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Secuencia del robo en el estanco de Estépar. El Norte

Valladolid

Mazas, destornilladores y el cesto del pan para saquear estancos de Burgos en tres minutos

La banda que se trasladó desde Valladolid hasta localidades de Palencia y Burgos para asaltar negocios hizo parada delictiva en Estépar para llenar el maletero del BMW de cajetillas de tabaco

Álvaro Muñoz

Valladolid

Jueves, 7 de agosto 2025, 07:16

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Es solo uno de los ejemplos que se vivió en la madrugada delictiva del pasado 4 de agosto en tierras burgalesas. El detalle se centra en el estanco, a la par que tienda de alimentación, de Estépar y tuvo lugar pasadas las 3:00 horas. Al parecer, ya venían de dar otro golpe en el sur de la provincia de Burgos y en la misma noche se les atribuyen asaltos a comercios de la provincia de Palencia. Todo ello bajo investigación, las primeras hipótesis apuntan a que detrás de estos robos se encuentra la banda compuesta por miembros que ayudaron a escapar de la prisión de Villanubla al narco extremeño Ángel Benito hace casi medio año.

Ese 4 de agosto empezó con el robo de un BMW de gran cilindrada en Valladolid para poner dirección al norte. Una de las primeras paradas, al parecer, fue en Castrillo de la Vega para saquear el estanco y llevarse productos valorados en 1.000 euros. Tras el 'éxito' de esa primera incursión siguieron en Lerma, donde el asalto fue infructuoso, para iniciar la inspección del estanco de Estépar antes de entrar por la fuerza.

Toda esa acción ha que quedado grabada por el sistema de videovigilancia del negocio. Imágenes con las que ya trabaja la Guardia Civil para poner nombres y apellidos a los sospechosos. Sobre las 3:13 horas, según el reloj de las filmaciones, un BMW negro, el mismo que unas tres horas después amaneció calcinado en Corcos del Valle, se asoma al estanco, ubicado casi a las afueras del municipio y en plena carretera de Valladolid con acceso a la A-62.

Los sospechosos inspeccionaron el local antes de reventar las puertas y colarse a por las cajetillas

A su llegada dan los 'warning' del coche y proceden a dar marcha atrás hasta situarse a la altura de la puerta del estanco. Del mismo se bajan dos personas, al parecer hombres, todos ellos con el rostro cubierto y con guantes. De igual forma, una tercera persona aguarda en el puesto del conductor.

En esos primeros minutos, los dos sospechosos inspeccionan los posibles accesos y comprueban todas las verjas metálicas, tanto la de la puerta como las de las ventanas. Aparentemente son sigilosos y si notan la presencia de otros vehículos por la zona, vuelven al interior del coche para esconderse y evitar ser detectados. Esa primera visita al local concluyó cuatro minutos después, pues abandonaran la zona.

Su ausencia no superó los tres minutos. Volvieron directamente a la puerta principal y ya con destornilladores, en segundos, la abrieron. Fue el 'trámite' más sencillo de todos a los que se enfrentaron durante el asalto. Con el primer paso resuelto, uno de los tres implicados se centró en derribar la segunda puerta (de madera y reforzada con tres barras metálicas en paralelo). Fue en ese momento cuando sacaron del coche robado una maza, mientras el que aparenta ser el cabecilla de los tres se ensaña a golpes con la puerta. Fueron varios los intentos que llevó a cabo hasta, tras hacerla astilla, quebró.

Hasta el almacén

Entre los barrotes se colaron dos personas y sin dudarlo entraron hasta dependencias privadas del local para coger las cajetillas de tabaco. Completaron la acción en tres minutos y durante el asalto tuvieron que hacer frente también a una niebla antirrobo que se activó una vez que saltó la alarma. Ni eso les detuvo, porque en cajas y varios viajes saquearon el local. Hasta emplearon el cesto de las barras de pan para cargar los cigarrillos.

Mientras tanto, en el exterior, el conductor del BMW robado se bajó del mismo y fue el encargado de llenar el maletero con la mercancía sustraída. Al abrirlo se vio que en interior ya había más tabaco, presumiblemente de los asaltos anteriores.

Con el cargamento en el coche y con un local repleto de humo antirrobo, los tres sospechosos abandonaron la zona en dirección a la A-62. Se les perdió el rastro.

A los escasos minutos de esa huida llegaron hasta el negocio los dueños, que se toparon con la puerta totalmente destrozada y con el humo aún saliendo desde el interior. Iniciaron los trámites para avisar a la Guardia Civil (la alarma también estaba conectada), que llegó a la media hora, si bien una de las patrullas tuvo que abandonar la zona porque por la emisora entró el aviso de un nuevo robo en la provincia burgalesa. La jornada delictiva acabó en Corcos con el coche totalmente calcinado.

Por su parte, el instituto armado sigue con la investigación de los asaltos en Burgos y Palencia, además del que se produjo esa misma noche en el restaurante El Cossío de Mojados.

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