Puente de la nueva plaza de la Ciudad de la Comunicación. En detalle, la inscripción en la que se puede ver la procedencia del acero de la barandilla. A. Mingueza y R. Gómez

Renace en Valladolid el acero de la resistencia ucraniana frente a Putin

Una inscripción en el metal con el que se hizo el paso del estanque de la Ciudad de la Comunicación revela que salió de la planta metalúrgica en la que el ejército ruso asedió a las últimas tropas de Mariúpol

Marco Alonso

Valladolid

Miércoles, 1 de noviembre 2023, 00:04

Nadie reparó en un pequeño detalle en la inauguración de la nueva plaza de la Ciudad de la Comunicación en Valladolid. Todas las miradas se dirigieron hacia el estanque artificial y al pequeño puente que lo atraviesa, con unas gruesas chapas metálicas a cada lado, pero ninguno de los presentes se fijó en una inscripción que aparecía reflejada en uno de esos pedazos de metal. En ese rótulo se podía leer en color blanco un número de lote y el lugar de fabricación de las planchas. Las palabras 'Azovstal' y 'Ukraine' se ven nítidamente entre los números que garantizan la trazabilidad del producto y ponen de manifiesto que el metal que hace las veces de barandilla en el paso sobre el estanque inaugurado hace unos días en la capital vallisoletana salió de ahí, de Azovstal, de la enorme planta metalúrgica construida durante la época soviética que se convirtió en el último reducto de las fuerzas ucranianas organizadas en la devastada ciudad de Mariúpol y que fue literalmente arrasada por el ejército ruso el año pasado.

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Una bomba estalla durante el asedio ruso a la planta. Dos Soldados caminan sobre el entramado de hierros en el que se convirtió la acería tras los ataques. Alexander Ermochenko y Sergei Ilnitsky

¿Por qué estas placas de acero han acabado formando parte de un puente de Valladolid más de un año después de que la planta en la que se fabricaron fuera arrasada? Desde la empresa que ejecutó de la obra, Torcysa, se asegura que no pueden ofrecer mucha información del tema, ya que de ese apartado se encargó expresamente una empresa de carpintería metálica de la ciudad. No obstante, explican que el rótulo con la procedencia del metal pronto dejará de verse. «Lo normal es que estos datos vengan en los embalajes, pero como el acero corten se tiene que oxidar, el lugar de fabricación y el lote va en la chapa directamente. Si nosotros raspamos eso, queda una mancha antinatural, pero decidimos dejarlo visto porque, cuando se oxide, va a desaparecer», indican desde Torcysa.

La empresa de carpintería metálica que se encargó específicamente del acero del pequeño puente es Ángel Guerra S.L., que fue la que pudo arrojar luz al asunto después de solicitar la trazabilidad del producto a Cortes Metalúrgicos Oviedo, entidad vallisoletana a la que se compraron las planchas de acero que salieron de Ucrania. El certificado de inspección solicitado, cumplimentado en ruso, está datado en la planta ucraniana de Azovstal y fechado el 27 de diciembre de 2020, 424 días antes de que Rusia invadiese Ucrania. Las planchas viajaron de Mariúpol a las instalaciones de ArcelorMittal en Gijón y de ahí, a Valladolid, para terminar convertidas en una barandilla que se ha convertido en una de las últimas obras hechas con acero de Azovstal, la que era hasta la guerra una de las acererías más grandes de Europa.

El acero con el que se ha fabricado el puente de la nueva plaza vallisoletana salió de este complejo industrial en el sureste Mariúpol, cerca del puerto, que se extendía por once kilómetros cuadrados en una intrincada red de naves, vías de tren y túneles subterráneos en las que se refugiaron las tropas ucranianas y los civiles durante el asedio que sufrió la ciudad el año pasado. Fue el último bastión de la resistencia ucraniana, donde finalmente las tropas de Zelenski se tuvieron que rendir ante los rusos por la imposibilidad de continuar la lucha ante la falta de efectivos y municiones.

Azovstal abrió sus puertas en 1933, después de que las URSS eligiera esta ubicación estratégica junto al mar de Azov para facilitar la llegada y salida de materiales, y la destrucción a la que ha sido sometida en esta guerra no es la primera que ha sufrido en su dilatada historia. En el año 1941 fue bombardeada por las tropas nazis en su avance hacia Moscú durante la Segunda Guerra Mundial y tuvo que parar su actividad, algo que ha vuelto a suceder ahora, aunque la producción de acero continúa a menor escala en el país en otra planta situada a trescientos kilómetros.

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Azovstal producía más de cuatro millones de toneladas de acero bruto al año antes de la invasión rusa. Ahora, que se ha convertido en una inservible maraña de hierros y escombros por culpa de los bombardeos, un pequeño puente recién inaugurado en Valladolid recuerda que, hace bien poco, esta planta metalúrgica convirtió a Ucrania en uno de los grandes exportadores mundiales de acero.

En la Ciudad de la Comunicación, sobre un pequeño lago artificial, el metal que nació en Ucrania antes de la guerra permanece en pie, como queriendo decir que sólo lejos de las bombas hay posibilidad de mantenerse erguido.

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