Valladolid
El Clínico incorpora una técnica que trata el cáncer de próstata con solo 5 sesiones de radioterapiaEl hospital vallisoletano es el único de la comunidad que cuenta en este momento con todas las terapias de oncología radioterápica que se aplican al tumor más frecuente en varones
El Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Clínico Universitario de Valladolid completa el abanico de técnicas que emplea para tratar el cáncer de próstata con ... un tratamiento de alta precisión que técnicamente se denomina radioterapia de hipofraccionamiento extremo SRTB -radioterapia estereotáctica corporal- o SABR -radioterapia estereotáctica ablativa- y que permite reducir a cinco sesiones en días alternos lo que habitualmente serían para el paciente entre 20 y 30 citas para pasar por el acelerador líneal. Eso se traduce en una mejora de la calidad de vida del enfermo al aminorar los días de tratamiento en el hospital, con una técnica que además minimiza la dosis de radiación que reciben los tejidos sanos próximos a la zona tratada.
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«El paciente que hoy tiene 80 años no es el de hace 20 años... Está mucho mejor y eso permite el acceso a tratamientos más radicales»
Patricia Diezhandino García
Jefa del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Clínico de Valladolid
«Este tratamiento incorporado a nuestro servicio supone poder ofrecer todas las técnicas posibles de tratamiento a los pacientes con cáncer de próstata. Lo que se consigue en estos casos es que se reduzca el número veces que el paciente tiene que venir a tratarse, pasamos de hacer entre 20 y 30 sesiones a 5», concreta Patricia Diezhandino García, jefa del Servicio de Oncología Radioterápica del Clínico vallisoletano, que presta asistencia de radioterapia externa a toda la provincia de Valladolid y Palencia y es centro de referencia autonómica para tratamientos de braquiterapia prostática y ginecológica. Esta última técnica requiere de un quirófano bunquerizado para evitar fugas de radiación, instalación que permite introducir en el paciente fuentes radiactivas dentro o junto al tumor empleando como vía de acceso los orificios naturales del cuerpo. «Hay varios tipos de braquiterapia, aquí tenemos las dos, la de baja tasa que es más conocida como semillas, de yodo-125, y también tenemos la alta tasa de dosis. Las dos técnicas las implementamos en el paciente candidato a este tratamiento», precisa la doctora Diezhandino.
El cáncer de próstata es, junto con el de mama, el tumor más diagnosticado en España. La tasa anual de nuevos casos está fijada en Valladolid en 171 por cada 100.000 hombres, según datos del Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer. Eso implica que alrededor de 450 vallisoletanos salen a lo largo del año de la consulta del especialista estrenándose con el diagnóstico de cáncer de próstata en su informe médico. La mayoría ha pasado la edad de jubilación y el grueso de ese batallón supera los 75 años. «El paciente que hoy tiene 80 años no es el que tenía 80 años hace 20. Son personas que se cuidan más, que hacen deporte, que tienen vida muy activa, que están mucho mejor. Al final eso te permite también el acceso a tratamientos más radicales», subraya la jefa del Servicio de Oncología Radioterápica. En el caso del tumor prostático coincide, además, que es un ámbito que concentra mucha investigación empujada por esa elevada incidencia, que crece año a año al ritmo que envejece el padrón.
1.500 pacientes al año
El Clínico trata anualmente a unos 1.500 pacientes oncológicos que se someten a radiación externa en sus tres aceleradores lineales y a otros 250 o 300, según el año, mediante braquiterapia. De esas cifras totales de pacientes que cruzan anualmente el umbral del servicio de Oncología Radioterápica, los diagnósticos de cáncer de próstata aportan a ese balance alrededor de 450 enfermos anuales para radiación externa y unos 100 para la interna.
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El primer paciente con la terapia recién incorporada a la cartera del Clínico, de alta precisión con dosis elevadas en pocas sesiones (hipofraccionamiento y ultrahipofraccionamiento), recibió este tratamiento para su cáncer de próstata el lunes. Está indicado para hombres cuyo tumor está localizado y catalogado como de riesgo bajo e intermedio. La previsión es aplicar este tipo de radiación a unos 20 pacientes hasta final de año. La técnica se lleva a cabo bajo un protocolo estricto y laborioso, para asegurar la minimización de dosis de radiación a los tejidos sanos de partes cercanas al tumor.
«Primero vemos en consulta si es un paciente es candidato a ese tratamiento y, si lo es, planificamos los pasos a seguir. Vamos a colocar un gel espaciador que genera un espacio entre la próstata y el recto para proteger a este último de la radiación y tres fiduciales que son como marcadores, puntos de referencia de cara al tratamiento. Luego se realizan una resonancia de próstata y un TAC y, a partir de ahí, hacemos el contorneo y la planificación del tratamiento con el Servicio de Radiofísica y el paciente iniciaría el tratamiento, que es de cinco sesiones en días alternos», desgrana Patricia Valencia Nieto. Es la especialista del Servicio de Oncología Radioterápica del Clínico de Valladolid que a través de un programa de mentorización promovido por el grupo de trabajo de tumores urológicos Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) hizo una rotación que tenía como objetivo poner en marcha la nueva técnica en el centro pucelano. El doctor Felipe Couñago, director médico de GenesisCare, actuó como mentor de Patricia Valencia, apoyando y respaldando la introducción de esta técnica en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid.
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Este tipo de radioterapia debe administrarse en aceleradores lineales o equipos robóticos de máxima precisión para garantizar una discriminación precisa de los órganos sanos que los mantenga al margen de la radiación. «Los nuevos aceleradores aportan precisión y rapidez y permiten que podamos aumentar la dosis por sesión. Disponer de máquinas más precisas, más avanzadas, permite mejorar la eficacia de los tratamientos y a la vez reducir la toxicidad», apunta la doctora Diezhandino, que subraya el punto de inflexión general en renovación de tecnología en este ámbito que supusieron las donaciones de equipo de la Fundación Amancio Ortega, uno de los cuales se instaló en el Clínico vallisoletano.
El Servicio de Oncología Radioterápica del hospital pucelano cuenta con tres aceleradores lineales y un radioquirófano, instalaciones en las que reciben tratamiento anualmente una media de 1.800 pacientes, con terapias que deciden un equipo de doce oncólogos especializados en radioterapia y nueve radiofísicos.
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