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El nuevo obispo recibe la felicitación de monseñor Blázquez. c. eSPESO

El Papa Francisco al obispo Aurelio García: «No te olvides del 'Yeyo' que llevas dentro»

El nuevo prelado, originario de la localidad vallisoletana de Pollos, fue ordenado en una Eucaristía en la Catedral de Valladolid cargada de ritual simbólico y a la que asistieron más de 40 obispos, arzobispos y cardenales

Susana Escribano

Valladolid

Domingo, 11 de julio 2021, 23:17

De la localidad vallisoletana de Pollos a Roma, ahora como obispo. Aurelio García Macías fue ordenado este domingo, en la Catedral de Valladolid, en una ... eucaristía a la que asistieron el Nuncio del Vaticano en España, Bernardito Auza, y más de 40 prelados, que arroparon al religioso vallisoletano al que el Papa Francisco ha nombrado subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Esa responsabilidad tiene rango episcopal, de ahí su ordenación.

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El Pontífice envío estos días de atrás una carta al nuevo obispo. Con un mensaje que el religioso de Pollos compartió con las personas que asistieron ayer a su ordenación: «No te olvides del 'Yeyo' que llevas dentro». Es el apelativo con el que le conocen sus allegados, sus feligreses, su gente. Aurelio García Macías estará en la Curia de Roma, pero el Papa Francisco no quiere que 'despiste' «a la persona que Jesús miró con ternura» y que empezó como párroco rural.

«No son tiempos fáciles para ser obispo en esta sociedad occidental», expresó Aurelio García al término de la ceremonia religiosa. El nuevo prelado compartió con los asistentes –entre el público había autoridades, allegados y fieles, con una delegación de vecinos de Pollos y otra de la parroquia italiana de Lavinio en la que dice misa los fines de semana– las tres palabras que rondaban por su cabeza estos días, mientras se preparaba para su ordenación. Eran servicio, caridad y comunión. García Macías explicó que un obispo está para servir «al pueblo de Dios» y que «solo sirve quien es humilde». También que ese servicio debe basarse en el amor, en la caridad «para con todos, especialmente con los más pobres y marginados». Y por último, entendía que su nueva misión solo la puede desempeñar en «comunión», en «fraternidad» con el resto de los obispos.

Aurelio García Macías es, desde ahora, el prelado de una diócesis simbólica, la de Rotdon, que era la antigua de Rosas, en Gerona. Asumió esta responsabilidad en una eucaristía cargada de ritual: el aspirante a obispo se postró en tierra, todos los prelados le impusieron las manos, sobre su cabeza se colocó abierto un libro de los Evangelios, recibió la mitra y el báculo.

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La misa fue muy emotiva. El peso del oficio recayó principalmente sobre Ricardo Blázquez, cardenal arzobispo de Valladolid, que hilvanó su homilía con el mensaje de que «Dios es amor». Blázquez animó a quien ha sido párroco de su archidiócesis y también rector del Seminario a ejercer «la gracia del sumo sacerdocio» que supone entrar «en el orden episcopal» predicando una invitación «a la conversión a Dios que perdona y cura».

Monseñor Blázquez elogió la preparación académica y la competencia del obispo de nuevo ingreso. Aurelio García se ordenó sacerdote en 1992 y posee una sólida formación teológica. En 2011 fue nombrado rector del Seminario Diocesano, cargo que dejó en 2015 para incorporarse a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, de la que ahora será su subsecretario. Es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación y doctor, tras culminar una tesis en torno a los presbíteros y la plegaria de ordenación de los ritos bizantino-griego y romano.

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Macías defendió en su alocución el valor de la liturgia, que definió como «algo más que un mero acto externo, un misterio revolucionario y transformador» que hace posible «el encuentro entre Dios y el ser humano». Este campo centra buena parte de su labor en el Vaticano. Pero el camino que le ha llevado a Roma empezó en Valladolid.

El nuevo obispo hizo un repaso agradecido del mismo. Empezando por sus padres y hermanos, por un hogar en el que aprendió «el sentido de la existencia, de la familia, del sacrificio y de la fe». Eso fue en Pollos, «escuela de vida» para él. García Macías se estrenó como cura en Villalba de los Alcores y La Mudarra. «Estuve feliz», relató. No olvidó mencionar las parroquias de El Salvador y Santiago Apóstol, en la capital vallisoletana ni su experiencia en el Seminario.

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«La vida me ha enseñado que hay muchas personas buenas, que pasan por la vida haciendo el bien», valoró quien acababa de entrar en grupo de aquellos que tomaron el testigo de los apóstoles.

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