Acida Liss, veinte años de historia drag: «Llevo una vida normal en un pueblo, la gente no es tan cerrada como se dice»
Jonathan Calleja celebra este sábado en Íscar dos décadas en los escenarios bajo grandes pestañas y largas pelucas, con una gala en la que estará acompañado por Lady Dragma, Boombay Star y Garazi La Fantasy
El teatro-auditorio de Íscar se vestirá este sábado (5 julio) de purpurina, plataformas y mucho arte para celebrar el vigésimo aniversario de Ácida Liss, ... nombre artístico de Jonathan Calleja, una de las figuras más emblemáticas y queridas del panorama drag en Castilla y León. «Dos décadas sobre los escenarios – asegura - no se cumplen todos los días», y para festejarlo como se merece ha preparado un Tardeo Drag que espera sea memorable.
Un espectáculo en el que habrá risas, música, performance y mucho brillo. «Porque el drag es revolución, arte, historia y futuro», que además de la propia celebración tiene como objetivo seguir quitando algunos estigmas sobre el mundo drag, «siempre relacionado con la noche, con ser el mono de feria de una fiesta, y aquí vamos a demostrar que no es así». Mayores, jóvenes e incluso niños tienen las puertas abiertas para disfrutar de una cita imprescindible para amantes del arte drag y quienes valoran la autenticidad y el talento.
Para ello Acida Liss no estará sola sobre el escenario, estará acompañada por Lady Dragma, Boombay Star y Garazi La Fantasy, tres artistas espectaculares para una tarde en la que se rendirá homenaje al poder del transformismo, la resistencia 'queer' y la creatividad sin límites de quienes desde hace años les precedieron. «Y gracias a que fueron conocidos en ese mundo, ahora nosotros somos capaces de hacer un espectáculo de este tipo».
Jonathan Calleja, vallisoletano de 37 años y afincado desde hace seis años en Íscar, cumple este 2025 dos décadas bajo grandes pestañas y pelucas dando vida a Acida Liss con la picardía y elegancia que le caracterizan. Su historia, que comenzó como la de cualquier adolecente tocando en la banda de una cofradía y bailando en un grupo de danzas tradicionales de Valladolid, se inicia en 2005 cuando, invitado por un amigo acude al bar 'Libertad 3', en el que hacían espectáculos de drags, «sin saber aún muy bien qué era aquello». Hacían un concurso que se llamaba 'Entiende Mary', en el que actuaba un drag llamado Mary Popper quien le dijo si quería probar como azafato.«Me animé y desde ese día arranqué en esto que hoy me ocupa y que durante muchos años he tenido que compaginar con otras actividades para poder sobrevivir».

Empezó llamándose Pamela Metazos, un nombre que después cambió a Ácida González y que a medida que se fue haciendo conocido y profesional derivó en Ácida Liss. Siempre con el referente de aquellos drags vallisoletanos, Miss Jly's, Mary Popper y Anirexia entre otros, que hace años abrieron el camino a quienes hoy gozan de fama como él. «Porque un drag ante todo es un artista, no un maricón pintado». Su personalidad se vio reforzada cuando conoció y trabajó a las órdenes del fallecido actor y director de escena Ricardo Vicente, al que recuerda como su maestro a la hora de saber moverse por el escenario.
Así van transcurriendo los años hasta que en 2017, como Jhony Calleja, nombre artístico con el que Acida Liss actúa pero en versión varonil, su vida da un giro al proclamarse Campeón del Mundo de Karaoke en el festival Ising celebrado en Myanmar donde su faceta de transformista fue fundamental en su victoria.
Tras una aventura empresarial en el mundo de la hostelería, regentando un local de conciertos y cabaret en la capital vallisoletana donde también de forma indistinta actuaba, y que apenas duró un par de años, decide junto a su pareja, que es su técnico de luces y sonido, trasladarse a Íscar donde se gana el cariño y aprecio personal y artístico de sus vecinos».
Cada espectáculo de Acida Liss comienza en algunos casos hasta tres horas antes con la elección del vestuario en un armario que parece no tener fondo nunca, pero que ha ido variando con el tiempo. «Todavía guardo la mayor parte del vestuario de cuando empecé, que lógicamente ya no me sirve porque inexorablemente mi cuerpo ha ido cambiando y ya no tengo la misma talla que cuando tenía 20 años».
Normalización de la diversidad
Por último, si la satisfacción de Acida Liss y Jonathan Calleja, «tanto monta, monta tanto, aunque siempre el personaje esté de alguna manera por encima de la persona», es haber podido realizarse y sentirse reconocido como artista, no menos importante es haber contribuido de alguna manera a la normalización de la diversidad de género en el medio rural, «llevando una vida muy normal, en un pueblo, donde según dicen la gente es más cerrada, y eso no es así como he han demostrado».
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