que sigue teniendo su origen en el petróleo, en los combustibles fósiles. Por eso es mejor optar por bolsas de tela, con productos renovables como el algodón o la lana. Si es tela ecológica, mejor. Y ahora se ha puesto de moda la malla para la fruta y la verdura».
Respecto a las bolsas de papel, «son más habituales para la fruta y la verdura. Pero hay que tener en cuenta que las bolsas de plástico que se suelen usar en estos casos (la finas que no tienen asa) todavía se pueden dar en las tiendas de forma gratuita».
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Campos entiende que esta medida debería servir «para generar un cambio en los hábitos de consumo. Habría que apostar más por el consumo de proximidad, por la compra directa a los productores, por los productos a granel, por la participación en redes de consumo que compran a productores de la zona para la distribución de cercanía. En Valladolid hay una docena de estas redes que funcionan muy bien».
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