Valladolid intensifica el control de la población de paloma torcaz con la retirada de 262 nidos
Sus excrementos hacen estragos en edificios, bancos, aceras o coches en toda la ciudad
Un mensaje para los que se quejan, con razón, de la suciedad que provocan las palomas con sus deyecciones: se puede mitigar, pero volverá. Sentimos ... darles esta noticia. El asentamiento en Valladolid de la torcaz ha obligado al Ayuntamiento a reforzar las intervenciones de control de su población. De realizar una campaña anual para combartirla, se ha pasado a intervenir «a demanda» a lo largo de todo el año cuando su censo vuelve a crecer con los consiguientes y desagradables perjuicios. Se ganan batallas puntuales, pero la especie se ha hecho residente y resulta muy complejo erradicarla.
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No estamos solos en esto. Ciudades como Zaragoza, Valencia, Palma de Mallorca o Gijón, entre otras muchas, sufren los efectos de una ave –se diferencia de su hermana la bravía por su mayor tamaño, color gris claro y un collar blanco en su cuello– que se puede considerar ya como una plaga urbana.
La empresa especializada Locus Avis, adjudicataria del contrato, acaba de concluir la última batida. El resultado: se han retirado 262 nidos, se han capturado 16 ejemplares adultos y 103 pichones y se han destruido 152 huevos. Los beneficios de este obligado acoso para preservar la salud pública, que se completa con la suelta de rapaces para ahuyentar a las bandadas, se verán en los próximos meses, pero durará un tiempo. Ahí va un dato, el pasado año se eliminaron medio millar de espacios de anidamiento y otros mil ejemplares, entre adultos, pichones y huevos. Se les hace daño en el periodo de cría, pero regresan.
Y es que en la ciudad han encontrado refugio, alimento y no tienen depredadores, a excepción de los operarios que desde hace tres años les intentan poner las cosas difíciles. Ese es el objetivo de las intervenciones contra esta paloma que fue migratoria, pero que ha decidido empadronarse en las grandes urbes. Calidad de vida.
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Hasta el centro de la ciudad
Mientras que su prima, la doméstica, elige edificios para reproducirse y descansar, la torcaz lo hace en los árboles. Sus abundantes excrementos hacen estragos en aceras, bancos o coches en las calles y avenidas con vegetación. Paseo de Zorrilla, Parquesol, Villa del Prado fueron, en un principio, su primer domicilio, pero ahora han llegado hasta el mismo centro. La foto que acompaña esta información y otras de la serie se ha realizado en la plaza de San Juan y en Portugalete.
De ser un animal huidizo, difícil de retratar, ha pasado a coger confianza en el hábitat urbano hasta el punto de que se las puede ver incluso picoteando muy cerca de terrazas ocupadas por clientes.
De hecho, algunas están llegando a entrar en las jaulas de trampeo que se instalan para la bravía, lo que da idea de que están perdiendo esa actitud precavida que les caracterizaba cuando aterrizaron.
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Limpieza compleja
Explican en la Concejalía de Seguridad y Salud Pública que los excrementos de la torcaz obligan a una dedicación especial e intensa, que tiene poca recompensas. «Los equipos del Servicio de Limpieza y de Parques y Jardines los retiran con regularidad dentro de sus rondas habituales, pero al día siguiente, si esa zona es en la que anidan o descansan, vuelve a aparecer», argumentan.
Se interviene entonces en este punto para retirar la puesta, pero nadie puede asegurar que no vuelvan. Además, cuando las deyecciones se secan quedan muy agarradas a las aceras, con lo que únicamente salen con agua a presión. En el caso de los bancos de madera, cuya limpieza se realiza dos veces al año, este tratamiento desprende el barniz.
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Hasta 2019, el Ayuntamiento tenía que combatir a la paloma bravía y a los estorninos, cuyos dormideros provocaban molestias por el ruido. A ese control, que se mantiene vigente, se ha sumado la torcaz, especie cinegética, cuyo periodo de caza en la media veda que ahora arranca se fija entre el 26 de agosto y el próximo 9 de septiembre.
Según los datos ofrecidos por Locus Avis, en el caso de la paloma doméstica, en lo que va de año se ha intervenido en un total de 22 enclaves de la ciudad y el control de esta especie ha dado como resultado la captura de 1.863 ejemplares. Con esta especie se llevan a cabo labores de captura selectiva mediante jaulas de trampeo en vivo que funcionan de forma continuada a lo largo de todo el año.
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Adicionalmente, los operarios especializados realizan trabajos de ahuyentamiento mediante vuelos disuasorios con aves rapaces adiestradas e intervención en palomares urbanos no autorizados por el Ayuntamiento en el casco urbano, como es el caso de los edificios en estado de abandono que acogen colonias criando en su interior.
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