Valladolid
Los especialistas reclaman mantener la guardia contra la hepatitis B con vacunación y cribadosEl Clínico impulsa desde la sociedad científica la investigación en prevención, diagnóstico y tratamiento para erradicar estas infecciones
El Hospital Clínico de Valladolid forma parte del grupo de trabajo para el estudio de las hepatitis víricas (GEHEP) de la Sociedad Española de Enfermedades ... Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) junto a complejos asistenciales homólogos de cada comunidad. Es el centro de la autonomía que participa en el mismo. Estos expertos valoran que «muchos han sido los avances logrados en los últimos años en el campo de las hepatitis víricas»; pero, indican, que «aún siguen existiendo un número muy importante de áreas en las que hay que investigar para cubrir las necesidades preventivas, diagnósticas y terapéuticas que aún restan. Buen momento es este Día Mundial de las Hepatitis Víricas de 2024 que acaba de celebrarse para recordarlo y tomar conciencia del trabajo que nos queda y de la obligación de invertir en él», destaca el jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Servicio de Medicina Interna del Clínico, Carlos Dueñas.
Este grupo de trabajo ha emitido un documento de consenso en el que pide no bajar la guardia frente a ningún tipo de hepatitis, ni siquiera frente a la que más recursos de Salud Pública hay para hacerle frente porque todavía se escapa al control sanitario.
Así, indican que «en el campo de las hepatitis víricas, la protagonista más sobresaliente en estos últimos años ha sido la infección por VHC. La administración de un tratamiento curativo y estrategias de cribado desarrolladas en áreas y poblaciones concretas han hecho que muchos miles de pacientes en el mundo dejen de estar infectados. En España, más de 165.000 en septiembre de 2023. Ello ha permitido plantear a la OMS la posibilidad de eliminar la hepatitis del tipo C.
No obstante, existen varios obstáculos. Así, «hay aún muchos países en lo que la disponibilidad del tratamiento es muy limitada. Y en los que tienen acceso amplio, como en España, hay pacientes no diagnosticados –en nuestro país, varias decenas de miles– y otros diagnosticados, pero no tratados, porque difícilmente acceden al sistema sanitario. Para sortear estos obstáculos, necesitamos extender el tratamiento a nivel mundial y, en países desarrollados, implementar campañas de cribado por edades y en personas vulnerables, así como asegurar que todos los pacientes diagnosticados reciban tratamiento correcto». Además, «la eliminación del VHC no es una meta sin retorno. Si, una vez lograda, cesan los esfuerzos de cribado y reducción de riesgos, en ausencia de vacuna, existirá la posibilidad de regresión a la situación actual».
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Pero no solo en infección por VHC quedan desafíos que afrontar. «El virus de la B es el problema de mayor importancia epidemiológica mundial entre las hepatitis víricas, pese a contar con una vacuna muy eficaz». Sin embargo, en muchos países en desarrollo, la cobertura vacunal todavía es muy pobre. En España la vacunación sistemática infantil se inició en la década de los noventa del pasado siglo, lo que ha reducido notablemente la prevalencia de infección activa, pero aún queda un porcentaje de la población mayor de 30 años que es susceptible, además del colectivo de migrantes de áreas endémicas, que representa un número creciente, incluso mayoritario, de los casos que atendemos en algunos centros. En Castilla y León se mueve entre el 95% y el casi 98% esta inmunización infantil.
Por otra parte, aunque hay un número considerable de tratamientos antivirales disponibles y en investigación frente al VHB, todavía son pocos los enfermos que alcanzan la curación funcional de la infección. En lo relativo «al VHD, se han producido en los últimos años avances importantes en el tratamiento, que logran respuestas, incluso mantenidas, en un cierto número de casos de esta entidad, la más grave de las hepatitis víricas».
Por lo tanto, en los próximos años «debería lograrse que toda la población susceptible al VHB sea inmunizada. Debe potenciarse el cribado de la B, conjuntamente con el de la C y otros agentes, como el VIH. El diagnóstico en un solo paso de infección por VHD debe implantarse en los portadores del VHB». Asimismo, «será necesario desarrollar alternativas que aumenten la tasa de curación funcional del VHB, así como fármacos más efectivos y sencillos de usar que los disponibles frente al VHD», concluye el grupo de trabajo.
Con relación a la infección por el VHA, también existe una vacuna altamente eficaz, pero con un coste no asumible en zonas depauperadas y con limitaciones de producción, lo que impide actualmente la vacunación masiva. También son discutidas las mejores estrategias vacunales a utilizar (población general, grupos de riesgo...) que, en las circunstancias actuales, deberían adaptarse al contexto epidemiológico de cada área. En España, es crucial promover a corto plazo la vacunación de las personas en riesgo, en particular de los hombres que tienen sexo con hombres, en los que ocurren la mayoría de los brotes actuales.
Finalmente, un buen número de avances en los últimos años se han hecho en la identificación de distintas especies de la familia Hepeviridae (VHE y sus diferentes genotipos), y otros virus emergentes, cuyo papel clínico aún es poco conocido, aunque parecen relevantes como causa de hepatitis de origen desconocido o atribuidas a otros agentes, como fármacos. Mucho trabajo queda aún por hacer en la definición taxonómica y delimitación de la epidemiología y clínica de estos virus. Asimismo, será necesario desarrollar estrategias vacunales y terapéuticas eficaces, pues en inmunocomprometidos pueden ser graves.
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