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Los maestros María Josefa Díaz, en silla de ruedas, y su esposo Manuel Perucho, de pie a su lado, escuchan las palabras del alcalde de Íscar durante la inauguración de su calle. C. C.

Valladolid

Los maestros Manuel Perucho y María Josefa Díaz ya tienen su nombre en el callejero de Íscar

El matrimonio ha desarrollado desde 1969 la mayor parte de su vida familiar y profesional en la villa, de la que fueron pregoneros de las fiestas en 2017

Sábado, 12 de julio 2025, 20:22

El matrimonio de docentes formado por Manuel Perucho Mateos y María Josefa Díaz Muñoz, arropados por las autoridades locales, familiares, amigos, compañeros de profesión y ... varios cientos de vecinos, descubrió pasado el mediodía de este sábado en Íscar la placa en la calle que lleva su nombre. Luce la leyenda 'Maestros Perucho y Díaz' y está en el inicio de un vial de nueva apertura, del que se ha urbanizado recientemente una parte, que arranca en la confluencia de la avenida Puenteblanca y la avenida Juan Carlos Domínguez, y finaliza en su encuentro con la calle Cristo Rey, siendo atravesado por la calle de Carracuéllar.

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Con este acto se cumplió el acuerdo unánime de toda la corporación municipal de incluir en el callejero de la villa carpintera los apellidos de ambos docentes, atendiendo a los méritos recogidos en el oportuno expediente y plasmados en el acta del pleno en el que se aprobó. Este documento fue leído íntegramente por el alcalde, José Andrés Sanz González, quien tras hacer una breve semblanza sobre sus vidas señaló que sus nombres significan mucho más que la placa, «porque tenemos la suerte de contar aquí con los homenajeados».

A renglón seguido el alcalde recordó la definición que hace la RAE de la palabra maestro, como «persona que enseña una ciencia, arte u oficio. Instructor, docente, pedagogo y mentor». Los presentes dieron fe de ello en la figura del matrimonio homenajeado porque «ellos han sido, como otros que tuvimos, nuestros maestros de referencia». «Nos enseñaron a leer, a sumar y a mucho más. Se esforzaron en inculcarnos valores, respeto y educación para con los mayores y los compañeros», recordaban. Un homenaje para resaltar sus más de 40 años de entrega a algo tan valioso como la educación, «en especial de los más pequeños», por parte de «quienes hoy ya somos adultos, agradecidos por su inestimable labor».

Origen salmantino

Salmantinos de nacimiento, él de Mancera de Abajo (1942) y ella de Villoria (1945), hijos de padres también maestros, recién acabado Magisterio comenzaron a trabajar apenas implantada la Educación General Básica (EGB), hoy Primaria. Manuel recaló en el colegio de Íscar en el curso 1968-1969 y al siguiente lo hizo Josefa, 'Pepi', como coloquialmente y cariñosamente siempre se le ha llamado, tras solicitar el antiguo derecho de consorte pensado para facilitar la conciliación familiar.

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A la villa carpintera llegaron con el primogénito de sus tres vástagos, también llamado Manuel, profesor durante años de Lengua Española en la Universidad de Valladolid y actual director gerente de la Escuela de Negocios San Pablo CEU de Castilla y León, cuando aún no tenía doce meses de vida. Un año después nacería Alberto, que también ha seguido los pasos de sus progenitores y es profesor de Geografía e Historia en un instituto de Educación Secundaria Obligatoria, y en 1974 Javier, que tomó partido por el mundo de la empresa en la que trabaja como directivo.

Un p

Hasta sus respectivas jubilaciones en 2002 y 2005 han impartido clases a casi un millar de alumnos cada uno, tres generaciones, en las distintas escuelas públicas con las que ha contado Íscar hasta llegar al actual CEIP Alvar Fáñez, inaugurado en 1977. Desde la planta baja y los locales anexos de la Casa Consistorial, a las históricas aulas que fueron demolidas para construir el centro de salud, pasando por el grupo escolar que actualmente alberga las aulas de Infantil y el comedor construido en 1966.

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Un trabajo vocacional, sobre todo en aquellos primeros años en los que el municipio experimentó un gran crecimiento económico, con la creación de numerosas empresas y negocios necesitados de mano de obra que hicieron que muchos jóvenes abandonaran los estudios para incorporarse al mundo laboral. Eso llevó a Manuel, junto a otros jóvenes docentes, a impartir clases nocturnas en las que seguir formando a quienes optaban por trabajar para que al menos contaran con la EGB.

«Uno más entre vosotros»

Manuel Perucho agradeció al alcalde y los concejales que hubieran aprobado por unanimidad la distinción, así como a todos los convecinos que con sus firmas de apoyo lo habían hecho posible. También tuvo palabras para los muchos buenos amigos que habían llegado de otros lugares para acompañarlos, compañeros de profesión y médicos, abogados ingenieros, etc., además de a los que estos días les han felicitado desde la distancia a través de las redes. «Y gracias especialmente a nuestra buena amiga Nieves Martín, impulsora de que hoy se nos honre con esta distinción por su denodado interés en alcanzarlo», y pidiendo perdón por hacerlo en primera persona, «pero como casi todos sabéis mi mujer 'Pepi' no puede hacerlo por su enfermedad».

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«A nosotros a quienes hoy se nos distingue y nos causa una grandísima ilusión, nos llena de orgullo y por nada del mundo vamos a renunciar a ello», añadió el docente, que indicó desde la emoción que llevan más de 50 años conviviendo con las gentes de Íscar, y de ellos 35 han sido como maestros. «Quiero hacer público que en todos estos años de profesión no hemos tenido gracias a Dios ni un solo problema ni con alumnos ni con sus familias. Es más, siempre nos han tratado con cercanía, cariño y respeto. Nuestra vida profesional ya la conocéis porque la expusimos extensamente al pronunciar el pregón de las fiestas de Íscar en 2017», continuó.

«Uno ya tiene muchos años. Por lo cual expreso mi sincera gratitud por este reconocimiento en vida. Tener una calle con nuestro nombre representa para los dos el colofón a toda una vida»

Manuel Perucho

«Uno ya tiene muchos años. Por lo cual expreso mi sincera gratitud por este reconocimiento en vida. Tener una calle con nuestro nombre representa para los dos el colofón a toda una vida. Representa también el tener una responsabilidad, pues siempre han de estar presentes los motivos por los que se ha concedido: llevar una vida lo más ejemplar posible y ser un modelo de conducta para los demás», apostilló. Para acabar reiterando su gratitud y respeto con las mismas frases con las que terminaron el pregón de las fiestas de 2017: «Gracias por considerarnos y demostrarnos que somos uno más entre vosotros, gracias por el honor que hoy nos habéis concedido y gracias Íscar, un abrazo para todos».

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Otros docentes con calles

Manuel Perucho y María Josefa Díaz no son los únicos docentes que dan nombre a alguna vía urbana iscariense. Los primeros en contar con una calle fueron Antero García y Luis Alonso Cascajo, que ejercieron allá por los años 20 del siglo pasado. Primitivo Aguado, nacido en la vecina Villaverde de Íscar (Segovia), es otro de los maestros que ha dejado su impronta en el municipio. Como también se recuerda a Pilar del Amo, que maestra hasta principios de los años 80, y a Sabiniano Muñoz. La llegada de este último en 1945 supuso un importante revulsivo, ya que a través de la educación reglada que impartía de forma particular en la Academia de Segunda Enseñanza fueron muchos los que pudieron examinarse de Bachillerato y en algunos casos cursar después carreras universitarias.

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