La acusada de apropiación indebida en el reparto de una herencia, en el banquillo de los acusados durante la celebración de la vista. José Carlos Castillo

Tribunales en Valladolid

Una monja juzgada por quedarse con 76.000 euros de una herencia alega no saber quién transfirió el dinero

La acusada, sobrina de la fallecida, ha defendido igualmente durante la vista que esa cantidad, la mitad del saldo disponible, le correspondía por ser la «voluntad» de su tia, quien no dejó hecho el reparto del legado en vida

Jenifer Santarén

Valladolid

Martes, 8 de julio 2025, 15:11

ACTUALIZACIÓN. La acusada ha sido absuelta

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La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Provincial de Valladolid ha celebrado en la mañana de este ... martes un juicio inédito por la presencia de una monja en el banquillo de los acusados. La mujer, conocida como Sor Carmen, se enfrenta a un delito de apropiación indebida por transferirse, según apunta la Fiscalía en el escrito de acusación, 76.985 euros de la cuenta de su tia fallecida -practicamente la mitad del dinero disponible en la misma-, de la que era cotitular desde 2009, a una de su exclusiva titularidad, sin el conocimiento ni el consentimiento del resto de herederos, una veintena de sobrinos.

Por estos hechos, que se remontan a marzo de 2023, fecha en la que se hizo efectivo el traspaso de fondos entre ambas cuentas, la acusación pública pide 14 meses de prisión y una multa de ocho meses, a razón de diez euros diarios. Una condena que la acusación particular ejercida por otra de las herederas, eleva hasta los cuatro años de cárcel y diez meses de multa, del mismo importe. Por su parte la defensa, ha pedido la libre absolución, al considerar que no había quedado desvirtuada la presunción de inocencia de su mandante, que se ha reivindicado inocente en una declaración marcada por una incógnita y algunas ambiguedades.

«Mi relación con mi tia era muy estrecha, también había sido religiosa, teníamos mucho 'feeling' y le ha cuidado cuando ha estado enferma», ha manifestado la acusada durante su turno de declaración, en el que solo ha respondido a preguntas de su abogado para tratar de probar que era «voluntad de su tia», quien no hizo testamento en vida, que ella se quedara con la mitad del dinero de esa cuenta, 76.985 euros de un total de 153.970 euros. Con esa «intención», ha explicado, la hizo cotitular, ya que les unía un «vinculo» especial, que compartía con otro de los primos, ambos ahijados de la fallecida. «A todos nos quería por igual, pero se sentía responsable de sus ahijados», ha expresado.

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Prueba de esta preferencia por dos de sus 21 sobrinos sería un papel manuscrito que se remonta al año 1975, cuando la fallecida se sometió a una operación de alto riesgo. En esas circunstancias, según las tesis de la defensa, expresó por escrito que el dinero de la venta de un piso y «dos capuletos», obras de arte de alto valor, fueran heredados por ambos ahijados cuando estos cumplieran la mayoría de edad. Si bien el segundo ahijado, uno de los primos que ha comparecido en calidad de testigo, ha afirmado desconocer que su tía tuviera intenciones de legarles un mayor patrimonio que al resto de sobrinos, en la misma línea del otro testigo.

La acusada, que ha defendido que era la «voluntad» de su tía que se quedará con la mitad del dinero, ha negado también que la firma de la transferencia sea la suya

No obstante y más allá de defender la pertenencia de ese dinero, la religiosa ha negado haber sido la autora, tanto de la apertura como del movimiento monetario entre ambas cuentas. Deslizando que habría sido su tía, quien, en vida, habría abierto la cuenta a su nombre a la que posteriormente fue a parar el dinero reclamado. Pese a que ha reconocido que era habitual que hiciera disposiciones de efectivo por deseo expreso de la fallecida, para, entre otras cuestiones, hacer donaciones que ella misma entregaba en un sobre a congreaciones religiosas, ha declarado no estar familiarizada con las cuestiones monetarias, que le daban «miedo».

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Por este motivo habría pedido en una ocasión a su tia, quien presuntamente le manifestó su voluntad de meterla en una segunda cuenta, que pusiera de titular a otra sobrina, algo a lo que la mujer se habría negado. «Me dijo buena me la has liado, te ibas a llevar más», ha recordado que le dijo antes de fallecer en una residencia en abril de 2022.

Silencio

11 meses después, en marzo de 2023, se efectuó el trasvase de fondos entre ambas cuentas. Una acción que no ha sabido explicar cómo pudo producirse, limitándose a negar que la firma que consta en la orden de transferencia sea la suya, donde sí figuran sus iniciales seguidas de un apunte que indica «por orden de», según ha detallado la fiscal. Una afirmación que ha despertado el interés del magistrado titular de la sala, instándola a aclarar quién podría haber efectuado ese movimiento en su nombre, ante lo cual ha guardado silencio.

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Sí que ha precisado que nunca ha tenido un «bien propio», ya que se ha dedicado siempre a «cuidar de la salud y proporcionar una vida mejor» a quien se encontraba en la calle« a través de numerosas misiones en Asia que costeaba la congregación religiosa. Un intento de aplacar cualquier acusación o sospecha de que pudiera haber actuado motivada por un »ánimo de enriquecimiento«, como ha señalado la Fiscalía en su calificación de los hechos.

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