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Operación de la Guardia Civil para detener al vecino de Tudela de Duero atrincherado en su domicilio. El Norte

Valladolid

Los vecinos del atrincherado en Tudela: «Hay personas que no se atreven a venir por miedo»

El sospechoso ya había mostrado «comportamientos extraños» desde hacía un año y causado molestias a los residentes del entorno

Carolina Amo

Valladolid

Martes, 19 de marzo 2024, 20:34

«Empecé a oír unos ruidos sordos muy fuertes, como si una máquina estuviera golpeando una pared o tirando algo», explica uno de los vecinos ... que fue testigo en la mañana del pasado lunes de la escena policial ocurrida en el camino de Valdelga, situado en las afueras de Tudela de Duero. Por la tranquilidad de la zona nadie se esperaba lo que estaba a punto de acontecer, pero por oídas y experiencias previas, sí.

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Se trataba de un vecino que estaba acusado de malos tratos a su pareja y que acabó protagonizando un violento incidente con los guardias civiles que acudieron a detenerle, a los que disparó y lanzó piedras. «Estaba atrincherado en su domicilio con una escopeta de perdigones y no paraba de gritar que iba a llamar a la Guardia Civil», añaden los testigos. De mientras en el exterior, «unos once coches de policía desplegados por la carretera y varios vecinos que no sabíamos lo que pasaba», continúan.

«Voy a llamar a la Guardia Civil», gritaba. «La Guardia Civil somos nosotros, queremos hablar con usted», le respondían los agentes, que estaban intentando forzar la entrada al domicilio. El despliegue policial «era enorme, imponía respeto solo de verlo». La situación no era para menos, ya que se trataba de un caso calificado de «riesgo extremo», según informaba la Delegación de Gobierno. El sospechoso comenzó a arrojar piedras a los agentes que, tras negociar varios minutos, solicitaron refuerzos.»Se puso a tirar ladrillos para que no lo sacasen de casa», indican.

«Un vecino desconocido»

Es por eso que la incertidumbre y el miedo de los vecinos iba en aumento.«Suponíamos que era algo peligroso cuando vimos que la Guardia Civil vino con todo el equipo. Tenían un ariete con el que tiraron la puerta abajo y la cara protegida con mamparas de seguridad (antibalas)», narran los vecinos, que aseguran desconocer la situación de malos tratos de la que el sospechoso era protagonista. Y es que no es la primera vez que el presunto agresor tenía comportamientos extraños que incomodaban a los residentes de la zona.

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«Era una persona muy rara, no hay más que ver el patio de su casa, está lleno de chatarra»

«Nunca hemos tenido un conflicto directo con él, pero en este último año desde mi casa se le oía gritar de manera desesperada», señalan los vecinos, quienes empezaron a atar cabos de los posibles indicios de violencia de género. «De vez en cuando venía una chica a su casa pero desconocemos si es su pareja. Lo que es seguro es que antes estaba casado», concretan. Por el resto, algún problema puntual «porque dejaba a las gallinas sueltas por todos los lados y llegaban hasta las casas de los vecinos más cercanos», pero nada más.

Chatarra en el patio del atrincherado en Tudela. José Carlos Castillo
Sillas, una puerta y un colchón, entre la chatarra del patio. José Carlos Castillo
Estado del patio, lleno de chatarra. José Carlos Castillo
Puertas de lavadora. José Carlos Castillo
Vista desde fuera del patio de la chatarra acumulada. José Carlos Castillo

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De los nervios y la tensión vividos en el día anterior hoy solo quedaba silencio y caras de desconocimiento ante la situación. Son muchos los vecinos que aseguran no conocer la identidad del detenido y otros que se esconden para rehuir las preguntas . «No me suena lo más mínimo, por más señas que me dan no tengo idea de quién puede ser. A los antiguos propietarios sí que los conozco porque son de aquí de toda la vida», explican. Hay otros que conocen pero a medias tintas. «Sé quién es de vista por cruzarme con él alguna vez.

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No era una persona cercana que se relacionase con el resto». Algunos vecinos saben un poco más allá. «Se supone que trabajaba como electricista y que arreglaba electrodomésticos. No hay más que ver el patio de su casa, está todo lleno de chatarra». Varias lavadoras, campanas extractoras, tuberías, basura tapada con lonas y todo desierto alrededor. Así lucía esta mañana la casa del recién detenido, una zona a la que no muchos les gusta transitar. «Hay personas que viven al otro lado del camino y no se atreven a venir por miedo», aseguran los vecinos.

Además de la incertidumbre, los vecinos del Camino de Valdelga se quedan con miedo. «Cuando tienes un vecino que es conflictivo hasta este punto te invade la preocupación y la inquietud. Estaremos atentos de ver como termina esto», terminan.

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