Las humedades acaparan el 70% de las inversiones en conservación de iglesias

El paso del tiempo hace mella en vetustas construcciones de piedra que sobresalen en altura y belleza. En ocasiones, la presencia de una pequeña gotera o el corrimiento de varias tejas son el aviso previo de una avería mayor que requiere de gran inversión, como ha sucedido en la Iglesia del Santísimo Salvador de la capital vallisoletana. Hace poco más de un mes han comenzado las amplias obras de restauración de la cubierta de la nave principal y de reparación de la fachada del céntrico templo. «Al principio pensamos que no sería tanto, pero tras valorar los desperfectos en el tejado se vio la necesidad urgente de realizar esta obra para que la iglesia se mantenga en perfectas condiciones», explica su párroco, José Heras.

Está previsto que los trabajos de reparación, que comprenden además la mejora de ventilación y la instalación de nuevas cornisas se prolonguen «durante unos tres meses, aunque no afectan a la celebración de las misas», puntualiza Heras, quien señala que los costes, «algo más de 132.000 euros los asume la propia parroquia». Las aportaciones de fieles, a trvés de donativos y colectas o las cuotas anuales y herencias hacen posible su financiación. A la citada intervención se le sumarán en poco tiempo las obras de mantenimiento en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán y Santa Rosa de Lima.

Pero no todas pueden hacer frente a las cuentas y para aquellas parroquias (unas 305) en Valladolid que no pueden sufragar los gastos de reparación, la Iglesia ha invertido 2,3 millones de euros, cifra que se mantiene constante desde 2008 para ejecutar los trabajos necesarios en las casas parroquiales, centros propios como el Seminario, el Centro Diocesiano de Espiritualidad, la Catedral o la residencia sacerdotal, entre otras construcciones. Una cifra que solo varía de forma significativa y excepcional cuando se hace necesaria la construcción de nuevos templos, como sucedió en 2018 en La Flecha con la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, lo que incrementó la partida hasta los 3,8 millones.

El elevado coste para mantener un extenso patrimonio eclesiástico se extiende a la provincia, donde las parroquias no podrían mantenerse en pie sin convenios de colaboración entre Diputación y Arzobispado para ayudar económicamente a los Ayuntamientos.

La Diputación acaba de aprobar el convenio con el Arzobispado de ayudas para el arreglo de las iglesias y ermitas de la provincia que se iniciarán en 2023 por importe de 700.000 euros (cifra que puede aumentar hasta los 875.000) un importe similar al actual convenio que sufraga los gastos. Así el Plan de Actuaciones de Conservación y Reparación de Iglesias y Ermitas de la Provincia (2020) permitió, a través de una subvención de 865.000 euros, llevar a cabo un total de 54 obras de restauración, conservación y renovación de distintos elementos arquitectónicos (dos menos que en 2018).

«De esa cuantía Diputación y Arzobispado ponen 350.000 euros cada uno y el resto, el resto lo asumen los Ayuntamietnos que lo solicitan, aunque este convenio excluye a Laguna de Duero, Arroyo de la Encomienda y Medina de Campo, que son los que cuentan con más de 20.000 habitantes», puntualiza Jesús García, el delegado de patrimonio del Arzobispado de Valladolid.

La obra de mayor calado se encuentra en la Iglesia de Santa María de Villabrágima, templo en el que aún se mantienen las trabajos de reparación de humedades y renovación integral de la cubierta que se iniciaron a finales de 2021. Unos trabajos que se prolongarán hasta medidados de mayo y tendrán un coste aproximado de 400.000 euros, que se sufragan gracias a la aportación del Ayuntamiento (100.000 euros) y la colaboración de Diputación (30.000) y Arzobispado (270.000).

Al existir remantente económico en las cuentas de la diócesis, al citado convenio se le sumó una ampliación de subvenciones en 2021 por valor de 150.000 euros que permitirán realizar en los próximos meses las mejoras necesarias para garantizar la conservación de las edificaciones y la seguridad en el uso de las mismas en un total de 12 templos de la provincia (cifra similar a otros años). Se trata de solicitudes no atendidas en la convocatoria de ayudas entre Ayuntamientos y Entidades Locales Menores dela provincia en 2020. «Pero que necesitan arreglos que no pueden demorarse más en el tiempo, aunque las inversiones iniciales siempre se amplían por la necesidad constante y urgente de reparaciones que surgen durante todo el año», explica García.

Para la ejecución de la docena de obras mencionada, la Institución provincial aporta el 40% de la inversión estimada (60.000 euros), la misma cantidad que asume el Arzobispado y el resto, el 20%, lo financian los propios ayuntamientos. La mayoría de las reparaciones –9 de las 12 aprobadas– que se inciarán en los próximos meses en la provincia serán las destinadas a reparaciones de cubiertas y eliminación de humedades, que son la principal problemática en las más de 300 iglesias con las que cuenta Valladolid. Como sucede en el caso de la Iglesia de San Pedro Apóstol de Langayo –la más costosa de la partida aprobada, con una inversión inicial de 30.000 euros–. Asimismo, la única obra admitida en este anexo en referencia a la eliminación de barreras arquitectónicas de acceso al templo es la de iglesia de Santa Juliana de Villarmentero de Esegueva con un presupuesto de 2.396 euros (el de menor importe de todas la lista).

Al tratarse de una situación cambiante, muchas de las solicitudes son desestimadas del Plan de Conservación como ha sucedido con 51 templos cuyas obras no se consideran de carácter urgente. Siempre sucede, «hay templos que se quedan excluidos del ejercicio, aunque luego se amplien las ayudas y se puedan considerar, pero debido al vasto patrominio eclesiástico con el que cuenta Valladolid nos vemos obligados a priorizar», señalan desde el Arzobispado, a la vez que argumentan que hacen un esfuerzo extra, «porque la España Vaciada en este caso tampoco ayuda, hay auténticas joyas arquitectónicas en municipios con apenas vecinos».

Aún faltan por desglosar las cifras para conocer si el Arzobispado de Valladolid se verá perjudicado en términos económicos por el descenso del importe recaudado a través del IRPF –supone un 40% de su economía–. La recaudación disminuyó a nivel nacional en casi 5,6 millones de euros en la última campaña (la de 2020, el año de la pandemia), aunque han aumentado 'las cruces' en favor de la Iglesia en algo más de 40.000. «Aún es pronto, pero es muy poco margen y no va a ser algo que notemos demasiado, porque la situación económica del Arzobispado que se mantiene constante hasta ahora», explica García.

Desde la institución cerrarán en dos meses las cuentas «con cifras similares de inversión», que permitirán en 2023 la ejecución de más obras en templos de capital y provincia para garantizar su cotinuidad.