Valladolid
Los perros de la Guardia Civil detectan 200 kilos de picadura de tabaco al año en paquetesEnvíos desde el sur de la península con pesaje y cuantías a contrarrembolso exactos levantan las sospechas iniciales ante un posible delito
7:00 horas de este lunes en la empresa de paquetería Tipsa, en la calle Plata del polígono San Cristóbal de la capital vallisoletana. Hasta ... ese punto se trasladaron agentes de la unidad de Fiscal y Fronteras de la Guardia Civil para controlar el sinfín de paquetes que estos días, con el Black Friday y la Navidad a la vuelta de la esquina, se mueven por la geografía española. Se despliegan en las grandes instalaciones de la empresa para controlar los últimos envíos, en una tediosa jornada en la que se analizaron 700 cajas. Todas ellas precintadas y embaladas a la espera de ser derivadas a sus destinatarios finales.
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Lo que no saben esas personas es que su compra, la que seguramente recibieron ese mismo lunes, fue olfateada por Sigma, un belga malinois de la Guardia Civil de 5 años que campó a sus anchas en busca de droga u otros productos como picadura de tabaco. Y ese lunes no hubo nada sospechoso. Porque son los propios guardias civiles los que detectan indicios de paquetes fraudulentos con diferentes parámetros. Ya solo con los albaranes de envío ven si se tienen que detener en alguno concreto. Son embalajes con un pesaje exacto y con importes a contrarrembolso con una cifra redonda. A eso se añade las sospechas de paquetes que viajan desde el sur de la península, lugar por donde entra gran parte de la droga en España, con nombres ficticios para no dejar pista.
Con esa tesitura, comentan que ese presunto narcotraficante se ha especializado para no tener pérdidas y elige poner el paquete para que lo abone la persona que lo recibe.
Fiscalía y Fronteras de la Guardia Civil de Valladolid es la encargada de controlar esos paquetes, incluido la del aeropuerto, que es precisamente el único punto fronterizo que existe en la provincia. Además, analiza todo producto fiscalizado con mercancías con impuestos especiales como los carburantes, alcohol y tabaco. Y es ahí donde radica el mayor volumen de trabajo en el día a día de los agentes.
Operaciones recientes
Tal es así que son varias las operaciones que la Guardia Civil completa a lo largo del año en busca de la picadura de tabaco. Estiman que al año interceptan alrededor de 200 kilos de picadura de tabaco. Todo ello en paquetes envueltos y con precios exactos. Uno de esos últimos trabajos tuvo lugar a finales de octubre, cuando interceptaron cuatros envíos que sumaban 25 kilos. Dos personas fueron denunciadas, precisamente las que iban a ser las destinatarias, al incumplir los requisitos establecidos en la Ley Orgánica 12/1995 de Represión del Contrabando.
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Un control del tabaco que lleva a este equipo de la Guardia Civil a más puntos de la provincia al controlar este producto fiscalizado en diferentes negocios como en bares y estancos para evitar el contrabando. Sin ir más lejos, estuvieron presentes en la famosa operación contra la banda del BMW de este verano. Los sospechosos, tras asaltar estancos de diferentes provincias de Castilla y León, dejaban las cajetillas en un quiosco de Delicias para su venta en un mercado negro. En ese local de la avenida de Segovia pudieron certificar su trazabilidad, la misma que ubicaba esos cigarrillos en estancos asaltados semanas atrás.
Trabajo de inspección y de comprobar la documentación de todos los puntos que aumenta en estas semanas con el envío de paquetes debido a las compras por Internet. Eso incrementa el volumen de paquetes y eso lo saben los que intentan enviar, por ejemplo, picadura de tabaco. Enmascarar su producto ilegal en el sinfín de cajas de estos días. Saben de lo que mueve el Black Friday o la Navidad, por lo que se acercan fechas de unas intensas labores de seguimiento.
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Fiscalía y Fronteras intensifica su trabajo estas semanas con los envíos masivos por el Black Friday y Navidad
A pesar de todo, los métodos de trabajo no varían dentro de la unidad de Fiscal y Fronteras. Van a las empresas de paquetería, que muestran su disposición a colaborar, para detectar posibles irregularidades. Y ante cualquier sospecha abren esa caja. Es precisamente la ley la que permite que se desprecinten esos paquetes, si bien si en el interior se halla una carta personal no la pueden leer para no vulnerar los derechos.
Para hacer una muestra de cómo funcionan, los agentes de la Guardia Civil, en presencia de El Norte de Castilla, proceden a abrir un paquete de los que se encontraban este lunes en Tipsa. Saben que no hay nada sospechoso. Tiran de cúter para quitar el celo y ven que en el interior se encuentran unas zapatillas de andar por casa. Tras revisar el embalaje, vuelven a precintar para que el envío siga su transcurso. Eso sí, se ven obligados a levantar acta y reflejar que ese paquete ha sido inspeccionado por la Guardia Civil, aunque en ese caso concreto el destinatario nunca sabrá que su compra ha sido inspeccionada por agentes.
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En el caso de hallar productos ilegales como picadura de tabaco, ese paquete se precinta con cinta de la Guardia Civil y se abre una investigación para conocer quiénes son el receptor y emisor. Incluso inician unas arduas pesquisas por si se tratara de un complejo entramado a nivel nacional.
De ahí la importancia de contar con la colaboración de la unidad cinológica de la Guardia Civil con su perra Sigma a la cabeza, especialista en droga. «Para ella buscar la droga es como estar jugando», apunta el cabo Jesús correa en mano para sujetar a la perra. Es la can la que sigue las instrucciones del agente y empieza a olisquear cada rincón con paquetes. Se mueve por todo recoveco sin dejar ningún paquete sin oler. «Es como un perro de caza, si huele algo se queda quieta hasta que la doy la orden», agrega en plena intervención.
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Como en las instalaciones de Tipsa no encuentra nada y en muestra de demostración de cómo trabaja Sigma, su mentor le escondió una piedra de hachís en una caja. «Está bastante seca», apunta antes de soltar a la perra. Y en efecto, en cuestión de segundos, en el momento que le llega el olor a la can, esta va directa al punto donde se había escondido la droga. Efectividad comprobada.
Ese fue el inicio del día de la Guardia Civil en Tipsa. Sin demora, y en las fechas en las que nos movemos, sin desvelar el punto siguieron con sus inspecciones para poner rumbo a bazares y controlar los juguetes que provienen de diferentes puntos de la geografía mundial.
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«Nosotros nunca vamos a colaborar con el envío de esos paquetes sospechosos»
Y en este afán por controlar todo ese tipo de mercancías que podrían esconder infracciones y delitos, destaca la colaboración de las empresas de paquetería. Son los responsables de las mismas, en muchas de las ocasiones, las que se percatan de esos bultos sospechosos. Saben el quehacer de los que intentan engañar, así que ponen en conocimiento de las autoridades esos paquetes. Es el caso del Tipsa, que manda un mensaje claro. «Nosotros no vamos a colaborar con ellos. Desde Tipsa nunca vamos a aceptar ningún encargo de diversas mercancías», apunta Lucía Ortega, responsable de comunicación.
Y aborda esa realidad para referirse, no solo a la picadura de tabaco, sino también a otros productos, posiblemente falsificados, como prendas de vestir o perfumes. «Ya saben que desde esta empresa no lo van lograr», continúa.
Asimismo, han sido conscientes de esa problemática que intenta atajar la Guardia Civil, aunque han visto cómo los mecanismos para que no detecten al infractor se «han modernizado». «Ahora es mucho más fácil. aun así, no hemos detectado nada recientemente», ha añadido.
De igual forma pone de manifiesto esos aspectos que les hacen saltar las alarmas cuando llega un paquete para ser abonado contrarrembolso. «Sobre todo porque no es lo normal», ha descrito Ortega, además de recalcar esos envíos que llegan desde Andalucía. «Ahora también desde Murcia. Intentan salir de las provincias andaluzas porque saben que esas cajas levantan más sospechas», concluyen desde Tipsa, conocedores de que a partir de esas semanas empiezan su temporada alta de trabajo. «Hasta después de Navidad ya no paramos», reitera ante el inminente Black Friday.
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