Otro callejón sin salida en la muerte de Esther López: la UCO reconoce la falta de viabilidad de la mayoría de las fibras
Los agentes apuntan a que el principal investigado intentó poner el foco en terceras personas en sus últimas conversaciones telefónicas
Los últimos informes remitidos por los investigadores de la UCO a la jueza que instruye las diligencias por la muerte de Esther López, fechados el pasado 14 de julio, vienen a reconocer la falta de viabilidad de muchas de las pruebas recogidas en los últimos meses, así como del contenido de las últimas grabaciones telefónicas de las líneas intervenidas al principal investigado, Óscar, más allá de aportar algunas valoraciones sobre su aparente carácter o de conversaciones en las que él mismo, presumiblemente a sabiendas de que tenía las líneas 'pinchadas', «intenta eludir su supuesta responsabilidad en los hechos investigados y pone el foco sobre terceras personas». Dichos 'pinchazos' cesaron definitivamente el 24 de junio al acordarlo así la jueza, con el beneplácito de la Fiscalía, al entender que no habían aportado «datos de interés».
Los agentes confían ahora en el análisis de una fibra, recogida del suelo del chalé familiar de Óscar, que fue registrado en abril, para intentar situar allí, al menos, a la víctima al entender que puede corresponderse con la chaqueta que llevaba en la madrugada del 13 de enero, cuando desapareció. La jueza, en este sentido, ha acordado que dicha fibra sea analizada por un laboratorio privado de Lugo para intentar arrojar luz sobre esa posible coincidencia. Los investigadores, en su solicitud de dicha prueba, reconocen que el resto de fibras recogidos en el cuerpo de la víctima y en la placa de matrícula del coche del investigado, que han sido analizadas por su Departamento de Química de Criminalística, tienen «escaso valor probatorio». Otro callejón sin salida, en definitiva, para esclarecer lo ocurrido.
Seis de las fibras halladas en el cuerpo y el coche del investigado tienen «escaso valor probatorio»
Dichas muestras se corresponden con «cinco fibras de origen desconocido y color blanco» halladas bajo las uñas de la víctima. Se trataría de «fibras de algodón de origen natural» que podrían, y nada más, corresponderse con los pantalones que ella misma llevaba. La otra fibra analizada, rescatada de la placa del vehículo del investigado, también era de «origen natural y color blanco», que a juicio de los investigadores podría coincidir, solo podría, con «el tejido de los calcetines de la víctima». Los propios agentes, en cualquier caso, reconocen que las seis fibras analizadas tienen «un escaso valor probatorio». Apelan, eso sí, al análisis de una séptima fibra, la rescatada del suelo del chalé familiar de Óscar en la urbanización El Romeral de Traspinedo, como posible pieza «clave» para determinar sí pudo estar o no en la vivienda, algo que el investigado siempre ha negado. Esta prueba, en cualquier caso, también podría ser exculpatorio del propio investigado.
Los agentes, en un segundo informe para dar cuenta de las últimas escuchas telefónicas a Óscar, que cesaron definitivamente el 24 de junio (estuvieron activas desde el 25 de marzo), recogen media docena de conversaciones de cierto interés, a su juicio, si bien en solo una habla en cierto modo del caso a la hora de intentar arrojar ciertas sospechas sobre otro de los investigados, Carlos, 'Carolo', en cuanto a que había reparado un golpe de su coche (se supone que en junio). Esto, según interpretan los investigadores, puede obedecer a un intento del propio Óscar «de intentar eludir su supuesta responsabilidad en los hechos investigados, desviando la atención y poniendo el foco sobre terceras personas, como es el caso de 'Carolo'», al igual que hizo en algunas de sus declaraciones y conversaciones anteriores. Pero nada más.
Del resto de conversaciones, en su mayoría en torno a su propio negocio, una agencia de viajes, los agentes simplemente deducen, sin más, ciertos rasgos de personalidad del investigado, como un posible «déficit en el control de los impulsos al interactuar con un cliente»; así como algo evidente de por sí dado su oficio como es su «facilidad para poder abandonar el país».
La investigación, por lo demás, continúa abierta en manos del Juzgado de Instrucción número 5, cuya titular mantiene por ahora la categoría de investigados, sin imputación formal alguna sobre ello, tanto de Óscar como de Carlos, los dos amigos que, en teoría, vieron por última vez a Esther López, la vecina de Traspinedo, la madrugada de su desaparición (el 13 de enero), y de un tercer posible sospechoso, Ramón.
A la espera de posibles datos de la centralita
Las partes personadas en la investigación en torno a la muerte de Esther López esperan aún posibles datos de la centralita del coche de uno de los investigados, Óscar, que puedan aportar, entre otras cosas, los posibles movimientos del vehículo en la noche y las horas siguientes a a desaparición de la víctima. La casa del vehículo, Volkswagen, ya reconoció semanas atrás que no podía arrojar luz en ese sentido.
