Valladolid
La peregrina belga que escucha misa todos los días hace parada en RiosecoMonique Walrave suma catorce años recorriendo los distintos caminos hacia Santiago de Compostela
Son muchos los peregrinos que, al finalizar el Camino de Santiago, en alguna de sus decenas de rutas, han confesado haberse encontrado a sí mismos. ... Algo que reconoce la belga de 77 años Monique Walrave, que en las últimas semanas ha realizado el Camino de Madrid, haciendo parada en Medina de Rioseco, en su albergue del Convento de Santa Clara, sin que faltase a la misa parroquial de las 19:30 horas.
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Con mirada tranquila, gesto bondadoso y palabra pausada, Monique recuerda que le gustaba mucho caminar, de tal manera que cuando tenía 64 años decidió hacer el Camino de Santiago. Pero al cumplir los 65 pensó que con la edad de jubilación «todo se había terminado». Algo de lo que estaba equivocada, ya que, 14 años después de peregrinaciones, asegura que «tengo el virus del Camino».
Con la distancia que da el tiempo, Monique explica que aquel primer camino «no tuvo motivos religiosos, fue un camino de la curiosidad, para saber sí era capaz». Aquella primera vez hizo el Camino francés, dando paso, entre otros muchos, al portugués, al del norte, a la vía de la plata o al primitivo, realizándolos en dos o tres peregrinaciones, al principio una por año, y en los últimos años realizando dos cada año. Sin embargo, cuando vuelve a casa, a la vida normal, después de un o dos meses de peregrinación, quiere volver a hacer el Camino, encontrar una ruta que no haya hecho, con solo lo que entre en la mochila, «como la vida misma».
Ahora, con 14 años como peregrina, Monique cuenta que «hago cada camino de forma serena, para estar con Dios, para encontrarme a mí misa, para el encuentro con los que viven en el Camino, para saber cómo viven y qué hacen, también con los peregrinos». Para esta peregrina belga que vive en la ciudad holandesa de Róterdam, el Camino es una posibilidad de estar sola, para pensar, para reflexionar sobre mi vida en Holanda, si es buena, sobre lo que hago, para recapacitar si hay cosas que puedo hacer de otra manera, de hacerlas mejor».
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Una peregrinación en la que cada día, si tiene la posibilidad, la gusta ir a misa, «porque me da paz y me gusta», como hizo en Medina de Rioseco, una localidad en la que sorprendió de su bello patrimonio, en especial del Museo de San Francisco, en el que conoció algunas obras de Pedro de Bolduque, con sorpresa de saber su origen flamenco, posiblemente de la ciudad de Bolduque, de Países Bajos.
Con estudios de Filología Germánica, su profesión fue la de intérprete hasta su jubilación. En la actualidad se dedica a dar clases de holandés a refugiados ucranianos de forma altruista. Su amor por el Camino de Santiago la hizo ser miembro de la dirección de la Asociación Holandesa de Amigos del Camino de Santiago durante 12 años, promoviendo en Santiago de Compostela un hogar de acogida para peregrinos holandeses y belgas, incluso estuvo presente en Bruselas cuando el Xacobeo celebró en 2017 el 30 aniversario de la declaración del Camino como Itinerario Cultural Europeo. Ahora ya piensa en su próxima etapa y si al pueblo que llegue va a poder asistir a misa.
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