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Los vecinos de Castromonte tuvieron este 22 de diciembre su particular premio de la Lotería de Navidad al ver cómo recuperaban el servicio de bar con la inauguración del edificio Sabor de Torozos, que ha sido promovido por el Ayuntamiento en la plaza de ... la Constitución, corazón de la localidad, a escasos metros de la iglesia de la Inmaculada Concepción, «en una apuesta sólida para revitalizar la vida del pueblo fortaleciendo la identidad local y respondiendo a las necesidades concretas de vecinos y visitantes», en palabras del alcalde, Heliodoro de la Iglesia.
Con la presencia de la corporación municipal, alcaldes de la comarca y numerosos vecinos, en un ambiente festivo, poco antes del mediodía tenía lugar la inauguración del edificio Sabor de Torozos, de dos plantas, en el que el arquitecto vallisoletano Óscar Miguel Ares, como ya hiciera en las piscinas municipales de la localidad o en el Ayuntamiento de Valverde de Campos, ha logrado combinar modernidad y tradición, creando un diseño que se integra en el contexto rural mientras introduce elementos contemporáneos tanto funcionales como estéticos. En planta, cuatro grandes pilares en cruz, formando una retícula-soporte, sostienen las losas de hormigón visto de la construcción; permitiendo dimensionar y escalar su interior así como dividir o segmentar en diversos espacios continuos cada una de las plantas.
El uso de materiales locales, como la piedra de la comarca, y la integración armónica del edificio con la emblemática plaza de la Constitución, reflejan una conexión profunda con la identidad de Castromonte. Una relación con la plaza que se refuerza con la posibilidad de abrir al exterior los amplios, acogedores y bien decorados espacios del bar, que se sitúa en la planta baja, convirtiéndolo en un lugar ideal para eventos y actividades al aire libre durante el verano. La planta superior alberga las dependencias del restaurante, con el comedor, donde las referencias visuales a los edificios más próximos, en especial a la iglesia parroquial, se producen a partir de los grandes ventanales abiertos sobre sus lienzos. Las dos plantas están conectadas por un montacargas y un ascensor. A sus 84 años, el veterano vecino Leandro Espinilla manifestó su alegría por la apertura del bar, porque «era algo que estábamos esperando hace mucho tiempo», añadiendo que «tenía que haber llegado mucho antes». También señalo la necesidad del espacio como «sitio para el encuentro social entre los vecinos, pero también para los que vienen de fuera».
La planificación funcional del edificio, con el bar ubicado en la planta baja y el restaurante en la planta superior, es una solución inteligente que permite escalonar su uso, adaptándolo a distintas temporadas o momentos del día. Al ofrecer servicios de restauración tanto en el establecimiento como a domicilio, Sabor de Torozos no solo satisface las necesidades de los residentes, sino que también tiene el potencial de atraer visitantes, impulsando la economía local y posicionando a Castromonte como un destino gastronómico atractivo. Un restaurante que se pretende que empiece a funcionar en los próximos meses.
La localidad recupera de esta forma el servicio del bar a poco más de dos meses de haber cerrado el histórico bar Alonso, en la calle principal. Sin duda el nuevo bar «será parte de nuestra cultura, de nuestra identidad, el punto de reunión donde surgen las historias, los negocios y las confidencias», según se hacía ver en el comunicado del Ayuntamiento en el que se informaba de la apertura del bar a través de su página web, en la que también se expresaba que «un pueblo sin bar es un problema», por eso también se recordaba que «cuidar los bares de los pueblos, es cuidar la salud de todos sus vecinos». Además se señalaba que «es deseo de esta corporación municipal que recibáis este edificio como vuestro, de todos los vecinos, que se cuide y lo más importante que se disfrute».
El alcalde destacó que «es un atractivo que va a funcionar seguro, hay que dar tiempo al tiempo». También explicó que «este tipo de iniciativas no solo mejoran la infraestructura del pueblo, sino que también crean espacios que fomentan la interacción social, dinamizan la economía local y refuerzan el sentido de pertenencia entre los habitantes». Todo ello sin olvidar que «la inauguración de este edificio marca un nuevo hito significativo en los esfuerzos por fortalecer la comunidad, mostrando cómo la arquitectura puede ser una herramienta clave para revitalizar las pequeñas localidades».
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