Actriz
Carmen Morales: «Agatha Christie podría ser cualquier mujer que ve cómo su vida se derrumba»La actriz presenta en el Teatro Zorrilla 'Querida Agatha Christie', una obra dirigida por Juan Carlos Rubio que descubre la vida de la escritora británica, marcada por la salud mental, el desamor y la resiliencia femenina
Lucía San José
Valladolid
Jueves, 11 de septiembre 2025, 20:05
Agatha Christie, al igual que los protagonistas de sus propias novelas, vivió entre enigmas y desafíos: la traición de su marido, la pérdida de su ... madre y la sombra de la depresión. En 'Querida Agatha Christie', Carmen Morales da vida a 'la reina del misterio', con la que comparte «la disciplina y la capacidad de transmitir al público», unas virtudes, que asegura, ha aprendido de sus padres. Junto con Juan Meseguer, forman un elenco que suena «muy bonito». El viernes 12 de septiembre, en el Teatro Zorrilla de Valladolid, la actriz encarna este viaje íntimo en el que la escritora británica conversa con Benito Pérez Galdós y descubre que, incluso en la oscuridad, es posible aprender a «surfear la vida».
¿Cómo llegó a sus manos este proyecto?
Recibí un audio maravilloso de Juan Carlos Rubio, mi director, diciendo que tenía la ilusión de trabajar conmigo en algún momento y obviamente le dije que sí, que para lo que él quisiera, me ponía en sus manos, porque le he admirado siempre muchísimo y para mí era un sueño poder trabajar con él. Cuando tuvo mi sí y el de Juan Meseguer, se refugió en Tenerife y escribió esta historia. Tuvimos que esperar un año más o menos hasta que lo terminase y ya por fin convocó una reunión los tres. Tuvimos el libreto en nuestras manos y ya pudimos hacer esa primera lectura juntos. Nuestra primera reacción fue fantástica, la historia era muy bonita, llevábamos mucho tiempo esperándola y al final fue una fantasía maravillosa. De hecho, Juan Meseguer le dijo, «no cambies ni una coma, pero ni una coma», al final no nos hizo caso y cambió varias. Fue muy bonita la historia, porque escribió conmigo y con Juan Meseguer en la cabeza. Luego, según íbamos ensayando, iba moldeando un poquito sus personajes y los diálogos en directo, entonces es una historia muy hecha a medida.
¿Cuál es el superpoder de Agatha Christie para que siga triunfando ahora?
Esta función es muy especial, porque toca de una forma muy sutil y muy bonita, si cabe, el tema de la salud mental. Agatha Christie está en un momento muy delicado de su vida en el que su marido le pide el divorcio porque se ha enamorado de una mujer más joven, entonces su mundo se derrumba, porque a ella la habían educado para ser tradicional, para ser esposa, ser madre, ama de casa y, de repente, no tuvo donde agarrarse. La obra arranca de una forma muy angustiosa en la que ella se quiere incluso quitar la vida. La gente que luego nos espera, comenta que la función es muy bonita y siempre ha habido alguien que tenía una hermana, una madre o un amigo que ha pasado por lo mismo. Dejas todo para dedicarte a tu familia y de repente tu mundo se viene abajo y no sabes dónde agarrarte. En este caso, se llama Agatha Christie, pero podría ser cualquier mujer que ve cómo su vida se derrumba.
¿Qué cualidades descubriste de esta autora?
Después de hacer esta función, de meterme en su piel y ver cómo ella había luchado siempre tantísimo por su familia y cómo se le desmoronó todo, entendí muchas cosas de su vida, de ella como mujer; donde siempre piensas que es una escritora, pero nunca te metes más allá en su vida privada. Le daba tiempo a hacer de todo, a cuidar de su casa, a cuidar de su marido y a escribir obras fantásticas. La empecé a admirar mucho más, si cabe, desde que empecé a estudiarla. En esta función, aparece Benito Pérez Galdós y empiezan juntos, metafóricamente hablando, a surfear por esas olas de la vida hasta llegar a una playa, a un destino, a una luz al final del túnel. Luego, a ella como mujer le sirvió de mucho, porque conoció a otro hombre maravilloso. Hay un antes y un después en ese viaje que Agatha hizo a Tenerife. Todo lo que contamos es real, como por ejemplo que fue una de las primeras mujeres en hacer surf en el mundo junto al príncipe de Gales.
¿Qué es lo más difícil del personaje?
El vocabulario que utiliza, es muy estricto, incluso en los ensayos. Donde intentas sacar una frase adelante y te inventas una palabra, Juan Carlos Rubio me decía, «no, no, esa no es la palabra que hay escrita». Son dos grandes literarios en el escenario, en esa habitación del Hotel Tauro; hablando entre ellos, pero tienen un altísimo nivel lingüístico, entonces no podías usar cualquier palabra, cualquier verbo. Por ejemplo, si utilizas en una frase la palabra remedio, en la siguiente no puedes decir remedio, sino compuesto o medicamento. Lo que más me costó fue la memorización de estos diálogos, tan complejos inicialmente de aprender, de memorizar. Luego ya los hemos hecho nuestros y ya es perfecto.
¿Cómo ha sido trabajar con Juan Meseguer?
Ha sido una fantasía, una maravilla. Le admiro muchísimo y cada función que hacemos le admiro más que la anterior, porque es muy bonito escucharle. La gente nos lo dice: «Qué bonito os escucháis». Empezamos la obra de una forma un poco más agresiva, más enfadados y de repente vamos uniendo las energías. Hay que verla, hay que ver la función y es muy gratificante luego lo que la gente comenta.
¿Cómo ha influido su familia en la carrera artística?
Desde muy pequeña he visto el arte en mi casa. Lo que me enseñaron mis padres siempre fue la disciplina. Siempre disciplina. Si hay que estar dos horas antes en el teatro, yo estoy tres. Si hay que hacer tres horas de ensayos, hago cinco. Soy súper disciplinada y cuadriculada para eso. Disfruto mucho con mi trabajo y yo a mis padres les vi siempre disfrutar mucho y eso también se me quedó grabado. Es una bendición poder trabajar en algo que te gusta y que te llena de placer y que luego encima haces feliz a la gente. En la última, en Guadix (Granada), nos decía la gente «gracias, gracias, gracias». Y yo decía, ¿por qué? «Por hacernos felices, por habernos transportado a ese mundo, por habernos hecho reír y por habernos hecho llorar». Entonces eso es lo máximo y creo que el haber tenido a unos padres artistas me ha enseñado que hay que transmitir a la gente.
¿Qué significa para ti actuar en esta ciudad?
He ido muchas veces, pero solamente a ver a compañeros. El viernes tenemos doblete, tenemos dos funciones. Que venga la gente a vernos y que luego nos esperen para que nos digan qué tal, si les ha gustado. Valladolid fue una de las plazas que cuando salió dijimos: ¡Qué bien! ¡Qué ilusión! ¡Por fin Valladolid! Me encanta trabajar en grandes ciudades o en pueblitos, me encantan las giras. Es lo que tiene de mágico el teatro, que donde vayas, cada uno tiene su aquel, pero Valladolid es muy importante por su tradición teatral.
¿Qué es lo que más disfrutas del teatro?
La energía de la gente, por supuesto. Cuando está metida en la función y están entrando a todo lo que se está diciendo y contando y haciendo, esa energía nos llega a nosotros. Entonces la función coge un lugar muy especial y eso es magia. Es lo máximo del teatro.
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