Alfredo Corell posa en uno de los anfiteatros de la Facultad de Medicina. Gabriel Villamil

«Los profesores de universidad no estamos formados para enseñar»

Alfredo Corell, premio Educa Abanca Mejor Docente Universitario de España ·

El profesor de Inmunología de la Universidad de Valladolid cree que la enseñanza ocupa un segundo plano en la educación superior, centrada en la investigación

Antonio G. Encinas

Valladolid

Jueves, 17 de enero 2019

Cerró 2018 con el Premio Medes de difusión de las ciencias de la salud en español y abrió 2019 con el Premio Educa Abanca como mejor profesor de España en la etapa universitaria. Entre medias, Alfredo Corell (Madrid, 1963) tuvo que pasar el mal trago de denunciar la aparición de unos carteles en la Facultad de Medicina en los que se le llamaba «maricón y socialista». Un no parar que le ha tenido casi tan atareado como cuando una conferencia suya en TEDxValladolid lo aupó al estrellato virtual.

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–El hecho de que este premio se conceda tras una nominación de los estudiantes será un gran orgullo.

–En este premio hay un filtro, que es este, que a la vez lo hace muy diferente de otros premios profesionales. Es un orgullo y si entras en la plataforma ves que no te proponen poniendo tu nombre y haciendo clic, sino que tienen que dedicarle un ratito. Les piden a los estudiantes que digan por qué te proponen, si haces actividades innovadoras, si has propuesto alguna que les haya impactado, o si eres un modelo de vida... Les preguntan una colección de cosas y tienen que invertir un tiempo. Hace casi un año que me enteré de que me estaban proponiendo no solo desde Valladolid, sino desde Bilbao,Cádiz, Madrid, Granada... Desde Iberoamérica, al menos desde Colombia yMéxico.Como tengo muchos materiales docentes online, es lo que tiene la globalización, que mucha gente te considera su profesor aunque sea virtual.

–Gente a la que no le ha dado clase de forma presencial.

–Hay de todo, pero sí, no les he dado clase con la definición convencional de clase.

«Un pediatra referente en inmunodeficiencias me dijo que se dedicó a eso por mí. Ahí descubres lo importante que es el papel de la docencia»

–Que tenía cierto impacto en sus estudiantes ya se sabía con la charla TEDx y la repercusión que tuvo.

–La relación con los estudiantes te deja estas perlas. Hay otros momentos en los que tampoco te deja siempre cosas positivas. Pero es una relación bidireccional. Y lo que he descubierto con el paso de los años es que quienes probablemente me hayan propuesto más hayan sido estudiantes de cursos previos, no los del mismo año. Porque con el paso de los años son conscientes de lo que les has significado en su labor profesional, pero en el momento normalmente no lo son. Y me parece un motivo de orgullo, honor y a la vez responsabilidad. Siendo sincero, no me considero el mejor profesor de España. Hago mucho, intento hacerlo lo mejor posible, dedico mucho tiempo, ganas, ilusiones. Pero de ahí a decir lo otro... Hace poco tiempo, un pediatra experto en inmunodeficiencias me contactó por redes sociales. Resulta que fue de la primera promoción de estudiantes que tuve en Medicina aquí y en este momento es una referencia nacional y internacional en este tipo de enfermedades. Y me dice que se ha dedicado a esto por mí. Y ahí descubres lo importante que es el papel de la docencia, de los maestros y los profesores. Tanto en lo positivo como en lo negativo te pueden marcar la vida profesional. A mí me pasó lo contrario. Llegué a la Facultad de Biológicas en la Complutense con la ilusión de ser genetista y la persona que me tocó en Genética me quitó las ganas. Y lo enterré. En ese momento estaba naciendo la Inmunología, acabé allí y estoy feliz de la vida.

–¿Se pierde a veces esa perspectiva con la vorágine del día a día y la burocracia que envuelve a los profesores-investigadores de la universidad?

–Estás formando futuros médicos, enfermeras y en mi caso futuros nutricionistas.Y puedes marcar una diferencia para lo bueno y para lo malo.En este caso es un reconocimiento de que no lo estoy haciendo mal, pero no significa que pueda bajar la guardia. Sucumbir al tsunami del día a día es un riesgo que tenemos .La docencia en la Universidad está en un segundo plano. No denostada, que sería mucho decir, pero no suficientemente favorecida o promocionada. Porque nuestra carrera profesional está en función de la investigación. 'Papers, papers, papers'. Y me van a pagar más en función de si saco el sexenio. Y para lograrlo tengo que publicar. Y consumimos mucha parte del tiempo en esto. Y para dedicarte a la docencia y hacerlo bien tienes que dedicarle tiempo, tienes que formarte. Y los profesores de universidad no estamos formados. Un profesor de Primaria tiene una carrera, uno de Secundaria tiene un máster. Uno de universidad tiene su licenciatura, su título, pero no nos ha formado nadie para dar clase. A mí ni siquiera me formaron para hablar en público, que es el primer paso para meterte en un aula. Quien no tenga esa motivación para imponerse una disciplina de formación y aprender nuevas tendencias pedagógicas, o a hablar en público, o sobre el aprendizaje basado en casos clínicos, o el aula inversa... Todo eso requiere que tú inviertas tu tiempo y ese tiempo no te lo paga nadie, lo tienes que dedicar porque a ti te motive y te guste. Tú entras aquí y nadie te impone un plan de formación. El profesor no tiene obligación ninguna, eso depende de la voluntariedad y eso tiene que ver con la vocación.

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«A mí ni siquiera me formaron para hablar en público, que es el primer paso para meterte en un aula»

–Dirige el Área de Formación Permanente e Innovación Docente de la UVA. ¿Cómo está la universidad en este aspecto?

–Es una universidad que está moviéndose y que va avanzando y se nota diferencias de velocidad en algunas áreas. Hay áreas en las que la necesidad de renovarse en técnicas pedagógicas y metodológicas se ve mucho más claramente. Me sorprende positivamente que las ingenierías en la UVA son líderes. Y hay otras titulaciones en las que cuesta más, pero en algunas el 80-90% de los profesores del claustro están participando en proyectos de innovación o haciendo cursos de formación. En Castilla yLeón, donde conozco más el panorama, vamos las cuatro públicas bastante en consonancia, incluso tenemos proyectos conjuntos de los cuatro equipos de formación e innovación docente. De las cincuenta universidades españolas públicas estaríamos en el grupo de las 10-15 primeras casi seguro. He visitado otras y veo que hay mucha gente que nos mira y eso es porque eres un modelo a seguir.

–Su proyecto Inmunomedia también ha sido muy reconocido. Sin embargo, innovar en educación llevará aparejada la necesidad de obtener unos resultados.

Hacer innovación por hacerla es fuego de artificio. Pero si eso no tiene estrategia de base ni resultados demostrables, se queda en nada. Al principio tienes que tirarte un poco a la piscina y vas aprendiendo. Hay cosas que funcionan mejor y otras que no. Es prueba-error. El año pasado hemos publicado el primer artículo científico en una revista de alto impacto en el que hemos demostrado que el aprendizaje 'gamificado' en el aula y en el campus virtual consigue mejor rendimiento y participación de los estudiantes. Es un hito para mí, porque se demuestra que tienen repercusión en la vida académica. Y tengo otra sospecha que quiero demostrar porque ayudará a que otras universidades adopten estas metodologías. Y es que nuestros estudiantes, después del MIR, cada año, me dicen que de las preguntas de Inmunología no han fallado ni una. Y ya tengo informes de dos de las tres academias de aquí de que es así. Y si eso se pudiera demostrar con datos sería una magnífica noticia porque implicaría que una prueba sin relación con nosotros revelaría que nuestros estudiantes están mejor formados en esa materia que los de otras universidades con otras metodologías.

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–Decía que al profesor le falta formación para ser docente. Pero tampoco hay planes nacionales para que eso deje de ser así. ¿Podrían las propias universidades, a título individual, intentar revertirlo?

–Planes no existen. Pero sí puede haber planes locales, no demasiado ambiciosos, pero que puedan ir suponiendo avances. Entre las cuatro universidades públicas de Castilla y León sí se llegó a preparar, antes de la crisis, la posibilidad de crear un máster propio de experto en docencia universitaria, que fuera obligatorio para los profesores de nueva incorporación. Con un plazo de tiempo para que no se agobien. Pero claro, ¿quién lo paga?¿El profesor, cuando se lo estás exigiendo? Se paralizó. Ahora sí que llevo dos o tres años hablando con los equipos de gobierno de esta necesidad y llegará un momento en el que encontremos una manera de empezar, aunque sea una cosa suave. Cosas tan básicas como aprender a hablar en público, cuidar tu voz, emplear una metodología activa en el aula o diseñar unas diapositivas.

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–¿Sirven para algo las encuestas docentes, que tan poca participación encuentran entre los alumnos?

–Están fallando como sistema general de evaluación del profesorado. En los veinte años que llevo aquí tengo la certeza de que funcionaban mejor cuando se hacían presenciales en papel. Ahora las hacen pocos porque no perciben que valgan para mucho. Y en parte tienen razón. Una encuesta docente puede llevar a que un profesor que tiene un quinquenio se encuentre, si tiene encuestas negativas, con que la primera comisión le diga que no cumple los criterios. Devolverían la solicitud del quinquenio al departamento, pero el departamento se puede saltar esa decisión y decir que lo merece por esto o aquello.Y entonces la encuesta se queda en nada. A mí me gustan porque me dan un 'feedback' y además de la que pasa la UVA yo paso una propia más detallada, que les lleva más tiempo hacerla y me da información más fina sobre las cosas que más les han gustado y las que menos. Sé que mi asignatura mía es muy exigente y a veces me penaliza en las encuestas porque dicen que pido más de lo que debería. Hay dos sectores que contestan, con tan baja participación, los que están muy enfadados y los que están muy contentos. Yo he tenido años de todo. Hace tres ó cuatro años hubo un grupo importante de alumnos que me penalizó en el ítem de las horas que debían dedicar al estudio de la asignatura.

Corell, en el aula López Prieto de la Facultad de Medicina. Gabriel Villamil

«Me he sentido muy abrazado por todo el mundo»

–¿Qué sabe de la denuncia que presentó por los carteles ofensivos contra usted aparecidos en Medicina?

–Solo sé que la Policía está en el tema, que estuvo aquí hablando conmigo y con estudiantes y gente de la Facultad. El inspector me dijo que iban a pedir los vídeos de la puerta de entrada. Me genera un cierto desasosiego saber cómo va a acabar, pero por otro lado estuvieron las navidades por medio, acabamos el año con el premio Medes y ahora arrancamos con el premio Educa y eso me ha distraído un poco del tema. Y estamos en pleno periodo de exámenes. Pero sí quiero saber antes o después cómo está.

–La respuesta de la UVA fue contundente para no dejar espacio a este tipo de acciones.

–No me puedo quejar. He visto situaciones terriblemente peores y aquí todo el mundo se volcó. La Facultad, la UVA, la Sociedad Española de Inmunología. La parte difícil fue hacerlo público. Pregunté a la Policía qué debía hacer y me animaron a hacerlo para que no hubiera ataques hacia mí si estaban previstos y que no se atrevieran a a hacer nada más al respecto. Ha habido miles de reacciones que no he podido leer en detalle, en las redes, en el correo, por teléfono... Me he sentido muy abrazado por todo el mundo y eso no te cura la herida pero reconforta.

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