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Lubiano homenajea la compasión de las mujeres con Jesús en el nuevo Paño de la VerónicaEl rostro de Jesús cuenta con una nueva interpretación pictórica y narrativa que muestra un retrato «de amor y de compasión». La Cofradía del Cristo ... Despojado presentó anoche el Paño de la Verónica correspondiente con la edición 2025 realizado por la artista vallisoletana Helen Fernández y donde ha querido representar «la dualidad que rodea y caracteriza a la figura de Cristo: las luces y las sombras dibujan simbólicamente la forma de una calavera, vaticinando su inminente muerte en la cruz» con la pretensión, como la propia artista reconoció, «a hacer algo diferente a lo habido hasta ahora, pero no saliendo de la esencia, de ese rostro de Cristo, de su significado».
El lienzo es una obra de instantes que representa el misterio de Dios, como glosó el vicario general de la Diócesis, Jesús Fernández Lubiano, quien interpretó esta pintura de la Santa Faz homenajeando a la compasión que tuvieron tantas y tantas mujeres con Jesús describiéndolo al tiempo como «un rostro de Dios humanado». «Veo la mirada de Jesús que se ha cruzado con la mirada de una mujer. Era una de tantas personas que llenaban las calles de Jerusalén en aquellos días de fiesta de Pascua», proclamó este sacerdote vallisoletano para también preguntarse en alto: «¿Se conocían?, ¿era una discípula del maestro, del profeta de Nazaret? o ¿era una desconocida?».
Y en este cruce de miradas, también con los asistentes a la que es una de las primeras y numerosas convocatorias de la Cuaresma de Valladolid, Fernández Lubiano hizo pública la contestación a sus preguntas con un rotundo «sí», explicando seguidamente que «era la mirada de una, tantas mujeres, que se encontraron con el mirar de Jesús, con aquellos ojos llenos de la infinita ternura de Dios, espejo de su alma divina y humana, humana y divina a la vez». De la misma manera, animando a descubrir las virtudes y la bondad de las personas, aseveró que «podría ser cualquiera de aquellas mujeres que le habían seguido desde Galilea y que ayudaban al maestro con sus bienes; que arrebatadas por la fuerza de su Palabra y de su mirar, habían descubierto en sus ojos, las ventanas por donde se asomaba su alma, las puertas por donde se nos invita a entrar para vivir en su corazón».
El también rector del Santuario-Basílica Nacional de la Gran Promesa habló de «amor», «fragilidad» y «sufrimiento» en una reflexión de los últimos momentos de la vida de Jesús que parecían humanizarse con las circunstancias del mundo, con la fe de la sociedad actual. Más que una glosa fue una oración porque, reconociendo que desde que conoció esta pintura se quedó sin palabras, «vi el rostro de Jesús, su santa Faz en el lienzo moreno, me quedé en silencio, impresionado, y así varios durante días la he seguido contemplado en una foto, en silencio, atraído por un no sé qué, que me llevaba a mirarla y el alma permanecía en silencio y cuánto más la miraba más me enamoraba».
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El Paño de la Verónica 2025, que portará en sus manos la talla del conjunto escultórico Camino del Calvario (Gregorio Fernández, 1614) durante la próxima Semana Santa, fue descubierto ante la atenta mirada de decenas de parroquianos y cofrades que llenaban la Iglesia de San Andrés, junto al presidente de la Diputación, Conrado Íscar, la delegada territorial de la Junta, Raquel Alonso, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento, Ignacio Zarandona, o el presidente de la Junta de Cofradías, Miguel Vegas, a los que Fernández Lubiano invitó a pararse un momento para escuchar «el eco interior de una voz incesante»: «Oigo en mi corazón a Dios que dice: «buscad mi rostro», y uno que le responde: «tu rostro buscaré Señor. No me escondas tu rostro».
«Helen ¡qué bien has plasmado en el lienzo el momento, el instante!», felicitaba el presbítero de Pesquera de Duero a la pintora para, comparando su arte con la fotografía, hacer valer que «tu ojo fotográfico ha captado el instante preciso, en que a Jesús, que camina hacia el Calvario con el patibulum a sus espaldas, se le acerca una mujer con una paño, seguramente su velo, para enjugarle el rostro, golpeado, humillado, vejado y abatido».
La autora del lienzo reconoció por su parte que conformar la nómina de pintores de este lienzo que a su vez portará una de las imágenes del gran imaginero del barroco «supone una profunda emoción, algo muy grande», revelando a su vez que desde hacía tiempo soñaba con ser algún año la retratista. Una pintora, por cierto, de amplio recorrido artístico que ha expuesto su obra en capitales como Estocolmo, París, Roma o Madrid.
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«La realización de la obra me ha resultado muy gratificante, me dejé llevar por la emoción y con la seriedad que requiere, me puse manos a la obra», señaló Helen Fernández para descubrir que su motivación «hizo que surgiera una imagen que me impactó»: «No es inspirada por ninguna en concreto, pero tenía muy claro lo que quería expresar, y puedo decir que estoy contenta con el resultado porque es lo que buscaba. Mis trazos dejaron ver rápidamente el rostro».
La técnica utilizada es el óleo, la más habitual en sus obras, sobre lienzo moreno y es que en todo momento pensó en ejecutar el rostro en monocromo, en tonos sepias, dándole solamente un toque carmín para la sangre, «algo sutil pero que está latente», detalla la autora hasta el punto de que revela que tuvo que contener sus ganas «de irme a un realismo más purificado, pero en esta ocasión no se trataba de un retrato al uso, es algo un poco más desdibujado, pero sin perder mi firma».
La plasmación de la Santa Faz en el Paño de la Verónica se puso en marcha en el año 2012, un proyecto con el que la Cofradía del Cristo Despojado encarga a un artista para que realice un nuevo lienzo que simbolizará el velo original. Una obra que a su vez colgará de las manos de la talla de la Verónica del paso Camino del Calvario y que se procesiona por las calles los días de Lunes y Viernes Santo en los desfiles del Rosario del Dolor y la General de la Pasión, respectivamente. El glosador, por su parte, cada año también corresponde con un autor diferente. Así, hasta la fecha, esta sagrada pinacoteca cuenta con 13 obras.
La presentación del Paño de la Verónica cerró una intensa jornada de actos cofrades que estuvo protagonizada también por tres besapiés: al Cristo de los Carboneros de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, al Cristo Camino del Calvario del Cristo Despojado y al Jesús de la Esperanza de la Sagrada Cena. Los templos de las Angustias San Andrés y San Pedro recibieron a numerosos devotos y cofrades en estos prolegómenos de la Semana Santa donde las calles también acogieron el rezo público del Vía Crucis de la Penitencial de las Angustias al Cristo de los Carboneros por el entorno de su templo.
La Orden Franciscana Seglar-Cofradía de la Santa Cruz Desnuda, por su parte, inició al mediodía de ayer una jornada de 24 horas de oración continuada en la Iglesia del Monasterio de Santa Isabel de Hungría donde está expuesto el Cristo Yacente de las Hermanas Clarisas y que esta hermandad procesiona en la tarde del Jueves Santo pero que hoy domingo, al mediodía, tras una eucaristía, también será cargado a hombros por los cofrades para celebrar una procesión claustral por este cenobio medieval en lo que significa uno de los actos más peculiares y menos conocido de los días de Cuaresma de Valladolid.
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