El granizo y la lluvia causan daños en los cultivos de la provincia y anegan un barrio de Valladolid

«Me temo que otro Viernes Santo que nos hubiésemos quedado son la procesión general. Ya sé que el que no se consuela es porque no quiere, pero a ver si la próxima tenemos suerte y el cielo, al menos, nos acompañaba», suspiraba el alcalde, Óscar Puente, aquel día a través de las redes sociales. Y no le faltaba razón. Vale que la pasada Semana Santa no fue tal en lo que a procesiones se refiere, pero lo cierto es que el tiempo no hubiera acompañado. Ni de lejos. La semana en sí, desde el lunes al domingo de Resurrección, fue de largo la más lluviosa de lo que va de año, con 36,4 litros recogidos en esos siete días (solo el miércoles no llovió), la misma cantidad que en todo el mes de marzo (el más lluvioso del primer trimestre); pero es que en el conjunto de los diez días, desde el Viernes de Dolores (día 3) hubo siete días con precipitaciones y cayeron 44,4 litros, la cantidad habitual para todo el mes de abril. Y por confirmar las sospechas del regidor, las jornadas del Jueves y Viernes Santo fueron las dos más lluviosas de todo 2020, con 11,8 y 11,2 litros, respectivamente.

Así que no es de extrañar que este inicio de abril haya dejado prácticamente la misma cantidad de lluvia que durante el trimestre anterior, con 58,2 litros por metro cuadrado recogidos hasta este martes, cuando entre enero y marzo fueron 59,4 litros, distribuidos entre un inicio de año muy seco (24,6 litros en enero y 2,8 en febrero), y un marzo con un ligero superávit de precipitaciones gracias a los 31,2 litros recogidos en la capital (lo habitual son 22).

Abril no solo ha continuado la senda del mes anterior sino que ya tiene superávit de lluvia, con esos 58,2 litros recogidos hasta ahora (lo habitual para todo el mes son 46) en once días con precipitaciones, por lo que son ya 117,6 los litros recogidos en 2020, la cantidad habitual para estos tres primeros meses y medio del año.

Y la inestabilidad parece que será la tónica de los próximos días, en los que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anuncia tormentas primaverales en el conjunto de Castilla y León, como mínimo, hasta el jueves. Después disminuye progresivamente el riesgo de precipitaciones, aunque podrían producirse.

Esta inestabilidad ha provocado algunas trombas en puntos dispares de la provincia, como ocurrió el lunes en Tierra de Campos, donde se desbordó un arroyo en el término de Aguilar de Campos, donde los pluviómetros de los vecinos recogieron cuarenta litros por metros cuadrado. El aguacero anegó las calles y campos de la localidad y los operarios de la Diputación tuvieron que despejar ayer el barro acumulado en la carretera VP-5506 y en la travesía del municipio. «Pasamos un susto muy grande porque el agua nos venía de todas partes», apuntaron los vecinos antes de matizar que el campo no había sufrido, en principio, daños de consideración.

En la capital llegó a granizar y a última hora de la tarde del mismo lunes volvió a formarse un arcoíris, el segundo de los últimos días, si bien fue de menor intensidad que el del Martes Santo. Un guiño, al menos, de la meteorología a los vallisoletanos que están confinados en sus domicilios.

Sí que granizó, y con fuerza, a primera hora de la tarde de este martes en puntos dispersos del sur de la provincia, como Ataquines, Serrada o Velliza (allí se han recogido veinte litros), afectando a los cultivos. Algunos, como los de remolacha, «presentan un aspecto preocupante» después del pedrisco, según han confirmado fuentes del sindicato agrario Asaja. La escena se ha repetido en numerosos puntos a medida que se movía la tormenta, que llegó a la capital, donde anegó Puente Duero, en cuyas calles intervinieron los Bomberos para desatascar los aliviaderos.