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Mañana larga de toros en Ataquines dentro de sus fiestas de San Juan Bautista
Los cuatro toros de diferentes ganaderías, bravos en general, hicieron entretenidas las dos horas y media que duró el espectáculo
Miguel Á. Rochas
Domingo, 31 de agosto 2025, 18:38
El cuarto festejo de las fiestas de San Juan Bautista de Ataquines se alargó en el tiempo, en una mañana donde se soltaron cuatro toros ... de diferentes ganaderías, bravos en general, lo que ayudó a que no se hicieran tan pesadas las dos horas y media que duró el espectáculo.
El primer toro en pisar las calles fue un ejemplar de Simón Caminero donado por la peña Los Dindis, que salió desde un cajón a la altura de la plaza de toros, en un espacio debidamente preparado con arena donde los miembros de dicha peña estuvieron recortando, con buenísimos cortes a un bravo animal muy bien presentado. El único contratiempo fue un comienzo con media hora de retraso sobre el horario anunciado, que hizo que también empezase más tarde el encierro.
Después de encerrado este primer astado, se soltó desde un camión un toro de la ganadería de Santa María de los caballeros traído por la empresa Equinotauro, un bravo novillo que también dio mucho juego en la parte de arriba del recorrido del encierro pero que no quería hacer el trayecto, pese la insistencia de los mozos por llevarlo calle abajo.
Después de media hora y viendo que no quería bajar, se soltaron los bueyes, a los que sí acompañó hasta la plaza de toros.
Seguidamente se soltó otro segundo toro de la misma ganadería, que salió del camión y cogió toda la calle abajo hacia la plaza de toros a muy buena velocidad, lo que hizo que los corredores pudieran disfrutar de él llegando hasta la plazuela anteror, donde se detuvo. Mientras, se había dado suelta a otro toro del camión, esta vez de la ganadería de Arriazu, pero mientras este toro bajaba el de Santa María se dio la vuelta y subió, y una vez encerrado el Arriazu se intentó bajar al de Santa María de los Caballeros. Este toro, con la bravura que tenía, se paraba a rematar en todas las tranqueras y se quedó al final en la plazuela que hay a la entrada de la plaza de toros. Un poco reservón, de vez en cuando arremetía con embestidas bruscas y llegó hasta el final de la tranquera, pero no quiso saber nada de los bueyes y no hubo más remedio que encerrarlo con una maroma unos minutos antes de las tres de la tarde.
Así acabó este cuarto festejo que, aunque se alargó en el tiempo, estuvo entretenido gracias a la bravura de los novillos.
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