El Plan de Adicciones de Valladolid incorpora los juegos de azar y el abuso de internet

No es un juego. Más bien se ha convertido en un problema. Lo que en un principio se postulaba como una mera forma de distracción ha pasado a estar en el epicentro de todas las críticas. Ni drogas ni alcohol. Ahora lo verdaderamente «preocupante» son las denominadas 'adicciones sin sustancia', es decir, la dependencia de internet, la adicción al juego o el mal uso de las nuevas tecnologías, entre otras. Son igual de «peligrosas» y su creciente irrupción entre los jóvenes vallisoletanos ha llevado a la Diputación provincial a incorporar estas prácticas en el VII Plan de Adicciones 2019-2022. Será una realidad a partir de la próxima semana, cuando el pleno apruebe esta iniciativa «pionera», y con ello, el objetivo es «reducir el consumo de bebidas alcohólicas, tabaco, cannabis, hipnosedantes y otras drogas, con y sin sustancia, y disminuir la mortalidad, morbilidad y los problemas sociales relacionados con dicho consumo».

La principal razón por la que se ha decidido incluir la ludopatía en este plan ha sido el 'boom' de las casas de apuestas en la capital. En los dos últimos años, la ciudad registró 133 nuevos casos de adicción al juego, mientras que estas prácticas a través de la red se duplicaron en apenas tres años, pasando a representar el 29%de los casos en 2018. Estos establecimientos han brotado como setas. Lo cierto es que son numerosos los vecinos que han dicho «basta» y la institución parece haber tomado buena nota de ello. De hecho, no es la primera vez que reclaman que se estreche el cerco en torno a este «grave problema». En Valladolid capital, a mediados del mes de enero, aparecieron pintadas en diferentes espacios del barrio de Pilarica en las que se podían leer frases como «Fuera casas de apuestas de nuestros barrios» o «En el negocio del juego la banca siempre gana». A los pocos días habían desaparecido. «Es una cuestión que nos preocupa bastante», afirmaron miembros de la asociación vecinal.

El uso compulsivo de internet es otra de estas adicciones invisibles. Pasar horas y horas frente a una pantalla, viendo películas o jugando a videojuegos puede acarrear consecuencias tan nocivas como el absentismo escolar o una mala relación de los menores con los progenitores. Según el borrador que ha inspirado a la Diputación a la hora de elaborar el proyecto, en 2017, el 21%de los jóvenes en España (323.807) estaba 'enganchado' a la red, mientras que el 29,2% alegaba que «no quería ir a clase» para quedarse jugando online.

Conscientes de la gravedad de la situación, desde 2015 un total de 606 padres y 141 familias recibieron formación a través de los programas de Prevención Familiar Universal, Selectiva e Indicada de cara al refuerzo de los factores de protección ante el consumo de drogas.

Si bien es cierto que tratar de combatir esta «lacra» es la principal novedad del Plan de Adicciones, no desviarán la atención de materias en las que «se ha avanzado» pero aún queda «mucho camino por delante» hasta lograr erradicarlo. Es el caso del consumo de alcohol, tabaco y cannabis. El 84% de los castellanos y leoneses consume alcohol de forma periódica, mientras que el 39,4% fuma tabaco y el 7,5%, marihuana.

Así, y tomando como referencia estas cifras, este programa se estructurará en torno a cuatro denominadores fundamentales como son la evaluación del plan provincial anterior, un análisis el marco legal vigente y el contexto estratégico del documento, un análisis de la situación actual en materia de adicciones, y por último, los principios generales, objetivo general, y directrices estratégicas conforme a las cuales deben acometerse las acciones.

Desde la perspectiva de género, el VII Plan de Adicciones refleja cómo el consumo de drogas afecta de manera diferente a hombres y mujeres, además de detallar la existencia de patrones de consumo y los factores de riesgo distintos según el sexo, que obligan a que existan también distintas necesidades de intervención. En este sentido, cabe destacar cómo, en tan solo dos años, la situación se ha revertido y, a día de hoy, las mujeres sufren una mayor adicción al alcohol (76,9%), el tabaco (36,9%) y los hipnosedantes, ya sea con o sin receta (15,8%), que los varones.