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Los Ayuntamientos de Valverde de Campos y Castromonte promueven la apertura de baresLos bares, qué lugares tan gratos para conversar. Es el estribillo de la popular canción «Al calor del amor en un bar» del histórico grupo ... de rock Gabinete Caligari. Un estribillo que denota la importancia de los bares como lugar de encuentro, más si se trata de un pueblo pequeño, donde pasa a ser una necesidad como espacio donde poder mantener las relaciones sociales diarias entre sus vecinos. Sin embargo, cada vez es más difícil que estos establecimientos se mantengan abierto, incluso en el caso de los populares teleclubes dependientes de los Ayuntamientos, con aportaciones simbólicas y cubriendo todos los gastos.
No es de extrañar que los Consistorios de localidades como Valverde de Campos y Castromonte hayan agarrado el toro por los cuernos para promover la apertura de bares municipales con el fin de no perder este servicio tan esencial para la vida de sus vecinos. Los dos modernos y acogedores establecimientos abren sus puertas en lugar tan privilegiado como la plaza del pueblo y han sido diseñados por el reputado arquitecto vallisoletano Óscar Miguel Ares con el uso de la piedra de la comarca, que se integra en el contexto rural, combinando modernidad con tradición, introduciendo elementos contemporáneos tanto funcionales como estéticos. Los actuales horarios de invierno se irán ampliando con la llegada del buen tiempo.
En Valverde de Campos, en los usos del nuevo edificio del Ayuntamiento, el teleclub, se emplaza en uno de sus espacios más privilegiados, junto al amplio patio interior, al que separan grandes ventanales. Desde su apertura a la par de todo el edificio al inicio de 2024, el teleclub ha sido muy bien acogido por los vecinos, en palabras del alcalde, José Ignacio del Campo, quien explicó que «la manera de dar vida al pueblo es que la gente tenga un lugar para reunirse, promoviendo la convivencia».
Su gestión corre a cargo de un autónomo por medio de un contrato de servicios por el que también tiene que llevar a cabo la limpieza de las instalaciones municipales, por lo que recibe una aportación económica, a la que se suma los ingresos del bar, además de proporcionarle una vivienda con luz y agua. De esta manera el municipio ha creado un puesto de trabajo a la vez que ha visto aumentar el padrón municipal con una familia colombiana con los padres y dos hijas. El bar dispone de dos grandes televisores con la posibilidad de canales digitales para poder ver partidos de fútbol o corridas de toros. Además, junto a una amplia carta de tapas y raciones, ofrece un menú diario con varios primeros y segundos, incluso para grupos grandes de autobuses o de celebraciones de vecinos, todo ello con módicos precios en todas las consumiciones.
Por su parte, el Ayuntamiento de Castromonte ha promovido la construcción del edificio Sabor de Torozos, que era inaugurado el pasado mes de diciembre poco antes de las Navidades «en una apuesta sólida para revitalizar la vida del pueblo fortaleciendo la identidad local y respondiendo a las necesidades concretas de vecinos y visitantes», en palabras del alcalde, Helidoro de la Iglesia, quien aseguró, en tono de broma, que «si no hay bar tendría que venir el psiquiatra», recordando que, para el médico del pueblo, el bar «es fundamental para un equilibrio mental». Además, aseguró que los vecinos lo han agradecido mucho porque llevaba casi cuatro meses sin este servicio al haber cerrado el último bar del pueblo, de ahí la necesidad.
La gestión del bar se ha cedido a una empresa en unas condiciones muy ventajosas «con el fin de que se pueda dar servicio», creando puestos de trabajo entre los que se encuentra un ucraniano. La planta alta va a acoger el servicio de restaurante, que, tras la instalación de la cocina, se tiene pensado que empiece a funcionar en tres o cuatro meses, con lo que «no solo se va a satisfacer las necesidades de los residentes, sino que también tiene el potencial de atraer visitantes, impulsando la economía local y posicionando a Castromonte como un destino gastronómico atractivo», en palabras del regidor. El bar sirve también para repartir el pan.
De la Iglesia también destacó que «es un atractivo que va a funcionar seguro, solo hay que dar tiempo al tiempo». Además explicó que «este tipo de iniciativas no solo mejoran la infraestructura del pueblo, sino que también crean espacios que fomentan la interacción social, dinamizan la economía local y refuerzan el sentido de pertenencia entre los habitantes». Todo ello sin olvidar que «la inauguración de este edificio marca un nuevo hito significativo en los esfuerzos por fortalecer la comunidad, mostrando cómo la arquitectura puede ser una herramienta clave para revitalizar las pequeñas localidades».
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