Los hermanos Fernando y José Luis Rodríguez Colomo, primer teniente de alcalde y regidor de Robladillo, respectivamente.

Cuando gobernar es cosa de familia

Los miembros de la corporación municipal de Robladillo se conocen desde siempre. El regidor y el teniente de alcalde son hermanos, y el tercer y último concejal, «pariente»

Eva Esteban

Robladillo

Domingo, 12 de julio 2020, 09:19

La corporación municipal de Robladillo podría debatir y tomar las decisiones sobre el municipio vallisoletano en una comida familiar. También cualquier tarde en ... el salón de casa. Sus tres integrantes, alcalde y dos concejales, mantienen un vínculo muy estrecho. El regidor, José Luis Rodríguez Colomo, y el primer teniente de alcalde, Fernando Rodríguez Colomo, son hermanos. El tercero en discordia, Raúl Alonso, el «alma y la cabeza pensante del equipo», como le definen, es «pariente».

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El suyo es solo un ejemplo de los varios que existen en la provincia de Valladolid de que se puede gobernar y dirigir un pueblo en familia «y no salir escaldados», como apunta el primer edil. Los hermanos tenían en mente «desde hace mucho» participar de forma activa en política, pero no se decidieron a dar el paso hasta que la agrupación socialista de Tordesillas se «acordó» de ellos para recuperar la alcaldía de esta pequeña localidad enclavada en la comarca de los Montes Torozos. De aquella «locura» han pasado ya trece años. Afrontan su cuarto mandato juntos al frente del Consistorio cuquillo y están «con más ganas que nunca».

«Yo creo que lo estamos haciendo bien; la nuestra es la única candidatura con gente del pueblo que se presentó, y mientras nos sigan apoyando estaremos al pie del cañón», afirma Fernando Rodríguez, de 50 años. Cuenta que si su hermano, tan solo un año mayor que él, no hubiera presentado su candidatura como cabeza de lista, quizás no se hubiera «atrevido». «Me gusta mucho la política, pero no quería estar en primera línea. Mi hermano me dijo que iba a encabezar la lista y le dije: 'Cuenta conmigo para lo que haga falta'. Esa presión extra que te quitas de la cabeza también ayuda», señala. José Luis no lo dudó «ni un momento»: su hermano, uno de los que «mejor» le conoce, era la persona «idónea» para acompañarle en esta aventura. «Tengo confianza con él, es de mi mano, y cuando quieres hacer una cosa bien tienes que tener gente en quien confiar».

Están condenados a entenderse pero reconocen que, aunque tienen sus rencillas y «pequeñas» discusiones, «como pasa en cualquier familia», siempre terminan poniéndose de acuerdo. Sacan adelante todas las iniciativas por unanimidad. «Reñimos, pero somos compatibles; acabamos poniéndonos de acuerdo», asevera el teniente de alcalde, mientras su hermano asiente.

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Pero, ¿su familia cómo lo afronta? Su padre, aseguran, está «encantado» porque defiende su misma línea ideológica. El resto no les comenta «nada». Si surge alguna conversación relacionada con cuestiones municipales en algún encuentro familiar, los más cercanos se mantienen al margen. «No dicen nada ni nos regañan. Siempre han confiado en nosotros», coinciden.

De hecho, comentan que es prácticamente imposible que, a corto y medio plazo, haya en Robladillo una corporación en la que sus integrantes no sean familia. Intentan hacer la cuenta de cuántos vecinos viven en la actualidad en el pueblo y no mantienen ningún vínculo. «Yo creo que solo David y Jaime no son nada nuestro», valora José Luis. «Jaime sí, su mujer es prima nuestra», replica José Luis.

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Los tres ediles «hacen de todo». Lo mismo barren una calle que se suben a la pala de un tractor a cambiar la bombilla de una farola o acuden a la casa de un vecino a poner trampas para atrapar ratas. Si tienen que «tirarse al barro», lo hacen sin ningún pudor. Son una corporación polifacética. Saben que dirigir un municipio como el suyo, con tan solo 92 habitantes censados, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), no es tarea fácil. Que tienen que remangarse si quieren que todo esté a punto. Prueba de ello, relata Fernando Rodríguez, es la «paliza» que se «pegan» para preparar unas Navidades de ensueño. «Es una pasada», anticipa el primer teniente. «Empezamos a montar todo el 1 de diciembre y no lo quitamos hasta mes y medio después; durante este tiempo es quita, pon, cambia esto, lo otro... Y todo el día pendiente para que nuestro pueblo tenga una buena programación y venga gente de fuera a visitarlo», apostilla.

También la «intranquilidad» que viven durante las fiestas patronales. Disfrutan «menos» porque, inciden, tienen que estar «a todo». «Estás todo el día afanando; barrer calles, montar las jaimas, las mesas para el vermú que hacemos para todo el pueblo...», resume el teniente de alcalde. «Claro, luego viene la mujer y me dice:'Joder, no bailas conmigo; desde que te levantas hasta que se acaba el baile estás haciendo cosas'. Sé que lo dice de broma, pero tiene razón. Estamos todo el rato pendientes y haciendo cosas», añade.

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Sin televisión ni Internet

Robladillo es una de esas localidades desconectadas, cuyos vecinos se ven abocados a hacer malabares si quieren enviar un wasap. «Muchos –explica el alcalde– tienen que ir a la salida del pueblo en dirección Villán de Tordesillas para llamar por teléfono o mandar un mensaje. La cobertura funciona a pedales». A ello, además, hay que añadir que en ocasiones la televisión no se ve. La última resintonización de la TDT les «destrozó». «Ha estado muy bien, pero los últimos cambios nos dejaron KO. Los vecinos se quejan, y con razón, pero ya no sabemos qué hacer para solucionarlo», indica el regidor. «Ya no es llamar, es insistir e insistir hasta que te hagan caso», prosigue el teniente de alcalde.

Ahora la principal reclamación de los vecinos es tener fibra óptica, «como en la ciudad». Pero saben que será difícil. Antes deben contar con unos servicios de calidad e Internet en todos los rincones del pueblo, no solo el wifi del Ayuntamiento. «Todo el mundo tiene la contraseña y saben que pueden venir a conectarse cuando quieran, pero es que tampoco es eso. Es una pena que tengamos que irnos a la otra punta para hablar con alguien», lamenta José Luis Rodríguez.

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