Valladolid

La plantada del 'mayo' y el 'pinillo' marcan el inicio de la cuentra atrás para la Virgen de los Mártires

Costumbre, en muchas ocasiones degradada y degenerada por gamberros y personas sin escrúpulos que durante años trataron de imponer en aras a una modernidad nada compartida por la mayoría del vecindario, como era su tala con nocturnidad y alevosía y no sin peligro para quienes la ejecutaban, dejando el tronco derribado en el suelo para vergüenza de propios y extraños, en un acto de cobardía que por suerte de unos años a esta parte ya no ha vuelto a repetirse.

Plantada realizada en la bautizada como 'Plaza del Mayo', un espacio acondicionado y ajardinado situado entre la avenida Juan Carlos Dominguez y la calle Tejar junto al recinto de mercado, donde pese al aguacero se reunieron cientos de personas deseosas de rememorar junto a los jóvenes esta costumbre cuyo origen está en la fiesta de las Cruces también llamada Cruz de Mayo (3 de mayo) y tiene sus antecedentes en la celebración precristiana conocida como Palo de Mayo, del inglés maypole.

Fiesta ancestral en la que se conmemoraba el tiempo medio de la primavera rindiendo cultos a la naturaleza, protagonizada de forma habitual por los varones cuando alcanzaban la edad en la que ya eran considerados mayores. Y se festejaba adornando un árbol o erigiendo un tronco o tótem al que se le ponían adornos o flores, mientras se hacían danzas rituales y se cantaban o hacían recitaciones. Con la llegada del cristianismo, esta fiesta fue adaptada a la nueva fe, reemplazando el tótem por la cruz cristiana, manteniéndose todavía en algunos países de forma paralela las festividades de la Cruz de Mayo y del Palo de Mayo.

Las quintas y quintos de este año no fueron los únicos en rememorar este primero de mayo estas viejas costumbres, ya que los denominados cuartos y cuartas, es decir aquellos que este año cumplen 17 años, hicieron lo propio antes del anochecer del miércoles poniendo, como lleva haciéndose desde 1944, en lo alto de la torre del homenaje del castillo un ejemplar de pino joven, popularmente conocido como 'pinillo', que permanecerá en pie, al igual que 'mayo', a la vista de todo el mundo durante todo el mes.

Ambas costumbres marcan el inicio de la cuenta atrás de la festividad de la patrona de la villa carpintera, la Virgen de los Mártires (13 de mayo), jornada en la que de nuevo las quintas y quintos de 2025, como el día antes también lo serán los de los años 2000 y 1975, cobrarán de nuevo protagonismo adornado el atrio y escalinata del templo donde se la rinde culto con la tradicional 'enramada' realizada a base arcos con ramas de chopo y álamo, además de varios pinos jóvenes, unidos mediante collares realizados con naranjas, otra de las más seculares costumbres iscárienses que se ha mantenido desde hace siglos.

'Enramada' bajo la cual pasara, tanto al inicio como final de la procesión, la talla del siglo XVII portada a hombros por las quintas y quintos, los cuales luciendo sus mejores galas y portando anudado a su cuello un pañuelo blanco con motivos florales y marianos bordados, la honraran bailando la típica jota iscariense y otras danzas tradicionales castellanas interpretadas por la Asociación Musical Iscariense en su recorrido hasta la plaza Mayor donde, antes de iniciar el camino de regreso al templo, se interpretará la Salve Madre.