Valladolid

'Reviviendo las Miradas' glosa el patrimonio restaurado de Peñafiel

«En realidad lo hemos editado, aunque hemos escrito algunas partes también, cada uno algún capítulo», señala De la Villa respecto a este libro que han alumbrado, un importante trabajo de recopilación. «El libro tiene una historia larga», indica Barrio, quien explica que «hubiera debido publicarse hace ya bastantes años, pero se ha publicado ahora» con el apoyo del Ayuntamiento peñafielense.

«Creo que recoge con bastante acierto un conjunto de obras que se han recuperado de una manera extraordinaria en el patrimonio de Peñafiel. Es un libro que tiene una parte más técnica y otra parte más histórica», una edición «para ver, más que un libro de una investigación profunda». Su estudiada edición permitirá «a la gente poder apreciar, con mucho detalle, no solamente las fases del trabajo de muchas de las restauraciones, sino también la obra finalizada. La gente lo que se va a encontrar son varias cosas».

Entre esas cosas que cita Barrio, De la Villa desgrana que «lo primero que se van a encontrar es una serie de obras que en gran medida conocen, porque las han visto en el Museo de Arte Sacro de Peñafiel; a veces también se habla de algún edificio, como en el caso del convento de San Pablo, del que recogemos la historia de cómo se ha restaurado.

Además, también todo el libro es un poco una historia en sí misma, o un capítulo de la historia de Peñafiel», pues recoge la labor rehabilitadora acometida en una determinada época. Concretamente, ese momento «fue a finales de los 80 y principios de los 90 (del siglo XX), cuando se emprendió una tarea importante de recuperación de patrimonio como no se había hecho previamente, es decir, es la labor más importante de la historia de Peñafiel en esa materia. Y este libro es el reflejo de eso».

Se trata de un compendio con el que documentar un trabajo de recuperación patrimonial sin parangón en el municipio, un catálogo que recoge «obras muy variadas, que pertenecen tanto al patrimonio arquitectónico, como son la capilla del príncipe del monasterio de San Pablo; como muchas obras: tanto obras en madera, como obras en piedra, o, como cruces parroquiales, que son un patrimonio metálico extraordinario. Y eso, pues no es fácil conjuntarlo», expone Barrio.

«De hecho, hemos querido hacerlo así», apunta De la Villa, «porque quisimos que tuviese una parte más asequible, digámoslo así, y una parte un poquito más técnica para quien quiera saber más cuestiones». «La parte más asequible, por ejemplo, está introducida por un capítulo inicial, que es un resumen de la historia de Peñafiel, donde cada una de las piezas que luego aparecen y se describen están situadas en su contexto histórico». Y después hay algunas obras que han sido más complicadas de restaurar, porque han tenido un mayor proceso», como es el caso de «la estatua funeraria de don Juan Manuel de Villena, que restauró Joaquín.

Esa restauración tiene un capítulo muy importante, porque hay mucha descripción histórica, técnica, etc. Igual que ocurre con la capilla del príncipe» donde se ubica este monumento funerario. «Luego, hay otras piezas, algunas más pequeñas, a las que se dedican solamente dos páginas o tres páginas, donde se describe la pieza, cómo estaba y qué se ha hecho». Las intervenciones de estas piezas se pueden ver in situ, ya que se exponen en el Museo de Arte Sacro que abre sus puertas en la iglesia de Santa María, en la Plaza de España peñafielense. «Directamente, cualquiera que vaya al museo puede hacerse una idea de cómo se ha llegado a tener lo que tenemos y conservar lo que conservamos», refleja De la Villa.

En las páginas del libro «también se aglutina el trabajo de mucha gente, un trabajo desinteresado que, además, muchas veces es desinteresado, que incluso se ha hecho formando a gente, porque hay muchas obras que están restauradas en la Escuela de Restauración de Madrid por alumnos. En la universidad también colaboraron distintas personas con la restauración del sepulcro funerario de los Villena. Y eso también es muy importante porque se puede ver reflejada la colaboración de mucha gente en una tarea bastante común, que es poder sacar adelante un conjunto de obras que no se hubieran restaurado nunca en un año, que es una tarea bastante larga».

¿Cómo surgió en ese momento esa inquietud por embarcarse en un proyecto cultural y patrimonial como fue la recuperación de una parte muy importante del patrimonio peñafielense y parte del de su comarca? Pues, tal y como explica De la Villa, «siendo alcalde Félix Ángel Martín, este decide apostar, por una parte, por el turismo como un elemento movilizador y dinamizador en términos económicos, pero un turismo que tuviera un asiento no solamente en la visita rápida, sino que pudiera ofrecer algo a los visitantes. Y ese es el momento en que comienzan una serie de restauraciones. Se interviene cuando se crea el Museo del Vino del castillo, se establece un plan general y se restaura la Plaza del Coso y también se crea, como quizás tercer hito importante de anclaje de atracción de los visitantes, más allá de lo que es el comer y el beber, el Museo de Arte Sacro». Un museo «importantísimo, porque permitió recuperar piezas de toda la comarca que no estaban a la vista, que estaban en peligro. Y, a raíz de todo eso, así comenzó».

Un impulso que comenzó a finales del siglo pasado y cuya onda expansiva se mantiene porque se siguen restaurando diferentes piezas del patrimonio de la población, y las cuales tendrán que esperar a otro libro, pues el de Jesús y Joaquín abarca una docena de años, el citado fin de siglo hasta el justo momento de estrenar el nuevo, el XXI.