Honores a la Virgen de San Lorenzo como protectora de los niños
El arzobispo de Valladolid invita a «refrescar la memoria de la fe para celebrar y vivir el sentido de la vida humana en la catarsis social, festiva y de purificación colectiva»
El día grande de las fiestas de Valladolid ha tenido como acto central la procesión de la Virgen de San Lorenzo y la eucaristía que ha celebrado el Cardenal y arzobispo de la ciudad Ricardo Blázquez. Las fiestas de la ciudad llevan el nombre y se celebran en estas fechas con motivo de la festividad católica, aspecto que pasa desapercibido para algunos, pero que para otros cobra el protagonismo y la importancia que ayer se pudo ver en la catedral y por las aceras de las calles por donde transitó la procesión.
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A las 10:30 horas partió la procesión desde San Lorenzo camino de la Catedral portando a hombros los cofrades de la patrona la imagen de Nuestra Señora de San Lorenzo. Con el repique de campanas, sol y mejor temperatura que jornadas precedentes, comenzó la eucaristía.
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Ricardo Blázquez centró su homilía en su primera parte en la figura de la Virgen de San Lorenzo, mientras que la segunda parte la centró en la lectura del Evangelio que acababa de ser proclamado. En la parte final de su homilía, Blázquez profundizó en la «inquietud e incertidumbre que experimentamos en nuestro interior y dificulta nuestras relaciones, en las familias rotas, en porqué miramos al futuro con más preocupación que esperanza, con más descalificaciones que propuesta para promover el bien común».
Previamente, Ricardo Blázquez había desglosado la figura de «la Virgen de los Aguadores» en tiempos de sequía, invocando la «solidaridad entre todos», y denunciando que «la oración expresa nuestras necesidades pero no sustituye nuestra responsabilidad». Habló del momento del traslado de la imagen a la ermita dedicada a San Lorenzo, diácono y mártir, momento en el que la Virgen recibió el actual nombre con el que los vallisoletanos la veneramos. Blázquez recordó la tradición de «acudir ante ella para que el alumbramiento de los niños transcurriera feliz». Hoy en día, el gesto de acercar a los niños al regazo de la imagen es la «bella prolongación de la tradición», señaló citando una frase del historiador, profesor y colaborador de El Norte de Castilla, Javier Burrieza, «Poned, queridos papás, a vuestros hijos bajo la protección de la Madre de Dios».
Para finalizar, Blázquez reivindicó la celebración de la fiesta de la patrona «con las satisfacciones e inquietudes del presente y abriéndonos a nuestro futuro. Son días propicios para refrescar la memoria de la fe, para celebrar y vivir el sentido de la vida humana. No es un evento costumbrista que se reduce a la exterioridad sin fondo. Desde el gozo popular nos emite un mensaje de vida compartida también en la piedad». A juicio del arzobispo de Valladolid, «las fiestas son una especie de catarsis social y de purificación colectiva al mismo tiempo que son aliento para afrontar las tareas del futuro».
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Tras la finalización de la celebración, la imagen regresó entre vítores y con cientos de personas a su paso hasta su sede a hombros de los 32 cofrades que la cargaban vestidos de etiqueta en los ocho varales correspondientes. Acompañaron el desfile las bandas de cornetas y tambores Pureza y de la Escuela Municipal de Música de Valladolid y de un grupo castellano de jotas.
Como manda la tradición, el acto que más llamó la atención del tramo final de la celebración religiosa fue el paso de la imagen y sus andas por la alfombra floral dispuesta en la acera de San Francisco, a su paso por la Plaza Mayor. Una vez más ha sido obra del alcalde de Castrodeza y presidente de la Mancomunidad Torozos, el artesano de este tipo de expresión ornamental, José Antonio González Gerbolés. Desde poco después de terminar el concierto de Franz Ferdinand la noche anterior, comenzaron con los trabajos.
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El artífice de la alfombra de arenisca coloreada y adornos florales, González Gerbolés, mostró su satisfacción por la acción devota. «Estoy muy contento con el trabajo y el resultado. Nos hemos resarcido del año pasado. Con ayuda, colaboración y personas todo es más fácil». La alfombra tenía una longitud de 70 metros Este año, además de sus habituales colaboradores, han participado en el montaje los integrantes de la Asociación de Alfombristas del Corpus Cristi de Poteareas, así como varios cofrades que se encuentran inmersos en la organización del encuentro nacional de jóvenes cofrades, que buscan lograr la designación para Valladolid en el próximo año. Jesús Julio Carnero también participó desde la madrugada en el montaje de la alfombra floral. Los jóvenes también habían decorado con tal motivo varios balcones de la calle Regalado, desde donde honraron a la patrona lanzando una gran 'petalada'.
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