Pablo Febrero durante una de sus visitas a la ciudad de Gante (Bélgica) El Norte

Vallisoletanos por el mundo

«A nivel laboral, en Bélgica hay mejores horarios y salarios que en España»

A los 23 años, Pablo Febrero trabaja en una empresa belga del sector alimentario gestionando mercados internacionales y admite que su experiencia fuera le ha cambiado la mirada sobre España

Laura Negro

Valladolid

Miércoles, 3 de diciembre 2025, 07:03

Con solo 22 años, Pablo Febrero Báñez (Valladolid, 2002) hizo las maletas para empezar una vida lejos de Valladolid, concretamente en Bruselas. Es graduado en ... Comercio por la Universidad de Valladolid y su primera escapada al extranjero fue en julio de 2022, cuando se marchó a Ostende, en la costa de Bélgica, para hacer labores de voluntariado. Dos meses más tarde comenzaba su año de Erasmus en el mismo país, pero en diferente ciudad. Concretamente en Lovaina, famosa por su gran ambiente universitario. Aquella experiencia marcó un antes y un después en su vida. «Cursé allí mi tercer año de carrera y fue entonces cuando se despertó en mí el interés por desarrollar mi trayectoria profesional fuera de España y conocer nuevos entornos laborales y culturales», cuenta este joven.

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Para aquella estancia barajó diferentes destinos. Irlanda y Bélgica eran sus finalistas ya que buscaba un país en el que pudiera desarrollarse profesionalmente y poder desenvolverse en inglés. Finalmente se decantó por Bélgica por dos motivos. El primero, por ser «uno de los países no angloparlantes con mayor porcentaje de población que habla inglés en Europa». Y el segundo, por ser una de las cunas del ciclismo. «Mi padre es ciclista y un gran apasionado de este deporte, me animó a elegir una ciudad belga», explica.

Su llegada al país de acogida no fue tan idílica como se pensaba. «Llegué con una visión bastante ingenua», confiesa. Tanto, que el primer día terminó cargando un colchón en un autobús, porque su residencia no tenía ni siquiera cama equipada. El idioma también le pasó factura. «Mi nivel de inglés era muy bajo y eso se convirtió en una barrera en prácticamente todos los aspectos de mi día a día», subraya. El frío invierno belga, en el que oscurece a las dos de la tarde, acabó de completar el cuadro. Pero ni el clima ni la soledad inicial, (los dos primeros meses los pasó sin un grupo de amigos), consiguieron frenar sus ilusiones. Pablo se mantuvo ocupado entre sus prácticas, los estudios de idiomas, el deporte y la cocina. «Con el tiempo encontré a mi gente, y eso lo cambió todo», prosigue.

El primer cuatrimestre del cuarto curso de carrera lo realizó en la UVa, sin embargo, en febrero de 2024, para sus prácticas curriculares, aplicó en Handary, una empresa de Bruselas del sector alimentario, que enseguida le llamó para sus filas. Comenzó como Sales & Marketing Assistant y apenas seis meses después la empresa le contrató. Hoy, con 23 años, es responsable del mercado europeo y sudamericano. Coordina campañas de marketing, viaja a ferias internacionales y se reúne con clientes. «Nos dedicamos a la venta de conservantes naturales para alimentos, con el objetivo de sustituir los conservantes artificiales y poco saludables», resume.

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Pablo Febrero en el Consejo Europeo El Nort

La experiencia en Bélgica le ha cambiado la visión sobre su profesión y sobre la situación laboral en España. «Vivir fuera te abre los ojos. En Bélgica hay mejores horarios, mejores salarios y un increíble paquete de beneficios. Comparándome con compañeros de carrera, aquí gano más del doble», confiesa.

El ritmo de vida en Bruselas también es diferente. «Aquí se come a las 12:00 horas. Al principio me chocó, pero ahora lo veo práctico», dice. En su día a día, el inglés es el idioma vehicular, y aprender francés y flamenco resulta más accesible gracias a los cursos subvencionados por el gobierno belga. «El belga disfruta socializando, saliendo a bares y haciendo vida en la calle», dice, aunque reconoce que una de las cosas que más echa de menos de Valladolid, son las tapas. «También el sol y el cielo azul… y a la gente», completa.

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Su mirada hacia España se ha transformado. «Es una pena terrible ver el estado en el que está España... Los salarios son absurdos, está todo carísimo, y el precio medio de la compra es más barato en Alemania y Bélgica que en España», dice. También le preocupa el acceso a la vivienda, la crispación política y lo que ve como falta de perspectivas para los jóvenes. «España podría ser el mejor país del mundo, pero no queremos», opina.

Sus datos:

  • Edad: 23 años

  • Lugar de nacimiento: Valladolid

  • Estudió: el grado en Comercio en la UVa

  • Fecha de partida: febrero de 2024

En septiembre consiguió convencer a su pareja para que se mudara con él a Bruselas. Ella también ha encontrado allí un entorno laboral muy propicio. «Ella estudió Económicas y trabajaba en Valladolid haciendo jornadas de más de 10 horas al día por un salario muy bajo. Tras mudarse, ahora trabaja en Bruselas cobrando más del doble, con coche de empresa, cheques de comida, mejor vivienda y una jornada real de 8 horas, lo que le permite tener capacidad de ahorro más saludable», cuenta este joven que reconoce que en un futuro le gustaría regresar a España, pero que vivir fuera le aporta «idiomas, mentalidad más abierta y experiencias muy enriquecedoras. Me siento orgulloso de ver hasta dónde he llegado y cómo. Llegué sin saber casi nada de inglés, y con esfuerzo he construido una vida y una carrera profesional fuera, con experiencias internacionales», concluye.

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