Obituario

Adiós a la historia viva de Megeces

Mujer afable, conversadora y de firmes convicciones católicas, Tirsa que deja viudo a Niceto Manso Manso, que en octubre cumplirá 101 años, era sin duda la mejor la historia viva de Megeces, pues salvo estos últimos años en los que pasaba los inviernos junto a una de sus hijas en la capital vallisoletana, su domicilio familiar en la Plaza Mayor, que antes fuera de sus padres y anteriormente de sus abuelos maternos, ha sido testigo mudo de prácticamente cuantos aconteceres ha vivido el pueblo. De ahí que el devenir del municipio y sus gentes durante esta última centuria indudablemente haya pasado de alguna manera por su puerta.

Vino al mundo el 28 de enero de 1920 siendo la menor de los seis hijos, cuatro chicas y dos chicos, nacidos del matrimonio formado por Lorenzo Manso Muñoz y Cenobia Martín Puentes. Huérfana de madre desde los dos años, siempre recordaba que apenas conoció a mi madre y vivió, incluso de casada, con dos de sus hermanas solteras, Emilia y Victoria, por eso siempre diecia que sus hijas habían tenido la inmensa suerte de tener tres madres.

Con 20 años, cuando fallece su padre, decidió marcharse a Valladolid para aprender corte y confección, viviendo durante los seis meses de formación con su tía Marciana. De vuelta a Megeces se puso a coser y confeccionar a medida sobre todo para las gentes de su pueblo, pero también para las del vecino Cogeces de Íscar, haciendo vestidos de novia, de comunión, para la fiestas y por supuesto también para sus hijas. Su destreza con la aguja, el dedal y la tijera hizo que durante muchos años fuera reconocida como una de las mejores modistas de la comarca.

De su matrimonio con Niceto Manso Manso, de profesión agricultor, nacieron Rita y Adela quienes han dado la oportunidad de disfrutar en vida de dos nietas y dos nietos, y estos a su vez cinco biznietas y dos biznietos. Un matrimonio bien avenido, y posiblemente uno de los más longevos que se conozcan, que el pasado año fue homenajeado en un emotivo acto por el consistorio megezano.

Hijas y nieta y nietos, que ahora con lagrimas en los ojos por su marcha, coinciden en no tener palabras para expresar la emoción que ha supuesto poder disfrutar de este matrimonio centenario, «Si bonito fue verlos celebrar las bodas de plata y las de oro, poder disfrutar con plenas facultades lo que ellos vivieron el pasado año 2022, en que además de superar ambos los 100 años cumplieron sus bodas de diamante, es algo indescriptible».

Tristeza por la pérdida, pero alegría por poder disfrutar todavía del nexo de unión que supone para toda la familia Niceto, quien llora desconsolado la irreparable pérdida de la persona con la que ha compartido todo durante más de tres partes de su dilatada vida. Persona para quien la longevidad es algo normal ya que sus padres Liduvino Manso Mena y María Manso Alonso fallecieron con 100 y unos meses y 92 años respectivamente, su hermana Constancia falleció hace dos semanas camino de los 100 años, su hermano Cesar fallecido con 82 años y el benjamín Carlos próximamente cumplirá 96 años. Sin duda una familia para estudiar.