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Los resultados avalan el cribado de mama de 70 a 74 años: 29 tumores detectados en el Río HortegaLos primeros resultados han mostrado su efectividad. El cribado para la detección precoz del cáncer de mama que la Consejería de Sanidad amplió mediado 2024 ... a mujeres de 70 a 74 años ha permitido, solamente en el área que atiende el Hospital Universitario Río Hortega, que afloraran 29 positivos entre las mamografías realizadas en esa horquilla de edad en la segunda mitad del año pasado.
«Es muy importante la concienciación de la población con esta ampliación de la edad en el cribado. La gente tiene la idea de que cuando se acababa el cribado [antes a los 69 años], el cáncer ya no aparece, pero no es así. Aumenta la incidencia con la edad», explica Carmen Martínez Lara, especialista en Radiología del Hospital Río Hortega y responsable la Unidad de Mama de este servicio en ese centro hospitalario.
Los datos dan la razón a la doctora Martínez Lara. 3.141 mujeres de entre 70 y 74 años pasaron por el mamógrafo en los últimos meses de 2024, tras activarse la ampliación de edad del cribado y los 29 tumores detectados implican una tasa de 9 por cada mil participantes, por encima de la tasa de detección del cribado general que fluctúa entre 5 y 6 mamografías positivas por cada mil realizadas.
En 2023 se realizaron en el cribado 122.193 mamografías a nivel de toda Castilla y León, con 7.503 sospechosos de positivos, un 6,14%. A esas mujeres se le citó en su hospital de referencia para culminar el proceso de diagnóstico. En 2024, ejercicio en el que se han ampliado esos cuatro años la edad del cribado, el número de pruebas se incrementó hasta las 143.301 en la comunidad. En Valladolid: 29.728, de las que 15.464 correspondes al área oeste (Río Hortega) y 14.264 al área este (Clínico).
La ampliación de la edad para el cribado del cáncer de mama, una indicación que llegó a recomendar el Procurador del Común, Defensor del Pueblo autonómico de Castilla y León, ha supuesto un importante aumento en citaciones para estas mamografías orientadas a la detección precoz del proceso oncológico que más afecta a las mujeres.
A la importancia numérica de los casos detectados entre las reincorporadas de más edad, las mujeres de 70 a 74 años, se suma la cualitativa, la que permite un tratamiento más eficaz con posibilidad de esquivar la quimioterapia.
Es la diferencia entre una detección sin síntomas y otra en la que hay un nódulo palpable en la mama. En el caso de estas mujeres que superaban los 69 años y que recibieron el diagnóstico hace unos meses se trata, principalmente, de tumores pequeños, con menos de un centímetro de diámetro y sin afectación de los ganglios axilares. Han salido así a la luz en estadios tempranos y sin el cribado habrían pasado desapercibidos durante un tiempo para aflorar, ya más avanzados, generalmente cuando la afectada se hubiera tocado un bulto en el pecho.
La especialista en radiología de la mama del Río Hortega, hospital que centraliza las mamografías del cribado en Valladolid, incide en las bondades del programa de detección precoz, consolidado en Castilla y León desde 1992. «La tasa de participación es muy elevada, rozó el 80% el año pasado (79,86%), y también la de adhesión, la de pacientes que siguen a lo largo del programa. Se calcula que disminuye la mortalidad del cáncer de mama hasta en un 20%», precisa Carmen Martínez Lara, que destaca que la unidad radiológica de mama de este hospital, con cuatro facultativos especialistas en este momento, cuenta con un equipo de profesionales con amplia experiencia y capacitación.
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El Hospital Universitario Río Hortega dispone de tres mamógrafos para desarrollar el programa de detección precoz en Valladolid por el que cada dos años se remite un aviso a las mujeres de 45 a 74 años y para la actividad asistencial de seguimiento de pacientes diagnosticadas, que ya han sido operadas y tratadas, o aquellas más jóvenes que se consideran de alto riesgo. Existe un factor genético (BRCA1 y BRCA2) que influye en el cáncer de mama, pero circunscrito aproximadamente a un 5% de los casos, la mayor parte de los tumores se consideran 'esporádicos'.
Uno de esos tres mamógrafos es nuevo, de última generación. Operativo en el hospital vallisoletano desde diciembre pasado, aplica la tomosíntesis, una tecnología con unos cortes de imagen más avanzados. Son tan finos y con una resolución tan alta, que permiten un resultado tridimensional. El aparato hace posible efectuar también mamografías con contraste. Y el centro cuenta desde hace un año con un sistema de tomobiopsia que permite a los especialistas la extracción y el análisis de la muestra, con y sin contraste, sustituyendo en casos a la biopsia por resonancia, de manera que permite mayor confortabilidad a la paciente y tiempos más reducidos en la realización de la prueba.
El Río Hortega cuenta con una Unidad de Mama general que reúne a todos los especialistas que necesita un abordaje integral de un tumor de este tipo: ginecólogos, radiólogos, oncólogos médicos y radioterápicos (estos último del Clínico), cirujanos plásticos y reparadores y especialistas en anatomía patológica. Una vez a la semana analizan todos los casos que tratan.
La Junta de Castilla y León aprobó en uno de los Consejos de Gobierno de este mes de abril un gasto de 1.597.200 euros destinado al suministro e implantación de un programa informático de ayuda al diagnóstico clínico, basado en el análisis de mamografías mediante algoritmos de Inteligencia Artificial. Este sistema se implantará en los centros de la Gerencia Regional de Salud y será financiado por la Unión Europea en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia Next Generation. Se trata de una tecnología de apoyo al diagnóstico en la 'lectura' de mamografías. El objetivo es contar con un programa 'entrenado' en la detección de tumores y también, a más largo plazo, que permita dividir a las pacientes según la probabilidad de padecer un cáncer de pecho en riesgo alto, medio y bajo.
«Cualquier aplicación de la Inteligencia Artificial debe estar siempre apoyada por un radiólogo en la lectura. Sola, la guías europeas no lo recomiendan», comenta la doctora Martínez Lara. Las mamografías del cribado pasan un sistema de revisado que se denomina de 'doble ciego'. Eso implica que cada prueba se someta al ojo especializado de dos radiólogos, para minimizar errores de pronóstico. El objetivo de la incorporación de ese programa de Inteligencia Artificial es agilizar lecturas y afinar diagnósticos.
Pero el cribado bienal mediante mamografía y los avances tecnológicos no eximen de cumplir otras recomendaciones tradicionales que no se deben pasar por alto, como es la autoexploración periódica de las mamas. Ante cualquier cambio, siempre, siempre, siempre hay que consultar al médico de Familia. Incluso aunque una mamografía reciente haya dado un resultado negativo.
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