Magdalena Alejo, trasplantada hepática: «No puedo ser más afortunada, en otro país estaría muerta»
Pacientes que han recibido un hígado impulsan una asociación autonómica en Castilla y León con la ayuda de la Federación Nacional de Enfermos Trasplantados Hepáticos
Magdalena Alejo cumplirá el próximo 30 de marzo cuatro años con el hígado que le injertaron en el Hospital Universitario Río Hortega. Ha sido un ... camino «muy duro», reconoce esta actriz, profesora de teatro y directora de escena. «Las experiencias de los trasplantes son absolutamente personales, hay gente que a los tres meses está corriendo una maratón, tal cual, y yo he tardado tres años en salir del hoyo», relata Magdalena Alejo, en una conversación en la que derrocha positividad, pero que no esconde las dificultades que ha atravesado.
«No puedo ser más afortunada, en otro país estaría muerta», resalta esta trasplantada que pasó casi diez meses hospitalizada en 2021, todavía con las restricciones de la covid-19, periodo que repartió entre los tres meses que esperó el nuevo hígado en el Hospital Clínico y los siete que necesitó permanecer ingresada en el Río Hortega tras el injerto. «Llevaba 20 años con dos enfermedades hepáticas, con revisiones, pero el problema del hígado es que silencia las enfermedades. Yo estaba bien y después de una resonancia en una revisión rutinaria no salí del hospital», explica Magdalena Alejo.
Los trasplantados son personas diferentes a las que entraron en el quirófano. «Se enfoca la vida de otra manera, porque tienes una segunda oportunidad. Priorizas en amistades, en tu tiempo, haces las cosas que realmente quieres hacer y antes posponías. Y psicológicamente, por bien que te haya ido, es un impacto muy grande», precisa esta paciente desde Valladolid.
«Los tribunales médicos no están preparados... Es muy frustrante»
Al esfuerzo por reponerse desde el punto de vista sanitario se suma muchas veces la lucha en otros ámbitos, como el laboral y la lidia con el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Alejo aún no puede trabajar y en este periodo ha tenido que pasar varios tribunales médicos. «No están preparados. Yo he llegado a ir recién salida del hospital, sin poderme duchar de pie por el cansancio, sin poder conducir, sin poder subir una escalera, sin poder siquiera ir al parque con mi hija, y tener que demostrar que no es que no quieras trabajar, es que no puedes. Es hiriente y bastante demoledor. Con informes médicos y un calendario de visitas al hospital y de ingresos que hablan por sí solos y que parece que no sirven para nada... Muy frustrante», describe Alejo. Al final tuvo que recurrir a un abogado y logró una incapacidad permanente total revisable. Y lo que vivió con la Seguridad Social se está repitiendo ahora con la valoración del reconocimiento del grado de discapacidad.
Los trasplantados más jóvenes que encaran la vuelta al tajo laboral lo tienen complicado. «Ahora no estoy trabajando, pero tendré que cambiar, me tendré que dedicar a otra cosa. Mucha gente se plantea opositar. Es la única salida viable para poder estar en un mercado laboral que no va a entender que con un poco de fiebre no te puedes tomar un paracetamol a ver qué pasa y que tienes que salir disparada para el hospital», argumenta Magdalena Alejo, que a su currículum profesional en el mundo de la interpretación suma, a nivel académico, la carrera de Periodismo.
Asociación autonómica PETHCYL
Alejo encontró apoyo tras el trasplante en la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos y, junto con otros compañeros de Castilla y León, está impulsando una asociación autonómica. Ultiman la redacción de estatutos y ya tienen logo y nombre. Se llamará Personas Enfermas y Trasplantadas Hepáticas de Castilla y León: PETHCYl.
Han contactado, «de momento», personas de Zamora, Salamanca, Segovia, Palencia y Valladolid y el objetivo es «crear algo donde la gente pueda acudir a un lugar donde se entiende perfectamente por lo que ha pasado y lo que necesita, que no se sienta sola, que empiece a rodar y empecemos a funcionar. Estamos naciendo», subraya Magdalena Alejo, que agradece el apoyo de las hepatólogas del Río Hortega en este año de trabajos que va a cristalizar en la nueva asociación de pacientes.
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