Las siete joyas robadas en un museo de Valladolid que siguen sin aparecer
No hay «ni una sola pista» del botín del 'primer gran robo de arte registrado en la capital'
El asalto de película del Louvre vuelve a poner de actualidad el robo del Museo Oriental de Valladolid. Al igual que sus 'colegas', que ... el domingo por la mañana se llevaron del museo parisino nueve piezas que formaban parte de la colección de joyas de Napoleón y la Emperatriz Eugenia, el ladrón que en 2012 entró en el museo vallisoletano, que alberga la mejor colección de arte de Extremo Oriente que existe en España, sabía perfectamente lo que buscaba.
Los asaltantes de París accedieron al museo por una ventana, tras colocar un elevador en la fachada; el de Valladolid eligió la única puerta que no tenía conexión con la alarma para acceder al edificio (había estudiado el sistema de seguridad renovado en 2006). El próximo 18 de diciembre se cumplirán 13 años del robo del Museo Oriental del Real Colegio de los Padres Agustinos, situado en el Paseo de Filipinos.
El botín del 'primer gran robo de arte registrado en Valladolid', consistió en siete piezas: dos esculturas de bronce, un traje de seda y oro y cuatro sellos de jade. El asalto tuvo lugar durante la madrugada (entre las 2:30 y las 5:30 horas) y el autor fue muy selectivo durante los pocos minutos que merodeó por las salas del museo; los investigadores tuvieron claro desde el primer momento que se trató de un «robo por encargo».
Las piezas estaban «perfectamente fotografiadas y catalogadas», por lo tanto, «tienen una salida muy complicada en el mercado negro, salvo que se trate de una petición de algún coleccionista particular», explicaba el director de este espacio, Blas Sierra de la Calle, el día después del asalto.
Las cámaras de vigilancia recogieron la presencia de un solo hombre, que llevaba el rostro cubierto y guantes, con una linterna. «Solo rompió cuatro vitrinas». Fue directamente a tres salas concretas (bronce, seda y porcelanas) en busca de dos figuras de bronce de la dinastía Ming (1368-1644), un traje de un general manchuriano de la época Guangxu (1875-1908) y cuatro sellos imperiales de jade (todos ellos son réplicas del siglo XX). El museo custodia más de diez mil obras procedentes de China, Japón y Filipinas. ¿El valor del botín? «Complicado de valorar». Sigue desaparecido. «Ni una sola pista». Las piezas figuran desde entonces en los archivos de la Interpol a la espera de que alguien «cometa el error de sacarlas a la venta en alguna subasta o sean localizadas en manos de un coleccionista». Un robo de arte nunca se archiva.
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