El ritual de izar el mayo sigue vivo en los pueblos de la provincia

Torrelobatón es uno de esos pueblos donde este ritual se celebra por todo lo alto. Todo estaba previsto para izar el mayo a medianoche, como manda la tradición, sin embargo, la climatología lo impidió. Finalmente, el izado se llevó a cabo en la mañana del jueves. Nueve de los quintos de este año, provistos de palas y largas maromas acudieron hasta la explanada del castillo para levantar el mayo con ayuda de familiares y amigos.

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Para evitar cortar un árbol los mozos y mozas reutilizaron una viga de madera que fue adornada con ramas y rematada con dos banderas, la nacional y una blanca con el nombre de los quintos. Este esbelto símbolo lucirá durante todo el mes junto al castillo.

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En Cabezón de Pisuerga, las celebraciones en honor a San José Obrero sirvieron de marco ideal para revivir la tradición del pingar el mayo. En esta localidad la celebración tuvo lugar en la tarde del miércoles. Los 47 quintos colaboraron en la tala y transporte del árbol, en una fiesta que une a vecinos de todas las edades y que estuvo amenizada por los dulzaineros 'Los del mayo'. Además, los más pequeños también participaron plantando su propio mayo infantil, garantizando así la continuidad de esta entrañable costumbre.

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En San Pelayo y San Román de Hornija, con el fin de contar con una mayor participación, la tradición se ha trasladado a hoy viernes. En Castrodeza también han movido esta fiesta para hacerla coincidir con los días grandes dedicados a San Miguel y han modificado el rito, de tal forma que el domingo 11 de mayo, los quintos nacidos en 2007 en lugar de cortar un árbol, plantarán uno nuevo en el denominado Paseo de los Quintos. «Con éste, ya serán cinco años, los que celebramos la llegada de mayo plantando un árbol. Nos parecía un buen símbolo, del cual podrán disfrutar las generaciones venideras», concluye el regidor castrodezano, José Antonio González Gerbolés.