Valladolid

A la espera de InoBat y sin noticias de Switch un año después de que suspendiera su inversión

La misiva la firmaba Mahesh Babu, responsable de Switch Mobility Europa, quien explicaba que «como consecuencia de la incertidumbre generada en el mercado del vehículo eléctrico y, en general, en el sector de la electromovilidad, ha sido necesario actualizar estrategias, replantear objetivos y adaptar el calendario de actuación». Doce meses después sigue sin haber noticias de la firma y por ende no se ha producido ningún avance, según confirman fuentes del Consistorio y de la Consejería de Economía y Hacienda del Ejecutivo regional.

La compañía se presentó en sociedad el 15 de diciembre de 2021, en un multitudinario acto en el que el consejero delegado, Andy Palmer, aseguró que habían elegido Valladolid para su nueva factoría de autobuses eléctricos ante el interés mostrado por todas las administraciones, central, autonómica y local. No era para menos, teniendo en cuenta que la previsión era que estuviera funcionando a finales de 2022, que se invirtieran en ella cien millones de euros en diez años y que creara 2.000 empleos directos y otros 5.000 indirectos.

El problema es que nada de eso se ha hecho realidad. La colocación de la primera piedra, prevista para el 27 de enero de 2022 en la parcela adquirida a Acor en la carretera de Santander 185 (Soto de Medinilla), tuvo lugar finalmente el 18 de marzo. En noviembre Palmer cesó como consejero delegado «por motivos personales». A finales de ese mes su sustituto reconoció que el proyecto iba a retrasarse. Y en mayo de 2023 la principal ejecutiva, Eva Driessen, también abandonó el barco sin que las excavadoras hubieran entrado en el solar. En 2024 Switch renunció a la licencia de obra para construir la nave y el remate, ya en 2025, ha sido que se plantea cerrar su planta de Sherburn (Reino Unido), la única que tiene en Europa.

El otro gran proyecto industrial pendiente es el de la eslovaca InoBat, que promueve una macrofábrica de baterías para vehículos eléctricos en Valladolid con un viejo conocido como presidente, el ingeniero británico Andy Palmer. De su interés se supo a primeros de octubre de 2022, cuando el entonces regidor, Óscar Puente, desveló que una gran multinacional planeaba asentarse en la capital.

Dos semanas después la directora de Desarrollo de la sociedad con sede en Bratislava, Tara Lindstedt, formalizaba sendos protocolos de colaboración con Junta y Ayuntamiento y aportaba cifras aún más mareantes que las de Switch: 3.000 millones de inversión y la generación de 2.160 puestos de trabajo. En teoría las instalaciones deberían haber comenzado a levantarse en 2024, con el objetivo de iniciar la comercialización este mismo año, pero la realidad es que en los terrenos previstos para la factoría tampoco se ha movido una piedra.

No obstante para facilitar que así sea el pasado febrero el Ayuntamiento detalló el contenido de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en el entorno de la Vereda de Palomares, entre la Línea de Alta Velocidad (LAV) Valladolid-Palencia-León, la VA-140 y la VA-30, donde la firma necesita 85 hectáreas de suelo. Consultado sobre la marcha de la inversión el actual alcalde, Jesús Julio Carnero, asegura que «mantenemos relaciones constantes y fluidas con los representantes de InoBat, y por su parte InoBat sigue trabajando en la consecución de las ayudas derivadas de los fondos Next Generation y esperamos que se produzcan noticias pronto».

La compañía nunca ha ocultado que su implantación depende de que acceda a ayudas públicas y en particular a los fondos del PERTE VEC, el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica en su modalidad de desarrollo del Vehículo Eléctrico y Conectado. Aunque inicialmente afirmó que iba a pedir 200 millones en la tercera convocatoria de esta iniciativa del Gobierno de España, incluida dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (a la segunda no llegó a tiempo), la cantidad final se quedó en 120 y para más inri el Ministerio de Industria la dejó fuera por incumplir las condiciones.

Desde el departamento que dirige Jordi Hereu sugirieron a InoBat que revisara su documentación y se presentara a la cuarta edición. Precisamente ahora es el momento de hacerlo, puesto que el PERTE VEC IV se activó el pasado 7 de julio y el plazo de solicitud está abierto hasta el próximo jueves 17. Tiene una dotación global de 1.250 millones de euros, pero en esta primera fase solo se puede optar a 280 (180 millones en préstamos reembolsables y los otros 100 en subvenciones directas).

Lo más interesante es que está centrado en «desarrollar capacidad industrial de producción de baterías destinadas al vehículo eléctrico», «incrementar la fabricación de componentes esenciales de baterías, como celdas, módulos, BMS o electrolitos», «potenciar la producción o recuperación de materias primas fundamentales para este sector, como litio o cobalto» y «mejorar la competitividad y la sostenibilidad del ecosistema industrial de automoción en España». El objetivo de Industria, según informa Europa Press, es potenciar la creación de nuevos establecimientos productivos, ampliar las capacidades en plantas existentes y reconvertir líneas para fabricar artículos innovadores. Unos criterios en los que a priori encaja de lleno la propuesta de InoBat.