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Juan Carlos Domínguez y su hija Estela, en una imagen de sus redes sociales. Cedida
El lamento de Juan Carlos Domínguez: «Por un despiste de un camión te quedas sin hija y sin sueños»
Muerte de una ciclista en Salamanca

El lamento de Domínguez: «Por un despiste de un camión te quedas sin hija y sin sueños»

«No se merecía esto... No se lo merecía», dice el padre de Estela, que será despedida este sábado en Íscar

E. Esteban

Valladolid

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Viernes, 10 de febrero 2023

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Si es cierto eso de que una imagen vale más que mil palabras, el álbum familiar de Estela Domínguez García muestra a una joven risueña, cariñosa, con un vínculo muy especial con sus padres, Juan Carlos y Yolanda; y que luchó hasta el final por su gran pasión: el ciclismo. Este jueves por la tarde, cuando regresaba a casa de entrenar con su bicicleta, un camión la arrolló mortalmente en la N-620, a la altura del cruce con la A-62, en Salamanca. «Era un cielo de chica, cariñosa, muy trabajadora... Y por un despiste de un camión te quedas sin hija, con todos los sueños que teníamos juntos», lamenta su progenitor, con la voz apagada, en un auténtico ejercicio de entereza.

Su «niña», como se refiere de un modo cariñoso a Estela, murió haciendo «lo que más le gustaba», junto con las Relaciones Laborales y Derechos Humanos (estudiaba el grado en la Universidad de Salamanca). «No se merecía esto... No se lo merecía. No tengo palabras, es muy fuerte», repite Juan Carlos, en un intento en vano de consuelo.

Fue él, único vallisoletano que ha vestido la maglia rosa en el Giro de Italia y ha competido en unos Juegos Olímpicos, los de Sidney en el año 2000, quien le inculcó la afición por las dos ruedas. «Íbamos juntos a todas las carreras. Entrenaba con ella, me preocupaba de ayudarla en todo lo que podía; si íbamos en pareja de dos, yo me ponía por fuera y decía: 'si me tiene que pillar un coche, que me pille a mí, pero no a ella'», recuerda. Con su madre también mantenía una relación muy estrecha. Hablaban todos los días. «Tenía mucha afinidad con los dos; conmigo más en el plano deportivo, pero con su madre estaba muy unida», añade.

«Se fue aficionando cada vez más», matiza, al tiempo que pide «más concienciación» entre los conductores para evitar que un desenlace así vuelva a repetirse. «Es un deporte del que oímos, erróneamente que no tiene tanto peligro, pero vemos que hoy en día la gente no va a lo que tiene que ir conduciendo y lo pagan otros», sentencia Juan Carlos Domínguez.

El último adiós a Estela Domínguez tendrá lugar este sábado, a las 12:00 horas, en la iglesia de Santa María de los Mártires de Íscar, de donde procede Juan Carlos, «por los grandes recuerdos que tengo del pueblo».

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