Valladolid
En Castronuño, si no hay autobús… te lleva el vecinoUn grupo de WhatsApp llamado «BlaBlaCas» conecta a quienes conducen con quienes necesitan llegar al médico, a comprar o hacer recados. Una red de solidaridad local en la que ya participan 69 personas
Por Castronuño pasa el tren, pero no tiene parada. El autobús si que la tiene, sin embargo, muchas veces su horario y frecuencia no resultan ... demasiado útiles. Esto ha llevado a que los vecinos se organicen para cubrir las carencias del transporte público, y, y lo han hecho con imaginación y con una iniciativa tan sencilla como eficaz, un grupo de Whatsapp que han denominado BlaBlaCas -como guiño a la famosa aplicación de viajes compartidos-. En este grupo ya participan 69 personas del pueblo, la mayoría, mujeres mayores que no conducen. La idea es compartir coche con quien tiene que ir a Medina del Campo, Valladolid o Alaejos, principalmente, y así, llegar a tiempo a una analítica, una consulta, o simplemente a hacer la compra.
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Rosana de Castro es concejal del municipio y una de las impulsoras de esta iniciativa. Ella cuenta que todo surgió en una de las comidas de hermandad que a menudo organizan en el pueblo. «En la sobremesa salió el tema de lo complicado que a muchos les resulta ir al médico y yo pensé que esto no podía ser. A veces tenemos la sensación de que estamos abandonados. Somos ciudadanos, pagamos impuestos y también tenemos derecho a ir al hospital», comenta. Así fue como propusieron crear un grupo de WhatsApp para coordinar viajes entre quienes conducen y quienes no. Buscaron un nombre original para el nuevo grupo, y en febrero de este año, nació BlaBlaCas.
Solidaridad sobre ruedas
Maite Ariznavarreta es una de las usuarias habituales. Para ella, con este servicio vecinal todo son ventajas. «No es solo para ir al médico. A veces necesitas ir comprar o a hacer algún recado, entonces pones un mensaje en el grupo y si hay suerte, enseguida responden. Este grupo me hace sentirme más independiente. Todo está muy bien organizado», dice. Para su vecina, Josefina Maestre, de 72 años, BlaBlaCas ha cambiado su forma de moverse. «Yo un día escribí que tenía que hacerme una analítica en Alaejos, y enseguida Merche, una vecina, me dijo que ella me recogía. Me llevó fenomenal. No se paga nada, es todo gratuito. Es de mucho agradecer», comenta esta castronuñera.
El funcionamiento es sencillo. Alguien pone en el grupo que necesita ir a un sitio determinado y si hay un conductor que va para allá y está dispuesto a hacer el favor, responde. Luego se coordinan por privado para no saturar el chat común. Según Rosana, salvo en una o dos ocasiones, siempre se ha encontrado quien lleve al que lo necesita.
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Una iniciativa que ha unido a los vecinos
La falta de transporte público es uno de los principales problemas en Castronuño. Hay autobús a Medina del Campo, pero solo los martes, viernes y domingos. «Llega a Alaejos a las 9:30 horas, y es muy justo para entregar las muestras de análisis en el centro de salud. Si hay un retraso o si el servicio que recoge las muestras llega antes, se pierde la cita. Y si el médico te manda otro día, no hay autobús», cuenta una vecina.
A Tordesillas hay dos líneas, una de transporte a la demanda, con salida a las 07:50 horas y vuelta a las 14:30 y la ruta regular los sábados a las 10:06 y el regreso a las 14:00 horas. «Hay también autobús a Valladolid a primera hora de la mañana y regresa a mediodía, pero son demasiadas horas para una consulta médica que puede durar 10 minutos. Los autobuses van vacíos, no son útiles. Se pagan con dinero público, pero no sirven porque no se ajustan a las necesidades reales. Por eso, BlaBlaCas es una solución real a un problema estructural», comentan algunos.
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Este grupo de Whatsapp además está generando una mayor unión entre vecinos. «Con gente que no tenías mucha relación, ahora entablas una conversación. Si te los encuentras en un banco de la plaza, igual no te paras a hablar, pero en el coche, ya es distinto. Yo he llevado a vecinos de toda la vida, con los que apenas había hablado y profundizando con ellos en la conversación me han parecido personas muy interesantes», dice Fernando Fernández, conductor del grupo. «Te cuentan su vida, sus historias. Es una forma de conocerse más entre vecinos», añade Jesús Seoane.
Una idea que se puede exportar
Esta red vecinal ha tenido tanto éxito que muchos ya piensan que podría replicarse en otros pueblos. «Hay muchos sitios con los mismos problemas de movilidad que teníamos nosotros. Esto es perfectamente exportable», dice Rosana. «Porque no se trata solo de ir al hospital. También hace falta moverse para arreglar unas gafas, comprar unos zapatos o simplemente salir un rato del pueblo», prosigue.
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Y lo mejor es que todos los que participan lo hacen de forma desinteresada. «Es altruista, claro. Si alguien te hace un favor, como mucho le invitas a un café o le das las gracias. Muchos también tienen como detalle regalar productos de la huerta a los conductores», cuenta una de las usuarias. «Si bien es cierto que hay más personas que piden viaje que conductores, pero nos vamos apañando. Casi siempre se ha logrado cubrir la necesidad. Hoy puedes llevar tú, pero mañana puede que te tengan que llevar a ti», concluye Milagros Ferrín.
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