Valladolid
Un repartidor salva la vida en Rioseco a un conductor con un ataque epilépticoLuis Antonio Martín, con cerca de 15 años de trabajo en la localidad, bajó de su furgoneta y logró reanimar al conductor en el interior de su vehículo, que había chocado con la cuneta
Los héroes sí que existen. Pasan desapercibidos llevando una vida diaria de normalidad, son ciudadanos anónimos, hasta que un día, sin previo aviso, de repente, ... les llega el momento de intervenir y no dudan en hacerlo para sacar lo mejor de sí. Héroes como el repartidor vallisoletano de Seur para la empresa HK Express Luis Antonio Martín Rivera, que, a sus 59 años, el pasado viernes salvó la vida a un conductor, de mediana edad, que, a su paso por Medina de Rioseco, le dio un ataque epiléptico mientras conducía.
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Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Eran las diez de la mañana cuando Luis, como todo el mundo le conoce, se había detenido en el stop del cambio de sentido que existe junto al cuartel de la Guardia Civil, con la intención de cruzar la Nacional 601 y dirigirse, por la CL 612, a hacer a algunas entregas en el polígono ganadero. Fue en ese momento cuando observó a un vehículo que venía de forma peligrosa hacía su furgoneta, pasando muy cerca, para acabar chocando a pocos metros con la cuneta. Luis no dudó en bajar de su furgoneta, dejando la puerta abierta, y correr al coche siniestrado, pudiendo acceder al interior, «porque muchas veces este tipo de turismos no permiten abrir la puerta desde el exterior», según recordó el repartidor vallisoletano, quién se encontró a una persona que estaba convulsionando y que se estaba ahogando. Rápidamente, con gran sangre fría, le cogió por la cabeza y, tras intentar abrir su boca, vio cómo de desmayaba, por lo que, con gran fuerza, le abrió la boca y, después de bajarle la barbilla y darle varios golpes en el pecho, observó cómo reaccionó al coger aire, empezando a dar golpes con las manos y brazos al asustarse.
Al encontrase al conductor convulsionando, Luis había gritado que se buscara ayuda, no tardando en llegar efectivos del cercano cuartel de la Guardia Civil, que controlaron el tráfico, a la vez que ayudaron al repartidor, en especial alentando al maltrecho conductor cuando recobró el conocimiento con gran nerviosismo. Fue tal la emoción del repartidor que no pudo evitar gritar durante varios segundos. En ese momento, continuó con su trabajo en una jornada en la «tuve la adrenalina por las nubes durante todo el día», porque «es toda una experiencia, pero lo volvería a hacer en una acción que yo creo que lo haría todo el mundo, a no ser que te quedes bloqueado llamando al 112 y cuando llegue la ambulancia ya se ha ahogado». Además, indicó que le había servido de mucho todo lo aprendido en los cursos cuando se sacó el carné de conducir de camiones o en los que le dan en Seur. Al regresar del polígono de repartir, vio que la ambulancia ya había llegado y estaba atendiendo al conductor.
Este suceso ha sido para Luis muy gratificante, ya que hace unos años, cuando trabajaba como camionero, vio cómo un compañero fallecía entre sus brazos tras intentar salvarle sin éxito en un accidente en la carretera, en unos momentos en los que «lo pasé muy mal, así que esta experiencia ha sido una alegría». El sábado, a través del taller que había retirado el coche, el repartidor vallisoletano se ponía en contacto con la persona a la que había salvado la vida, recibiendo el más sincero agradecimiento, a la vez que conocía que ya estaba de consultas médicas para saber el origen del ataque epiléptico. Fue el momento en el que Luis pudo explicarle que los dolores y moratones que sufría alrededor de sus labios, de los que el conductor se había quejado, «se debían a la gran fuerza que tuve que hacer para abrirle la boca». Un conductor del que no ha transcendido ningún dato personal.
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Después de muchos años repartiendo paquetes en Medina de Rioseco y la comarca, Luis Antonio Martín, con su cabeza pelada, de gran simpatía y cercanía, es muy conocido entre los vecinos, a muchos de los que conoce por su nombre. Por eso, cuando esta semana ha regresado a la localidad, son innumerables las enhorabuenas, felicitaciones y palabras de afecto que ha recibido.
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