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Manifestación en Valladolid por el día del Orgullo, el pasado 28 de mayo. Mar García

Valladolid

El racismo y las discrepancias políticas empujan los delitos de odio en Valladolid, que se incrementan un 30%

La orientación sexual de las víctimas es el tercer desencadenante de unos ilícitos que aumentan a contracorriente de la estadística nacional y autonómica, donde descienden un 13,8% y un 19,3%

Jenifer Santarén

Valladolid

Lunes, 22 de septiembre 2025, 06:50

Crecen los delitos de odio en Valladolid y lo hacen un 30% con respecto a los registrados durante el 2023, cuando tuvieron lugar 13 casos ... frente a 17 el pasado año. Y lo hacen en contra de la tendencia nacional y autonómica, donde descienden un 13,8% y un 19,3% respectivamente. Se trata, además, de una de las peores cifras de la serie estadística de los últimos diez años, solo por detrás de 2014 y 2022, cuando tuvieron lugar 23 y 19 ilícitos respectivamente, motivados por perjuicios respecto a la víctima en cuanto a sus características raciales, nacionalidad, creencias religiosas, orientación sexual o discapacidad.

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En concreto, de los 17 delitos de odio conocidos en Valladolid el pasado año, el 59% estuvieron motivados por racismo y xenofobia, que desde 2015 viene siendo la causa principal detrás de unas faltas que pueden ser de cualquier naturaleza, desde lesiones, amenazas o acciones discriminatorias, como los más habituales, hasta otros comportamientos constitutivos de delitos como el trato degradante, las humillaciones o el acoso.

«El delito de odio está tipificado en el Código Penal como tal de forma individual, con penas de prisión de uno a cuatro años. Y luego está como agravante, que se puede aplicar a cualquier delito de estos», aclara Juan José Gomez, abogado experto en materia penalista, que sostiene que, pese al eco mediático de los casos relatados a continuación, los delitos de odio en Valladolid son minoritarios en el conjunto de asuntos que llenan los juzgados, donde pesan más las estafas o la violencia de género.

Siguiendo el desglose de la estadística, elaborada por el Ministerio del Interior y que recoge únicamente el resultado de las actuaciones policiales, fueron diez los casos denunciados en Valladolid que detrás tenían un componente racista o xenófobo, a raíz de los cuales se identificaron o detuvieron a cuatro personas.

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«Moro de mierda»

Uno de los más sonados, la agresión que tuvo lugar a finales de noviembre en la calle Ruiz Hernández, donde un hombre español mediana edad, con numerosos antecedentes por Violencia de Género, propinó una paliza en la madrugada del día 26 de forma sorpresiva a un joven turco de 25 años, estudiante de Filosofía en la Universidad de Valladolid, que iba hablando por teléfono en su lengua materna. Mientras lo agredía, según declaró la víctima, le profería insultos como «maricón» o «moro de mierda».

En Castilla y León, donde, en línea con la tendencia a nivel nacional, también descendieron estos lícitos un 19,13% respecto al ejercicio anterior, el racismo y la orientación sexual centraron más de la mitad de los 93 delitos de odio que se investigaron en 2024 por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Mientras que en Valladolid, los delitos por homofobia se han visto superados en 2024 por los de carga ideológica, aunque las cifras son similares y año tras año vienen alternándose el segundo puesto en el vergonzante ranking de los desencadenantes de este tipo de incidentes. Además, en muchos casos coexisten ambos detonantes, dado el perfil reaccionario de los agresores.

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La estadística del Ministerio del Interior recogen tres incidentes desencadenados por diferencias de ideario entre víctimas y agresores, frente a dos vinculados por la identidad de género o la orientación sexual de la víctima. Todos ellos tuvieron lugar durante el segundo semestre del año. El primero y más mediático fue la multitudinaria agresión que tuvo lugar en el Desierto Rojo hace justo un año, en la madrugada del 26 al 27 de agosto de 2024. La paliza se desencadenó al llevar una de las dos víctimas una camiseta antifascista, según lo manifestado por los agredidos ante la Policía, que llegó a identificar en días sucesivos hasta a diez sospechosos de extrema derecha vinculados a la peña de fútbol Valladolid 1984.

«No nos dio tiempo ni a pedir. Nos acercamos directamente a la barra y sucedió todo. Agredió a mi amigo en cuanto leyó 'antifascista' en su camiseta», relataba pocos días después a este periódico una de las víctimas, que pedía mantener el anonimato por miedo a represalias. Un año después lamenta que la instrucción del caso, que únicamente continúa contra tres de las personas identificas, se haya ido diluyendo, hasta el punto de que la jueza no aprecia que haya delito de odio en el auto de transformación final, que ha sido recurrido.

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Ocurrió lo mismo con la conocida agresión homófoba de Pozaldez en mayo de 2023. Las diligencias policiales apuntaban a un delito de odio, que finalmente no fue apreciado por la Audiencia Provincial de Valladolid, condenando a dos de los seis acusados a un año y seis meses de cárcel, al no quedar acreditado que la agresión se produjera «por razón de la animadversión de los acusados hacia el denunciante por su orientación sexual o defensa del colectivo LGTBI» ni que «la expresión maricón» se pronunciara.

Menos de una semana después del conocido como caso del Desierto Rojo, en la madrugada del 1 de septiembre y en plenas fiestas de San Lorenzo, se producía un nuevo ataque grupal por lesbofobia contra una joven de 21 años, produciéndole graves lesiones. Según declaró la propia víctima, iba camino de buscar a sus amigas a la salida de en una discoteca y en un trayecto de «no más de diez minutos» se cruzó con sus agresores, tres chicos de «de unos 19 años». Tras burlarse de su orientación sexual, uno de ellos se le acercó, le preguntó su nombre, la escrutó de arriba abajo y la llamó «lesbiana de mierda» segundos antes de propinarle un puñetazo en la cara con el que le provocó dos fracturas en la mandíbula, que requirieron operación quirúrgica y una larga rehabilitación.

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Ese mismo mes de septiembre, el dia 21 y de nuevo de madrugada, otros dos chicos eran agredidos en plena calle, entre Macías Picavea y Platerías, por cuatro individuos que huyeron a la llegada de la Policía. Teniendo que ser una de las víctimas trasladadas de urgencia al hospital con fracturas de diversa gravedad. La investigación policial apuntaba a que el ataque fue motivado por la vestimenta de las víctimas típica de grupos de izquierda. Casi un mes después, el 16 de octubre, la Policía Nacional detenía a los dos presuntos autores, a los que imputaba un «delito de lesiones graves con el agravante de discriminación ideológica», confirmándose además su vinculación con movimientos de extrema derecha.

«Puto maricón»

Ya el 8 de diciembre, de nuevo de madrugada, un grupo de cuatro chicos y chicas, de unos 20 años, protagonizaban un nuevo incidente homófobo en la zona de Conde Ansúrez contra una pareja gay, que visitaba Valladolid por primera vez para hacer turismo con motivo del puente festivo. De regreso al alojamiento tras una noche de fiesta, fueron acorralados por el grupo, que, entre insultos, comenzó a propinarle patadas y puñetazos. Llegando además uno de los implicados a abalanzarse sobre ellos con una botella rota en la mano.

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Siguiendo el relato de las víctimas, el encuentro no fue fortuito, ya que minutos antes habían tenido que abandonar un local de fiesta al percatarse de que estaban siendo objeto de «comentarios y gestos hostiles» y pedir ayuda al personal de seguridad de otro bar próximo. Incómodos, decidieron marcharse y ya en la salida uno de ellos se le acercó pidiéndoles un cigarro. Al negárselo les soltó un «puto maricón», uniéndose otros jóvenes a los insultos, que llegaron a increparlos y escupirlos por abandonar el lugar cogidos de la mano. Ya, cuando creyeron haberlos perdido de vista, se marcharon a buscar un taxi en otra calle céntrica, momento en que el grupo los acorraló.

Reincidente

En lo que va de año se han registrado al menos otras tres agresiones por parte de grupúsculos vinculados al mundo de fútbol y a la extrema derecha, según han denunciado desde Coordinadora Antifascista Valladolid, que el pasado mes de julio convocaba una manifestación en la que exigieron «justicia y reparación» frente a los juzgados de Valladolid.

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Una movilización que llegaba fruto de la indignación social tras la última agresión de este cariz, acaecida el pasado 7 de junio. Tres personas agredían por la espalda a un joven por su estética, aparentemente de izquierdas -con posterioridad la víctima ha aclarado no tener ninguna afinidad política-, estando entre los detenidos un neonazi reincidente, investigado en las agresiones del Desierto Rojo y Cantarranas, al que Policía imputa un presunto homicidio en grado de tentativa, que posteriormente fue puesto en libertad con medidas cautelares.

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