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Bonifacia Valcabado Sanz posa en su casa de Valladolid con las flores que ha recibido por su 108 cumpleaños. B. P. r.
«El secreto para vivir 108 años es no trabajar mucho y un vasito de Ribera al día»

«El secreto para vivir 108 años es no trabajar mucho y un vasito de Ribera al día»

Bonifacia Valcabado Sanz acaba de cumplir 108 años y recuerda las hazañas de su marido, piloto del Ejército del Aire, y su vida juntos

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Miércoles, 18 de mayo 2022, 00:04

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El pasado 14 de mayo cumplió 108 años, una edad que pocos alcanzan y a la que Bonifacia Valcabado celebró llegar en familia y con un buen chocolate con churros. Nacida en San Martín de Rubiales en 1914, esta vallisoletana fue allí a la escuela y pasó su juventud hasta que se casó. No tuvo hijos y fue una gran aficionada al ballet, al teatro y a la vida social. Ahora, reconoce que el secreto para vivir tanto puede residir en «no trabajar mucho, comer de todo en pequeñas cantidades, hacer ejercicio diario y beber un vasito de vino de la Ribera al día».

En el pueblo, su familia tenía una fábrica de aguardiente, de la que tuvo que hacerse cargo su madre cuando su padre falleció repentinamente. Entonces, la matriarca quiso que sus cinco hijas, todas ellas mujeres, aprendieran un oficio y envió a Boni a estudiar corte y confección en Burgos.

Contrajo matrimonio en 1942 con Eduardo Orive, un «loco aviador», como ella se refiere al amor de su vida, al que el destino llevó a Zaragoza y, años después, a Reus. «Mientras él volaba yo salía con mis amistades y disfrutaba de la vida, pero hacía también ejercicio y todos los días iba y venía desde la base andando», cuenta. El fallecimiento de su marido, ya teniente coronel, le hizo añorar a su familia y decidió regresar a Valladolid. Aquí ha pasado los últimos cuarenta años con una vida social más que ajetreada. «Hasta hace nada iba y venía desde mi casa hasta Poniente y tenía que apartar a la gente por el Paseo de Zorrilla», comenta entre risas.

Los únicos achaques de la edad, aparte de una lista -no muy larga para sus 108 años- de intervenciones médicas, son el dolor de rodillas, «como el Papa», asegura. Pero Bonifacia goza de una considerable buena salud, aún tiene humor para reír con los recuerdos que pasan por su mente y disfruta de los ratos con sus familiares, con los que celebra desde que cumplió 95 años cada cumpleaños «por todo lo alto».

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